Artículos de
Opinión | La mirada del mendigo | 28-10-2013 |
Existen
varios caminos por los cuales el capital puede controlar, manipular,
condicionar la información que recibe una sociedad a través de los medios de
comunicación. Por ejemplo, con los contratos de publicidad en un medio con la
condición implícita de impunidad informativa, maniobra harto frecuente en
empresas como El Corte Inglés.
Una forma
que tienen los bancos de controlar la información es gracias a su posición como
tenedor de deuda, el mismo chantaje al que someten a los partidos políticos
(sería gracioso que mañana El País destapase una información perjudicial para
Botín, cuando PriSA está pendiente de renegociar con el Santander su descomunal
deuda para poder seguir existiendo).
Pero sin
duda la forma más directa y evidente que tiene el gran capital de controlar la
información, de crear en la sociedad estados de opinión que sean favorables a
sus intereses, es con la propiedad de esos medios de comunicación. Echando un
rápida ojeada a la estructura de propiedad de los medios de comunicación se
comprende rápidamente la homogeneidad ideológica de la sociedad, instalada en
el pensamiento único. La diversidad se reduce a matices, a cuestiones
secundarias.
La
información es el cuarto poder, no descubro nada. La importancia determinante
de los medios de comunicación en la formación y control de la conciencia social
de un pueblo era ya evidente hace varios siglos. En el mundo actual, un volcán
de información, el control de la misma es absolutamente necesario para que el capital
consiga perpetuarse.
Que la
información que recibimos, cada vez más mascada, digerida y deglutida,
condiciona nuestro voto y, por lo tanto, la Democracia, es innegable. Entonces,
yo me pregunto hasta qué punto es legítimo que el sector de la comunicación sea
mayoritaria, abrumadoramente conservador. Que defienda sin fisuras el status
quo y los privilegios adquiridos, santificando por encima de todo la propiedad
privada.
Nuestro
sistema electoral cocina la voluntad del pueblo expresada en las urnas, configurando
una Cámara Baja (del Senado mejor no hablar) que es un reflejo deformado de la
sociedad española (como los espejos convexos, que adelgazan el reflejo de quien
los mira). Ese falta de representatividad es un déficit de LEGITIMIDAD del
poder legislativo, en cuanto que la soberanía emana del pueblo.
De la misma
forma podríamos preguntarnos la legitimidad de una prensa volcada en la derecha
política y económica, teniendo las izquierdas una mayoría social clara en la
sociedad española.
La prensa no
es inocente. Los medios de comunicación hace muchas décadas que dejaron de
servir a los intereses (la necesidad de información) de sus clientes, para
servir a más altos intereses (no por elevados, sino por superiores en la
jerarquía social).
Nada ha
cambiado. Llevamos siglos, milenios trabajando para condes, duques o marqueses,
con esos u otros nombres (CEO, presidente-director general…). Esta misma clase
dirigente lleva siglos, milenios dictando a sus pregoneros las normas, las
directrices de su sistema. Los sacerdotes desde los púlpitos (aunque estos ya
han caído en el descrédito) y los periodistas desde sus columnas reproducen
fielmente la doctrina del poder. Ofrecen a la sociedad la visión del mundo que
encaja con los intereses de sus dueños.
Trabajamos
en las tierras, en los talleres del señor conde. Compramos los productos que
nos vende el señor conde. Y, además, atendemos respetuosamente la homilía que
ha redactado el señor conde. Cada día, a la hora de comer, la familia enmudece
ante el televisor.
Y más nada.
Os dejo con el infográfico; digeridlo con calma pues está lleno de información
interesante. Contiene algunas sorpresas, pues a los nombres ya esperados de
Berlusconi, Godó, Polanco, Luca de Tena o Lara se unen otros inesperados como
Ramón Mendoza, Alicia Koplowitz, George Soros, Karlos Arguiñano, Bill Gates,
Carlos Slim (la mayor riqueza del planeta) o un imputado por la Gürtel. Incluso
un empresario condenado a dos años de cárcel por corrupción y que ahora es
candidato a presidir la Cámara de Comercio de Burgos. Nos encontramos de nuevo
con el Albert Frère que era dueño de Total y, por lo tanto, de CEPSA. Con el
fondo BlackRock, cuyo presidente tuvo una oscura entrevista con nuestro
monarca. Y con los grandes gigantes de la banca, Goldman, HSBC, el Norgesk o el
Santander.
Os dejo que
vayáis descubriéndolo;
Este esquema
ha sido realizado gracias a la colaboración de HugoMM, Manolox y Picapiedra.
Muchas gracias, compis, por vuestra ayuda. ;)
Notas sobre
el gráfico:
- - Los datos los hemos ido
obteniendo en la entrada Estudio colaborativo sobre medios. Si quieres más
información, un punto a partir del cual seguir investigando, revisa esos
comentarios.
- - El mundo de la comunicación
está en constante transformación, así que rápidamente esos porcentajes de
propiedad quedarán desactualizados (dentro de poco tendremos que incluir,
por ejemplo, La Sexta en la órbita de Antena 3). Muchos lo estarán ya, de
hecho. Cualquier esquema que represente el mundo de la comunicación debe
ser un esquema dinámico, en constante revisión. también para ello este
trabajo es colaborativo. Sería necesario que entre todos fuéramos
reportando los errores, omisiones o actualizaciones para que el gráfico
sea un reflejo lo más fideligno posible de la realidad de los medios que
operan en España.
- - Las cifras de participación
accionarial están redondeadas al entero más próximo.
- - El cajón con flecha que
retorna a la empresa indica el porcentaje de acciones en autocartera
- - La propiedad de una empresa
suele estar distribuida entre los miembros de la familia del dueño
(cónyuge, hijos o, excepcionalmente, hermanos o amigos). Simplifico
poniendo el nombre más relevante de esa familia, o añadiendo la clave (F)
de familia o (H) de herederos.
Conclusiones:
- - Debería leer más a menudo
Gara. El único medio de los que he analizado cuya propiedad es colectiva,
popular, y no de ningún constructor, miembro de la nobleza, magnate de las
comunicaciones, banco o fondo de inversión extranjero. Lástima que esté
tan centrado en cuestiones vascas (me recuerda al chiste del mapamundi de
Bilbao)
- - Hemos de tomar nota de la
lección de cómo se creó Gara: con una aportación media de 600€ de 10.000
personas. Si eso lo logró una parte de la sociedad vasca, demostrando que
sería perfectamente posible sacar un proyecto análogo en España. Yo al
menos aportaría gustoso 600€ a cambio de participar en un medio de
comunicación que sea realmente independiente de los poderes fácticos, muy
en concreto del único poder que nos dirige y gobierna: el capital. Un
medio de comunicación al servicio de la sociedad, sus propietarios y sus
lectores. Un medio de comunicación colectivo.
Para ello
sería necesario que la izquierda española estuviera siquiera la mitad de
organizada y motivada que la izquierda vasca. Falta, clamorosamente, una
organización en la izquierda que impulse proyectos como el de un periódico de
capital popular. Las que hay, se limitan a seguir el papel de partidos
políticos al uso, limitando al teatrillo de las urnas su actuación política.
Hay que
crear algo nuevo. Y diferente.
Vuelvo a
pedir colaboración con el gráfico, para subsanar errores o actualizarlo. Espero
que lo encontréis útil para ubicaros en el proceloso piélago de los medios de
comunicación.
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