Joan Josep Nuet I Pujals | Diputado en el Congreso por
Izquierda Plural
nuevatribuna.es
| 19 Febrero 2014 - 15:21 h.
El Congreso
de los diputados ha discutidos dos proposiciones de ley de reforma de la ley
orgánica del Tribunal Constitucional presentadas de forma coordinada y en
paralelo por los grupos del PP y el PSOE, para recuperar el recurso previo de
inconstitucionalidad para los estatutos de autonomía.
Lejos de
tener la intención los textos de mejorar los mecanismos de garantía
constitucional que la propia Constitución y la Ley Orgánica del Tribunal
Constitucional desarrollan, se ha pretendido mandar un mensaje conjunto sobre
el proceso en Cataluña al cual se ha sumado de forma entusiasta el grupo de
UPyD.
Creo que no
se ha entendido nada de lo que está pasando en Catalunya ya que lejos de
nuevas amenazas y cierres de filas de los partidos centralistas lo que hace
falta es precisamente lo contrario diálogo y flexibilidad en la interpretación
de la propia Constitución y el conjunto del bloque constitucional donde se
insertan los Estatutos de Autonomía. La estabilidad es flexibilidad e
interpretación actualizada, mientras que el inmovilismo genera conflicto y
enfrentamiento como nos demuestra la historia reciente.
Ya en su día
uno de los padres de la Constitución, Jordi Solé Tura decía sobre el Tribunal
Constitucional en septiembre de 1979: "se sitúa por encima del
electorado y podría acabar invalidando la misma actividad del Parlamento” Y
también afirmaba que: “Me parece absolutamente contrario a la filosofía de la
Constitución que aprobamos que digamos aquí que, efectivamente, el centro de
gravedad no se situará allí donde han dicho los millones de electores, sino que
se situará en un tribunal incontrolable”
Estoy
convencido que para el éxito de una visión progresista y federal de España, o
la izquierda se apoya en una propuesta ambiciosa de Proyecto Constituyente para
nuestro país, del cual se derive una Reforma Constitucional y una Reforma de la
Ley del Tribunal Constitucional o podemos acabar copiando las propuestas de
regresión constitucional que la derecha proclama, ella si, obedeciendo a un
calculado programa conservador que se lidera desde FAES.
Para el PP y
el PSOE la interpretación y ejecución del artículo 159 de la Constitución que
desarrolla la composición de dicho tribunal permite el reforzamiento de los
criterios y mecanismos bipartidistas de reparto, básicamente, entre esos mismos
partidos de los magistrados que acceden al TC, y la pluralidad de instituciones
que representan la plurinacionalidad real de España esta vetada en su
participación real
La
interpretación y ejecución de ese artículo de la Constitución ha permitido que
hoy la composición del TC obedezca mas a criterios partidistas que a méritos
profesionales, con un único experto en Derecho Constitucional y con currículums
de dudosa trayectoria jurídica especializada ante los retos dogmáticos a los
cuales el TC esta sometido. Los aspectos de renovación (o más bien dicho la
falta de renovación) se suman al dilatado periodo en el cargo y a las más que
dudosas maniobras de recusación que han ensombrecido el prestigio del Tribunal
Por todo
ello podemos afirmar que los retos a los que se enfrenta el TC en nuestro país
no pueden ser resueltos ni con improvisación sin proyecto Constituyente de
fondo ni con regresiones a la medida de una lectura constitucional que nos retrotrae
a periodos anteriores a 1978
En la pasada
legislatura el Partido Popular desde la oposición intentó y consiguió utilizar
al TC como ariete contra una lectura federalizante de la Constitución de 1978
en el trámite del Estatut de Catalunya, que evidentemente no se aplicaron en
otros textos estatutarios parecidos.
Sin entrar
en la campaña previa de acoso y derribo contra ese texto estatutario para
conseguir un puñado de votos sembrando la discordia y el enfrentamiento entre
los pueblos de España, la sentencia del TC contra el Estatut refrendado por el
pueblo de Catalunya está en el origen del conflicto de legitimidades que
entonces se produjo y que hoy persiste, y que ha derivado en una crisis
profunda del modelo de Estado de las Autonomías que durante 35 años ha
persistido
Ahora
recuperar el Recurso previo de Inconstitucionalidad con los Estatutos de
Autonomía no es siquiera ponerle una tirita a un boquete sangrante que ha
provocado el bombero-pirómano llamado Partido Popular, sino aplicar sal a esta herida
y profundizar la crisis del bloque Constitucional.
Los
estatutos que pasan todos los filtros democráticos son Bloque de
Constitucionalidad y por tanto el recurso de constitucionalidad no tiene
sentido y menos el recurso previo
El PSOE no
debería dejarse llevar por la política recentralizadora y antifederalizante del
PP, hay que construir desde la izquierda un discurso federal autónomo de la
derecha y con capacidad propia de proponer un Nuevo País basado en un proyecto
federal que respete la libertad de los pueblos.
Con la
sentencia del Estatut si el PSOE se hubiese mantenido fiel al principio
democrático que significó su aprobación por el Parlament, las Cortes y su
ratificación en Referéndum, podría haber cambiado las leyes orgánicas para
adaptar e interpretar la Constitución de acuerdo con la voluntad popular, el
inmovilismo solo genera conflicto y desafección.
El recurso
previo de inconstitucionalidad se convierte en un veto previo que coarta al
legislador y que aboca a las cámaras legislativas a la lectura conservadora y
paralizante del texto constitucional, traicionando el carácter abierto y plural
de la Constitución tal como señalaba Jordi Solé Tura
Fuente: www.nuevatribuna.es
No hay comentarios:
Publicar un comentario