Ayer
empezaron a declarar los guardias civiles que participaron en los registros,
secretarios de las diligencias abiertas durante los mismos y uno de los
instructores, en total 13 testigos, los primeros, que presenta la fiscalía.
España | Luisa Capel-Tercera Información | 25-10-2013 |
Por eso mismo las camisetas que hoy vestían los imputados denunciaban las torturas sufridas y el hastag con el que se comentaba el juicio en twitter ha sido #StopTorturas. También ha habido una breve declaración de alguno de los encausados, la presencia del diputado de Amaiur Jon Iñarritu y una representante del Observatorio por los Derechos Humanos de Euskal Herria.
Ya en la sala, justo antes de empezar, de forma inédita, bajo previa petición de los encausados, la jueza ha excusado de asistir en sala a los jóvenes activistas, por la denuncia previa de torturas. No quiere decir que las admite como válidas, pero no deja de ser un hecho insólito que en la AN dé amparo a las imputadas como víctimas sin que haya habido un fallo previo a favor de las mismas. La sala, por lo tanto, ha estado vacía en esta ocasión de imputados y público. Los testigos, a pesar de eso, no han sido enfocados por la cámara desde la que la prensa puede visualizar los testimonios, al ser testigos protegidos. Incluso alguno de ellos ha testificado vía telefónica o por videoconferencia.
Declaración en la puerta:
La fiscalía ha centrado sus preguntas en que ratifiquen las diligencias abiertas, que ratifiquen las pruebas encontradas y se atestigüen las firmas que acompañan la documentación policial. También en negar torturas o presiones en las declaraciones. En muchos casos en que la declaración era telefónica o por vídeo conferencia los testigos ni siquiera han podido ver la documentación que estaban ratificando aunque se acordaban del documento. Sin embargo, ante las preguntas de la defensa se han mostrado bastante más ambiguos y con claras lagunas de memoria: se ha podido escuchar de forma reiterada que “hace cuatro años de aquello y no me acuerdo con exactitud”. Esa ha sido la respuesta, por ejemplo, de uno de los testigos cuando se le ha preguntado por un disquete encontrado. La pregunta era si había un ordenador en el local registrado, no se acordaba, o si sabía que el acusado tenía ordenador en casa con disquetera, tampoco recordaba. Otro testigo tampoco ha recordado por qué se decide detener a una de las imputadas a las tres de la mañana y que empezase la declaración a las cinco. Ante la insistencia de la abogada se ha excusado diciendo que el operativo de ordenadores necesarios para abrir diligencias tarda un rato en montarse. Y ante la presión, ha llegado a declarar que no sabe si hubo algún incidente que provocase esa situación, que no lo sabía y que no recordaba. Sobre el material de pruebas hallado en los registros se ha pasado de hablar de documentación que acredita pertenencia o dirección de Segi a hablar de merchandasing en distintas ocasiones, y alguno de los testigos ha concretado un poco más para hablar de cartelería y panfletos. En ningún caso, y hasta el momento, se ha hablado de documentación interna y no pública.
De los testigos de ayer sólo uno ha sido instructor de investigación. Es decir, excepto uno, ninguno ha podido hablar del procedimiento abierto que lleva a la detención y posterior registro para buscar evidencias. Y esto es importante porque la defensa ha puesto encima de la mesa las listas negras que elabora la policía en las que se basan las detenciones en régimen de incomunicación. Es decir, que son las propias declaraciones forzadas bajo torturas de militantes y activistas las que provocan más detenciones.
Vídeo de la salida de los activistas, excusados de ver a sus torturadores:
El último testigo del día sí ha sido instructor en parte de la investigación, la desarrollada en Navarra, según sus propias palabras, aunque más tarde ha matizado a la defensa que sólo se ha encargado del material informático. Ante las preguntas de la defensa ha admitido que no habla euskera y que por lo tanto depende de un traductor para tener acceso a las pruebas documentales, que no todo el material encontrado en soporte informático ha sido traducido, puesto que remite a los informes y en los mismos aparecen traducciones parciales de documentos y no todos los documentos traducidos. La defensa ha sido muy incisiva sobre dos temas: cómo deciden que sus defendidos deben empezar a ser investigados y cómo se decide qué datos personales forman parte de la investigación, refiriéndose a las relaciones personales de amistad y amorosas que se detallan en el auto, y cómo se consiguen. Ante la primera pregunta la respuesta ha empezado siendo muy vaga, "todo el mundo sabe que la gazte asanblada está instrumentalizada por Segi" aunque rápidamente ha remitido a las detenciones en Francia en 2008 y documentación allí encontrada. En la segunda pregunta ha sido tajante: “No le voy a decir cómo llevamos la investigación de presuntos terroristas. Y menos a usted", momento en el cual la jueza le ha puesto en su sitio y ha reconducido el interrogatorio haciendo saber que es ella quien va a elaborar las conclusiones. También este último testigo ha admitido que parte de la instrucción se han basado en fotografías sacadas de la hemeroteca de periódicos o de documentación de otros departamentos de policía, además de seguimientos propios, pero no ha podido asegurar ni que las noticias en prensa fueran contrastadas, sino que confirmaban la información previa, ni que la información de otros departamentos policiales hubiesen servido de pruebas en otros juicios que hubieran finalizado con sentencias condenatorias.
