José Antonio Gómez Hernández | Autor del libro 'Al Fondo a la
Izquierda'
nuevatribuna.es
| 20 Febrero 2014 - 11:59 h.
En todo el
mundo están sorprendidos de cómo el pueblo español no provoca una revolución
como la que estos días se está produciendo en Ucrania tras los destrozos que
está haciendo Mariano Rajoy en su pueblo. Para mí esta situación de paz social
es una irresponsabilidad por parte de los ciudadanos. La falta de movilización
en un país donde más de 3 millones de personas, un 8% de la población, no
percibe ningún tipo de ingreso y donde más de un cuarto de la población activa
no tiene posibilidad de encontrar un empleo es sorprendente. Da la sensación de
que el pueblo español es cobarde y sumiso a los abusos del poder, a los ataques
constantes de un gobierno ilegítimo y miserable que se aprovechó de la
desgracia de millones de españoles para asaltar el poder con un programa
electoral falso y con falsas promesas, un gobierno que está sustentado por un
partido político sospechoso de amparar a corruptos. ¿Cómo es posible que en
este país las calles no estén ardiendo? La respuesta se halla en la economía
sumergida, en esa pequeña economía que está salvando la situación desesperada
de millones de españoles.
Los índices
de economía sumergida en España alcanzan más de un 25% del Producto Interior
Bruto. ¿Cómo es posible que ante esta cifra tan elevada el gobierno no haga
nada para frenarla? Muy sencillo, con esa mano ancha el Partido Popular está
comprando la paz social porque si se hiciera frente en serio al fraude fiscal,
tanto al gran fraude como al pequeño, millones de familias se quedarían sin sus
recursos económicos y los índices de pobreza extrema se dispararían. Esto haría
que la gente que ahora recibe los golpes de este gobierno mezquino se echaría a
la calle a pedir lo que es suyo. Respecto a los grandes defraudadores,
ocurriría lo mismo, dado que evitar que las grandes empresas pagaran lo que
tienen que pagar provocaría un mayor desempleo y más miseria de la que ya hay.
¿Quién no ha
pagado un pequeño trabajo en el hogar sin factura? Como dicen los Evangelios,
«quien esté libre de pecado, que tire la primera piedra». Evidentemente, el no
pagar los impuestos indirectos que gravan esa pequeña chapuza abarata el coste,
pero es una irresponsabilidad y un fraude. Sin embargo, es un fraude
comprensible. Con la bajada de salarios que ha promovido este gobierno
basándose en una falsa competitividad de las empresas españolas es lógico que
busquemos abaratar nuestros costes diarios. En una economía familiar en la que
la avería de la lavadora supone un drama porque descabalga un presupuesto que
tiene analizados hasta los últimos céntimos es normal que se busque el modo en
que esa tragedia económica impacte menos en la economía de supervivencia a la
que nos está abocando la política económica que ha impuesto el Partido Popular.
Lo que ya no
es tan lógico es la actitud de las grandes empresas y las grandes fortunas. Hay
una máxima que dice que los ricos lo son porque no pagan casi impuestos. Ellos
se pueden permitir pagar a los grandes bufetes de abogados fiscalistas que
bordeen constantemente las delgadas lindes entre el fraude y la ingeniería
financiera. En las grandes empresas ocurre lo mismo. En un mundo en crisis
económica donde la facturación bruta ha caído, los consejos de administración
de estas grandes corporaciones buscan el modo en que sus beneficios netos no
caigan. Lo hacen a través de la opresión a los trabajadores con despidos y
bajadas salariales salvajes, y por medio del fraude fiscal.
¿Cómo es
posible que el gobierno no ataque un problema que supone un impacto de 28
puntos de PIB? Cualquier gobierno serio buscaría el modo de combatirlo. Sin
embargo, el Ejecutivo de Mariano Rajoy no hace nada. Es el precio que tiene que
pagar para que las calles españolas no se conviertan en algo similar a las
calles de Kiev.
España es un
país donde somos unos irresponsables en lo referente a la recaudación del
Estado. La picaresca española se ve acentuada en lo referido al pago de los
impuestos. Esa irresponsabilidad hace que el gobierno de turno tenga que subir
impuestos para no bajar la recaudación. Con esto no estoy justificando las
políticas del Partido Popular, para nada. Sobre todo teniendo en cuenta que
todas las medidas tomadas por Mariano Rajoy y por sus adláteres económicos son
injustas y atacan a los mismos, a los trabajadores, a los parados y a las
víctimas de sus políticas. Sin embargo, el hecho de que un 28% de la economía
española se escape a la Agencia Tributaria es una irresponsabilidad. Estamos
hablando de 287.000 millones de euros, cantidad que hubiera hecho que el Estado
del Bienestar no se hubiera resentido después de los ataques frontales por
parte del Partido Popular.
Es imposible
que toda la economía sumergida salga a la luz. Lo hemos visto con la amnistía
fiscal de Montoro que apenas sacó a la luz un 10% de lo no declarado. Mariano
Rajoy no mueve un dedo. Sus ministros tampoco. Sin embargo, desde el aparato de
propaganda del gobierno y de los medios de comunicación mamporreros que lo
sustentan, se lanza el ataque hacia el pequeño autónomo y hacia el pequeño
fraude. Voy a dar unas cifras que harán pensar a quienes piensan que la
economía sumergida la provocan esos pequeños autónomos. Más del 70% del fraude
fiscal viene de las grandes empresas o de las grandes fortunas. Lo dicho, los
ricos lo son por algo. Las PYMES suponen un 17,05% y los autónomos apenas un
8,5%. Los fraudes no empresariales apenan suponen un 3%. Entonces, ¿quiénes son
los responsables de la elevada economía sumergida? Las grandes empresas y las
grandes fortunas, es decir, los grandes protegidos por Mariano Rajoy y su
partido.
El precio
que Mariano Rajoy está pagando por mantener la paz social es más alto que esos
33.000 millones de euros que supone el fraude de pequeños autónomos y de los no
empresariales. El precio que Mariano Rajoy está pagando por mantener la paz
social está abogando por la impunidad hacia quienes deberían ser el sostén
económico de un país en crisis y con un 26% de parados y un 8% de la población
en situación de pobreza extrema, sobre todo porque esas grandes fortunas y esas
grandes empresas son corresponsables en la generación de esta crisis al pasar
del capitalismo de producción al capitalismo de especulación salvaje. ¿A quién
debería Mariano Rajoy apretar para que paguen impuestos? Evidentemente a
quienes defraudan más 200.000 millones de euros al año. No obstante, Mariano
Rajoy no moverá un dedo para que esto ocurra, sino que apretará a los pequeños
autónomos o a quienes sin tener trabajo realizan pequeños trabajos a domicilio.
Es el estilo
del Partido Popular, un estilo que va en contra de los ciudadanos, el mismo
estilo de cualquier régimen autoritario.
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