Los medios de periodísticos en prensa, radio y televisión están en manos
de los poderes financieros, de la derecha tradicional o de la eclesial, salvo
algunos columnistas y programas con profesionales realmente independientes, pero
siempre con la espada de Damocles de la desinversión publicitaria. Otros
practican la autocensura por el temor a la nueva Ley de Seguridad, con rasgos
de la antigua Ley de prensa e imprenta de 1966, la Ley Fraga, donde en su
artículo 2 establecía: “Son
limitaciones: el respeto a la
verdad y a la moral; el acatamiento a la Ley de Principios del Movimiento
Nacional y demás Leyes Fundamentales; las exigencias de la defensa Nacional, de
la seguridad del Estado y del mantenimiento del orden público interior y la paz
exterior; el debido respeto a la Instituciones y a las personas en la crítica
de la acción política y administrativa; la independencia de los Tribunales, y
la salvaguardia de la intimidad y del honor personal y familia”.
Pero no entiendo la de los medios digitales llamados independientes,
plurales, progresistas, veraces, partidarios de la libertad de información,
libres…, para con sus afines en la defensa de lo social, que también dicen
defender, censuran artículos por no coincidir en algún punto de su dogma
ideológico, práctica propia de estados totalitarios, como actúa el nuestro, y
algunos medios, haciéndoles parecerse al fascio o al estalinismo, según su
tendencia ideológica. Algunos de los que se dicen de izquierda, olvidan o
quieren ignorar que los conceptos de izquierda y derecha vienen de la
Revolución de 1789, definidos claramente; izquierda es la que considera el
progreso y la igualdad social se alcanza por medio de los derechos colectivos y
sociales, nada más. Mientras la derecha se asocia a posiciones
de liberales, capitalistas, conservadoras, religiosas, partidaria del
encuadramiento colectivo en unas estructuras rígidamente jerarquizadas y
disciplinadas, en beneficio propio.
Los que valoramos el verdadero espíritu del 15M, los actuales
“sans-culottes”, término también acuñado en 1789, e igual que ellos, un
movimiento espontáneo y asambleario, no comprendemos la actitud de esa
izquierda que actúa igual que los otros “sans-culottes”, los
intransigentes y demagogos, que creyéndose puristas de la doctrina, llevaron al
terror del Termidor y a consecuencia de él, el golpe de Estado del 18 Brumario.
Los conceptos dogmáticos frenan la defensa de los derechos colectivos y
sociales, demandados por la ciudadanía. Claro ejemplo de discrepancia es el
posicionamiento a favor de algunas autonomías pidiendo la independencia, no
quieren ver que esas autonomías son las que están más vinculadas al mundo de
los negocios, y finanzas. En definitiva al capitalismo mercantil, desde finales
del siglo XIX, por su vinculación al comercio con Inglaterra y el Mediterráneo.
Si tan puristas se consideran, deberían seguir los conceptos de Lenin
cuando dijo: la burguesía, desde que dejó de ser una fuerza progresista, ha
hecho todo lo posible por dividir al proletariado internacional, siempre
utilizó “el patriotismo”, “el amor a la patria y a su defensa”, cuando
en realidad se refiere a la “patria” que representa los intereses de la
burguesía. Esa intransigencia aparta al electorado de clase media a: los
agricultores medianos, profesionales, pescadores independientes, autónomos…
Cuando lo enemigos realmente son, los especuladores, acaparadores,
intermediarios, corruptos…, a esos no hay que darles tregua. Su triunfo en el
2011 hizo doblar las campanas para la ciudadanía, debemos evitar su
prolongación en el poder más allá del 2015. Podemos remediarlo con la unión de
todos los interesados en recuperar los derechos colectivos y sociales del
Bienestar arrebatado, y entre todos vigilar que se cumpla.
John Donne (1) en 1624 escribió: Nadie es una isla,
completo en sí mismo; cada hombre es un pedazo de continente, una parte de la
tierra.; si el mar se lleva una porción de tierra, toda Europa queda
disminuida, como si fuera un promontorio, o la casa de uno de tus amigos, o la
tuya propia. La muerte de cualquier hombre me disminuye porque estoy ligado a
la humanidad; por consiguiente nunca hagas preguntar por quién doblan las
campanas: doblan por ti.
¡Por nosotros! ¡Por la estupidez de ciertas
izquierdas!
(1) - John Donne, Devotions
Upon Emergent Occasions
Autor:
José Enrique Centén Martín Nació en 1952 en Tánger, Marruecos. En la actualidad reside en
la localidad de Sieteiglesias, Madrid. Electricista de profesión, estudia 2º
curso de Historia gracias al acceso a la Universidad para mayores de 25 años.
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