La contradicción entre las declaraciones de imputados y los testigos de la fiscalía son claras, pero mientras unos tienen derecho a no incriminarse, los otros ha jurado o prometido veracidad en su testimonio. La próxima sesión será el 30 de octubre.
Ya en la sala, justo antes de empezar, de forma inédita, bajo previa petición de los encausados, la jueza ha excusado de asistir en sala a los jóvenes activistas, por la denuncia previa de torturas. No quiere decir que las admite como válidas, pero no deja de ser un hecho insólito que en la AN dé amparo a las imputadas como víctimas sin que haya habido un fallo previo a favor de las mismas. La sala, por lo tanto, ha estado vacía en esta ocasión de imputados y público. Los testigos, a pesar de eso, no han sido enfocados por la cámara desde la que la prensa puede visualizar los testimonios, al ser testigos protegidos. Incluso alguno de ellos ha testificado vía telefónica o por videoconferencia.
Declaración en la puerta:
La fiscalía ha centrado sus preguntas en que ratifiquen las diligencias abiertas, que ratifiquen las pruebas encontradas y se atestigüen las firmas que acompañan la documentación policial. También en negar torturas o presiones en las declaraciones. En muchos casos en que la declaración era telefónica o por vídeo conferencia los testigos ni siquiera han podido ver la documentación que estaban ratificando aunque se acordaban del documento. Sin embargo, ante las preguntas de la defensa se han mostrado bastante más ambiguos y con claras lagunas de memoria: se ha podido escuchar de forma reiterada que “hace cuatro años de aquello y no me acuerdo con exactitud”. Esa ha sido la respuesta, por ejemplo, de uno de los testigos cuando se le ha preguntado por un disquete encontrado. La pregunta era si había un ordenador en el local registrado, no se acordaba, o si sabía que el acusado tenía ordenador en casa con disquetera, tampoco recordaba. Otro testigo tampoco ha recordado por qué se decide detener a una de las imputadas a las tres de la mañana y que empezase la declaración a las cinco. Ante la insistencia de la abogada se ha excusado diciendo que el operativo de ordenadores necesarios para abrir diligencias tarda un rato en montarse. Y ante la presión, ha llegado a declarar que no sabe si hubo algún incidente que provocase esa situación, que no lo sabía y que no recordaba. Sobre el material de pruebas hallado en los registros se ha pasado de hablar de documentación que acredita pertenencia o dirección de Segi a hablar de merchandasing en distintas ocasiones, y alguno de los testigos ha concretado un poco más para hablar de cartelería y panfletos. En ningún caso, y hasta el momento, se ha hablado de documentación interna y no pública.
De los testigos de ayer sólo uno ha sido instructor de investigación. Es decir, excepto uno, ninguno ha podido hablar del procedimiento abierto que lleva a la detención y posterior registro para buscar evidencias. Y esto es importante porque la defensa ha puesto encima de la mesa las listas negras que elabora la policía en las que se basan las detenciones en régimen de incomunicación. Es decir, que son las propias declaraciones forzadas bajo torturas de militantes y activistas las que provocan más detenciones.
Vídeo de la salida de los activistas, excusados de ver a sus torturadores:
El último testigo del día sí ha sido instructor en parte de la investigación, la desarrollada en Navarra, según sus propias palabras, aunque más tarde ha matizado a la defensa que sólo se ha encargado del material informático. Ante las preguntas de la defensa ha admitido que no habla euskera y que por lo tanto depende de un traductor para tener acceso a las pruebas documentales, que no todo el material encontrado en soporte informático ha sido traducido, puesto que remite a los informes y en los mismos aparecen traducciones parciales de documentos y no todos los documentos traducidos. La defensa ha sido muy incisiva sobre dos temas: cómo deciden que sus defendidos deben empezar a ser investigados y cómo se decide qué datos personales forman parte de la investigación, refiriéndose a las relaciones personales de amistad y amorosas que se detallan en el auto, y cómo se consiguen. Ante la primera pregunta la respuesta ha empezado siendo muy vaga, "todo el mundo sabe que la gazte asanblada está instrumentalizada por Segi" aunque rápidamente ha remitido a las detenciones en Francia en 2008 y documentación allí encontrada. En la segunda pregunta ha sido tajante: “No le voy a decir cómo llevamos la investigación de presuntos terroristas. Y menos a usted", momento en el cual la jueza le ha puesto en su sitio y ha reconducido el interrogatorio haciendo saber que es ella quien va a elaborar las conclusiones. También este último testigo ha admitido que parte de la instrucción se han basado en fotografías sacadas de la hemeroteca de periódicos o de documentación de otros departamentos de policía, además de seguimientos propios, pero no ha podido asegurar ni que las noticias en prensa fueran contrastadas, sino que confirmaban la información previa, ni que la información de otros departamentos policiales hubiesen servido de pruebas en otros juicios que hubieran finalizado con sentencias condenatorias.
La contradicción entre las declaraciones de imputados y los testigos de la fiscalía son claras, pero mientras unos tienen derecho a no incriminarse, los otros ha jurado o prometido veracidad en su testimonio. La próxima sesión será el 30 de octubre.
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