El
Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha, ha anulado, una vez más
decisiones unilaterales, arbitrarias y caciquiles del Gobierno de Cospedal.
nuevatribuna.es
| Por Juan
Antonio Mata Marfil | 28 Enero 2014 - 13:03
h.
Hay días
para estar especialmente contento. Es el caso, ya que celebrar que “podemos”
parar algunas de las cacicadas del PP y sus dirigentes. Dos son los
acontecimientos que acabamos de recibir con alegría y que así nos lo demuestra:
Por un lado la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La
Mancha anulando el despido
de 500 interinos por parte del Gobierno de Cospedal; y por otro la marcha
atrás del Gobierno de la Comunidad de Madrid de privatizar la sanidad pública, como consecuencia de la
gran presión social y judicial de los profesionales de la sanidad y de los
ciudadanos de Madrid ha venido llevando a cabo.
En el
primero de los casos, constatar el varapalo judicial y sindical que le han
vuelto a dar en todos los “morros” a Cospedal y a ese equipo de ineptos,
inútiles e incapaces que tiene alrededor y que nos cuestan a todos un ojo de la
cara.
Enhorabuena
a los interinos que van a volver a sus puestos de trabajo que ilegalmente le
arrebataron y a los sindicatos que llevaron ante los Tribunales la ilegal
decisión.
El Tribunal
Superior de Justicia de Castilla-La Mancha, ha anulado, una vez más decisiones
unilaterales, arbitrarias y caciquiles del Gobierno de Cospedal. En este caso,
ha anulado las Órdenes por las que decidió, incumpliendo normas básicas y
elementales tanto constitucionales como sindicales, la eliminación de un
plumazo de 700 plazas de funcionarios de la Junta, que supuso el despido de
unos 500 interinos. Ahora los tiene que readmitir con todos los derechos que
tenían y pagarles el salario dejado de percibir desde el momento del despido
hasta la fecha de su readmisión: unos 14 millones de euros según los sindicatos
recurrentes.
¿Y quién los
va a pagar habría que preguntarse? ¿A quién nos lo van a quitar? ¿A la sanidad,
a la enseñanza, a los empleados públicos, a los parados, a los discapacitados,
a los dependientes, a los pensionistas? ¿Y no sería más justo se los sacaran a
la Sra. Cospedal y a su equipo de sus bolsillos, de sus espaldas ya que son los
únicos y exclusivos responsables? ¿Por qué hemos de pagar nosotros sus
fechorías, sus cacicadas y sus ilegalidades?
Por cierto
¿Cuántos varapalos judiciales lleva ya la Sra. Cospedal desde que gobierna en
CLM, aparte de los Gurtel o los Barcenas? Los tres de GEACAM, los interinos de
enseñanza, el intento de cierre de las urgencias, por decir algunos de los más
sonados. Y aquí cabría preguntarse y preguntarnos: ¿Cuántos centros de salud,
cuantos médicos, cuantas enfermeras, o cuantos enfermos podrías ser atendidos a
tiempo Sra. Cospedal, con esos recursos malgastados fruto de sus actuaciones
arbitrarias? O ¿cuantos centros escolares, cuantos profesores, cuántos libros,
o cuantas becas se podrían construir, contratar o costear con todo ese dinero
que nos va a costar a todos por no respetar ni la Constitución, ni las Leyes
laborales y administrativos, al creerse que este es su cortijo y que, por
tanto, como cortijera puede hacer lo que le venga en gana, olvidándose que
vivimos todavía en un Estado de Derecho? ¿Cuántos dependientes podrían ser
atendidos?
Es evidente
que Cospedal está inhabilita para gobernar y sobre todo para gobernarnos. En
cualquier país democrático con este cúmulo de errores y esta forma de gobernar,
le llevaría de forma irremediable a la dimisión no solo de los responsables
directos de estas formas de gobierno y estos errores, sino a quien estuviera al
frente del gobierno.
Lo mismo
cabe decir de la marcha atrás del Gobierno del PP de Madrid, respecto de la
privatización de la sanidad pública madrileña y que ha provocado una de las
movilizaciones masivas y sostenidas más importantes de los últimos tiempos, en
los que miles de ciudadanos y profesionales de la sanidad, día tras día se han
estado movilizando frente a esa otra cacicada de privatizar la sanidad pública
madrileña y que los Tribunales judiciales ya paralizaron. Cuanto ha costado no
solo de recursos públicos ese anuncio, sino a la sanidad pública y a los
madrileños una decisión tan injusta como esa. ¿Y quién todo este coste
económico, además del sufrimiento de miles de familias?
Es otra
marcha atrás fruto de la presión, de la movilización. Enhorabuena a quienes
durante cerca de dos años vienen luchando muy activamente contra este
desatino.
Es evidente,
que el PP se está resquebrajando, está perdiendo a pasos agigantados apoyo
social, fruto de un conjunto de decisiones políticas y económicas erráticas y
que pese a lo complejo y complicado de la situación, está provocando que la
ciudadanía esté despertando. Sigamos por ese camino y quien tiene
responsabilidad política, sindical, social y ciudadana, sepa canalizar ese gran
malestar existente en el conjunto de la sociedad.
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