EFE - Ciudad del Vaticano
03/10/2013
- 16:09h
El Papa exclama que "es una vergüenza" el naufragio de
Lampedusa
El
llamado "G8 vaticano", el Consejo de los ocho cardenales nombrados
por el papa Francisco para ayudarle en su gobierno, se inclina por redactar una
nueva constitución que regule la composición y el funcionamiento de la Curia,
el gobierno de la Iglesia Católica.
El
portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, explicó hoy que en estos tres días de
reunión del Consejo de cardenales, éstos se han orientado por la necesidad de
"no simplemente actualizar con pequeños retoques la Constitución
Apostólica 'Pastor Bonus', sino redactar una nueva con novedades
consistentes".
El
pasado 13 de abril, el papa Bergoglio anunció la creación de este Consejo,
formado por ocho cardenales, para que le ayudasen en el gobierno de la Iglesia
y para estudiar un proyecto de revisión de la constitución apostólica sobre la
Curia Romana, tal y como habían pedido muchos purpurados en las reuniones
previas al cónclave.
El
Consejo, al que ya llaman "el G8 del Vaticano", se ha reunido con el
papa durante tres días (del 1 al 3 de octubre).
"La
idea es destacar la naturaleza de la Curia al servicio de las Iglesias locales,
en la dirección de la subsidiariedad, es decir eliminar su carácter centralista",
explicó hoy Lombardi.
A este
respecto, en una entrevista que hace unos días Bergoglio concedió al diario
italiano "La Repubblica", el pontífice denunciaba que el defecto de
la Curia romana es que se ocupa sólo de los problemas de la Santa Sede, olvidando
el mundo que le rodea.
En
estas primeras tomas de contacto, según informó Lombardi, también se abordó el
tema de la poderosa Secretaría de Estado, que según los ocho cardenales,
"tiene que ser a todos los efectos una secretaría del papa".
Una
consideración, apuntó Lombardi, que tendrá muy en cuenta Francisco el próximo
15 de octubre cuando el antiguo nuncio en Venezuela, Pietro Parolin, tome
posesión de su cargo como secretario de Estado en sustitución de Tarcisio
Bertone.
El
Consejo de cardenales también introdujo otra posible novedad que es crear la
figura del "Moderator Curiae", es decir un mediador de las relaciones
entre los jefes de los dicasterios, los "ministerios" que forman el
gobierno de Iglesia, y el papa.
De esta
manera se quitaría esta competencia a la actual Secretaría de Estado.
Otro
tema ha sido "la posible reordenación de las instituciones que se ocupan
de las administraciones de los bienes temporales de la Iglesia", añadió
Lombardi.
En esta
primera ronda, otro argumento de debate ha sido la necesidad de reorganizar el
Sínodo de los obispos.
El
pontífice, explicó Lombardi, comenzó esta ronda de reuniones introduciendo una
"reflexión sobre eclesiología del Concilio Vaticano II", es decir su
influencia en la Iglesia.
En la
misma reflexión, se habló sobre "la misión de la Iglesia, de las
relaciones entre Iglesias locales y la Iglesia universal, sobre el tema de la
Iglesia de los pobres, de los laicos en la Iglesia, sobre el carácter de
servicio de las instituciones eclesiásticas, sobre el servicio al bien
común", añadió Lombardi.
Otras
reflexiones de las que se ha hablado fueron cómo afrontar "el estudio de
argumentos de la pastoral familiar a los que el papa ya se ha referido",
dijo Lombardi en relación al tema de los divorciados que se han vuelto a casar.
Lombardi
volvió a reiterar que todo ello necesitará una "larga reflexión" y
por tanto no hay que esperar que los cambios sean inmediatos.
El
"G8" del Vaticano está formado por los cardenales Giuseppe Bertello,
Francisco Javier Errázuriz Ossa, Oswald Gracias, Reinhard Marx, Laurent
Monsengwo Pasinya, Sean Patrick O'Malley, George Pell y Andrés Rodríguez
Maradiaga, aunque el papa se reservó la posibilidad de variar su número.
En un
primer momento, se reunieron en la Sala de la Biblioteca del Palacio
Apostólico, pero ya por la tarde se trasladaron a una pequeña sala de la
residencia de Santa Marta, donde los cardenales se están alojando en estos
días.
En estas primeras reuniones,
que se prolongaron de 09.00 a 12:30 de la mañana y de 16.00 a 19.00 de la
tarde, el papa ha participado siempre a excepción del miércoles por la mañana,
cuando se ausentó para celebrar la audiencia general.
Fuente: http://www.eldiario.es/e
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