Artículos de Opinión | Joaquín Sánchez Cabezas | 26-01-2014
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En
realidad, no deja de ser Burgos, pero Burgos empoderado y sin complejos. La
misma euforia compartida, la misma luz en la mirada de la gente, la misma
fraternidad con los desconocidos que se sienten hermanos en luchas ajenas
agrupados bajo L’Internacionale. Sonríe, es Gamonal, podrá ya decir el
patronato de turismo.
El
principio esperanza que enciende conciencias y destituye a burgueses, construye
mañanas y gana horizontes. Ese principio esperanza que se abre al futuro no
gracias sino frente al PP, trae de manos del pueblo naciendo con 2014,
democracia, participación popular, desarrollo de las fuerzas sociales y
perfume; mucho perfume porque esta alegría se huele y respira. En Gamonal, hoy
somos un poco más libres que ayer y el aire es más sano.
Günther
Anders, el filósofo alemán definía al hombre como ser no fijado, ser no
acabado. Ser que se define y se construye como lo que hace a partir de sí mismo
en cada momento. En la misma línea, Sartre lo formulaba tiempo después de
manera sintética: la esencia precede a la esencia. Intentando resumir a ambos,
de manera simplona, eso sí, podríamos formularlo en 6 palabras: El hombre no
nace, se hace. La mujer no nace, se hace. La sociedad no nace, se hace.
La
correlación del legado de estos filósofos con Gamonal y con la batalla
ideológica que está prendiendo España, Europa y el planeta es directa. En
Hamburgo, o en Gamonal las crecientes mayorías sociales plantean que el futuro
no se aguarda, que la esperanza es dialéctica y que el cambio social toca ser
construido por el pueblo. La apropiación de términos identificativos como España,
popular, constitución, democracia, por parte de la derecha, durante largo
tiempo ha provocado apocamiento y sumisión, pérdida de espacios de unidad y
desdibujamiento de identidades colectivas. “España ¡A la calle! #Gamonal”
resuena rasgando ese escenario de complejos creando otro nuevo y luminoso. El
mismo escenario que el de los esclavos de Espartaco liberando el Imperio y el
ejército rojo entrando en Berlín. Dice Chomsky “Siempre se ha contado con la
reserva de un cuerpo considerable de esclavos a sueldo que harán cualquier
trabajo, por duro que sea antes de morir de hambre” y realmente esa era y esa
es la baza que el sistema ha jugado en cualquier momento de la historia excepto
cuando la solidaridad ha traspasado los límites individuales y a los pobres no
les ha quedado nada más que perder y todo por ganar. Hoy nos acercamos
vertiginosamente a ese escenario y es en nuestra propia acción donde definimos,
en esta hora que nos ha tocado, la propia esclavitud o no, y la de la
humanidad; perpetuar el sistema o cambiarlo de base, perpetuar el sistema o
gamonalizarlo. Gamonal es más que eso, se comenta. Ya es un símbolo y habrá que
ponerle un monumento en la zona cero de cada ciudad.
Con
el frutero de mi barrio debato a menudo: Una manzana puede ser en sus atributos
verde, roja… ácida, dulce… pero en esencia es una manzana. Decir crisis “a la
ligera”, depresión económica, corrupción, recortes sociales, manipulación
informativa, aprovechamiento de lo público para beneficio privado… son formas
de plantear el problema en sus atributos en vez de en su esencia. Decir, sin
embargo, crisis sistémica implica reconocer que todo lo anterior es inherente a
este modelo civilizatorio, en el que puede haber variaciones de acidez o de
color. -Decir también que a mi frutero le interesa saber por qué es pobre.
Utilizar
la palabra crisis “a la ligera” es adjetivar una coyuntura, un momento, es
nombrar unas características temporales. Utilizar la palabra crisis “con
fundamento” es observar, sin embargo, trasversalmente a lo largo de la historia
que los modelos civilizatorios que se han ido sucediendo nos pueden mostrar de
manera consciente la permanencia de grupos sociales concretos (distintos en
cada modelo) que se han beneficiado de otros. – Y los pobres como mi frutero
necesitan y buscan no sólo fútbol y coprotele sino liberación.
In
crescendo se preguntan, porque ser pobre no es sinónimo de pasivo ni de choni,
¿Cómo crearemos procesos constituyentes que desestabilicen no sólo las
instituciones vigentes sino también las ideas dominantes del Panem et
circenses? In crescendo se preguntan ¿Cómo podremos gobernarnos
colectivamente a través de procesos participativos de manera organizada y
eficaz? ¿Cómo podemos gestionar nuestra riqueza común sin las relaciones de
dependencia y exclusión instituidas en el marco de la propiedad privada? ¿Cómo
nos opondremos a la concentración de poder de banqueros y constructores y
contrarrestaremos su capacidad coercitiva y adoctrinante? ¿Cómo extenderemos al
terreno económico la democracia política? ¿Cómo ejerceremos control sobre
nuestra propia vida creadora en vez de enajenarla vendiendo nuestra fuerza de
trabajo?
Los
pobres in crescendo se preguntan y espabilan. La mera crítica ante la situación
actual ya no vale: “es que el sistema…”, “es que los políticos…”, es que el
capitalismo…”. Pasar de la crítica abstracta a la construcción en lo concreto
exige definir aquello sobre lo que queremos trabajar y ahí ya no está “El
gobierno” sino un modo concreto de gobernar, ya no están “los políticos” sino
un modo concreto de hacer política (otra de las palabras prostituidas por el
contubernio derechón financiero y del cemento).
En
nuestro contexto de búsqueda de una justicia social y de un desarrollo de lo
político que permita un mayor desarrollo a su vez de las personas y de las
sociedades podemos plantear la transformación de dos formas: O bien valorando
la realidad, partiendo de ella y de sus características para romper con ella y
construir algo superior desde lo concreto, o bien presentando en forma de abstracción
lo real y lo ideal como realidades opuestas, irreconciliables, pero bloqueando
nuestro avance por culpa de la falta de concreciones que ayuden a superar la
realidad actual. El cambio será revolucionario o no será, dicen, pero también
será concreto o tampoco será, y ésta es la gran lección aprendida por muchos en
los últimos años a la luz de las protestas españolas, griegas y árabes.
La
construcción desde lo concreto de la identidad unitaria revolucionaria viene al
caso no sólo por los Gamonales que surgen continuamente con más o menos éxito;
viene al caso también por la próxima cita europea donde habrá que decidir si
dar fuerza real a la izquierda u optar por una representación simbólica y
dividida. Aún no es tarde para fusionar el dilema. ¿Podremos o sumaremos?
Cuando el pueblo no suma, la troika ríe y cuando la troika ríe, el pueblo
pierde. No podemos escoger otra época que la actual pero queda escoger qué
hacer en ella: Sumar, seguir, seguir, sumar… porque cuando paremos se nos
olvidará que Gamonal no fue un regalo sino una conquista.
Me
pregunto si España entera será gamonalera este año y si Europa se sumará.
Fuente: www.tercerainformacion.es
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