lunes, 27 de enero de 2014

Y ASÍ FUE COMO GAMONALERO SE CONVIRTIÓ EN SINÓNIMO DE LUZ, DE ESPERANZA Y DE REVOLUCIÓN POPULAR

Artículos de Opinión | Joaquín Sánchez Cabezas | 26-01-2014 |
En realidad, no deja de ser Burgos, pero Burgos empoderado y sin complejos. La misma euforia compartida, la misma luz en la mirada de la gente, la misma fraternidad con los desconocidos que se sienten hermanos en luchas ajenas agrupados bajo L’Internacionale. Sonríe, es Gamonal, podrá ya decir el patronato de turismo.

El principio esperanza que enciende conciencias y destituye a burgueses, construye mañanas y gana horizontes. Ese principio esperanza que se abre al futuro no gracias sino frente al PP, trae de manos del pueblo naciendo con 2014, democracia, participación popular, desarrollo de las fuerzas sociales y perfume; mucho perfume porque esta alegría se huele y respira. En Gamonal, hoy somos un poco más libres que ayer y el aire es más sano.
Günther Anders, el filósofo alemán definía al hombre como ser no fijado, ser no acabado. Ser que se define y se construye como lo que hace a partir de sí mismo en cada momento. En la misma línea, Sartre lo formulaba tiempo después de manera sintética: la esencia precede a la esencia. Intentando resumir a ambos, de manera simplona, eso sí, podríamos formularlo en 6 palabras: El hombre no nace, se hace. La mujer no nace, se hace. La sociedad no nace, se hace.
La correlación del legado de estos filósofos con Gamonal y con la batalla ideológica que está prendiendo España, Europa y el planeta es directa. En Hamburgo, o en Gamonal las crecientes mayorías sociales plantean que el futuro no se aguarda, que la esperanza es dialéctica y que el cambio social toca ser construido por el pueblo. La apropiación de términos identificativos como España, popular, constitución, democracia, por parte de la derecha, durante largo tiempo ha provocado apocamiento y sumisión, pérdida de espacios de unidad y desdibujamiento de identidades colectivas. “España ¡A la calle! #Gamonal” resuena rasgando ese escenario de complejos creando otro nuevo y luminoso. El mismo escenario que el de los esclavos de Espartaco liberando el Imperio y el ejército rojo entrando en Berlín. Dice Chomsky “Siempre se ha contado con la reserva de un cuerpo considerable de esclavos a sueldo que harán cualquier trabajo, por duro que sea antes de morir de hambre” y realmente esa era y esa es la baza que el sistema ha jugado en cualquier momento de la historia excepto cuando la solidaridad ha traspasado los límites individuales y a los pobres no les ha quedado nada más que perder y todo por ganar. Hoy nos acercamos vertiginosamente a ese escenario y es en nuestra propia acción donde definimos, en esta hora que nos ha tocado, la propia esclavitud o no, y la de la humanidad; perpetuar el sistema o cambiarlo de base, perpetuar el sistema o gamonalizarlo. Gamonal es más que eso, se comenta. Ya es un símbolo y habrá que ponerle un monumento en la zona cero de cada ciudad.
Con el frutero de mi barrio debato a menudo: Una manzana puede ser en sus atributos verde, roja… ácida, dulce… pero en esencia es una manzana. Decir crisis “a la ligera”, depresión económica, corrupción, recortes sociales, manipulación informativa, aprovechamiento de lo público para beneficio privado… son formas de plantear el problema en sus atributos en vez de en su esencia. Decir, sin embargo, crisis sistémica implica reconocer que todo lo anterior es inherente a este modelo civilizatorio, en el que puede haber variaciones de acidez o de color. -Decir también que a mi frutero le interesa saber por qué es pobre.
Utilizar la palabra crisis “a la ligera” es adjetivar una coyuntura, un momento, es nombrar unas características temporales. Utilizar la palabra crisis “con fundamento” es observar, sin embargo, trasversalmente a lo largo de la historia que los modelos civilizatorios que se han ido sucediendo nos pueden mostrar de manera consciente la permanencia de grupos sociales concretos (distintos en cada modelo) que se han beneficiado de otros. – Y los pobres como mi frutero necesitan y buscan no sólo fútbol y coprotele sino liberación.
In crescendo se preguntan, porque ser pobre no es sinónimo de pasivo ni de choni, ¿Cómo crearemos procesos constituyentes que desestabilicen no sólo las instituciones vigentes sino también las ideas dominantes del Panem et circenses? In crescendo se preguntan ¿Cómo podremos gobernarnos colectivamente a través de procesos participativos de manera organizada y eficaz? ¿Cómo podemos gestionar nuestra riqueza común sin las relaciones de dependencia y exclusión instituidas en el marco de la propiedad privada? ¿Cómo nos opondremos a la concentración de poder de banqueros y constructores y contrarrestaremos su capacidad coercitiva y adoctrinante? ¿Cómo extenderemos al terreno económico la democracia política? ¿Cómo ejerceremos control sobre nuestra propia vida creadora en vez de enajenarla vendiendo nuestra fuerza de trabajo?
Los pobres in crescendo se preguntan y espabilan. La mera crítica ante la situación actual ya no vale: “es que el sistema…”, “es que los políticos…”, es que el capitalismo…”. Pasar de la crítica abstracta a la construcción en lo concreto exige definir aquello sobre lo que queremos trabajar y ahí ya no está “El gobierno” sino un modo concreto de gobernar, ya no están “los políticos” sino un modo concreto de hacer política (otra de las palabras prostituidas por el contubernio derechón financiero y del cemento).
En nuestro contexto de búsqueda de una justicia social y de un desarrollo de lo político que permita un mayor desarrollo a su vez de las personas y de las sociedades podemos plantear la transformación de dos formas: O bien valorando la realidad, partiendo de ella y de sus características para romper con ella y construir algo superior desde lo concreto, o bien presentando en forma de abstracción lo real y lo ideal como realidades opuestas, irreconciliables, pero bloqueando nuestro avance por culpa de la falta de concreciones que ayuden a superar la realidad actual. El cambio será revolucionario o no será, dicen, pero también será concreto o tampoco será, y ésta es la gran lección aprendida por muchos en los últimos años a la luz de las protestas españolas, griegas y árabes.
La construcción desde lo concreto de la identidad unitaria revolucionaria viene al caso no sólo por los Gamonales que surgen continuamente con más o menos éxito; viene al caso también por la próxima cita europea donde habrá que decidir si dar fuerza real a la izquierda u optar por una representación simbólica y dividida. Aún no es tarde para fusionar el dilema. ¿Podremos o sumaremos? Cuando el pueblo no suma, la troika ríe y cuando la troika ríe, el pueblo pierde. No podemos escoger otra época que la actual pero queda escoger qué hacer en ella: Sumar, seguir, seguir, sumar… porque cuando paremos se nos olvidará que Gamonal no fue un regalo sino una conquista.
Me pregunto si España entera será gamonalera este año y si Europa se sumará.


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