El presupuesto de 2014
es de 57.632 millones de euros, de los que 52.200 millones corresponden a los
presupuestos de las CCAA, que alcanzan una disminución del 18,72% desde 2009.
nuevatribuna.es | Por Marciano
Sánchez Bayle | 26
Enero 2014 - 17:21 h.
Como
siempre los medios de comunicación se hacen eco de casos concretos: aumentos de
las listas de espera, demoras excesivas en urgencias, problemas para los
ingresos, etc, pero muy poco de las causas, que son bien conocidas.
Desde
2009 nuestro sistema sanitario público esta viviendo un proceso de recortes y
descapitalización que es muy importante. En ese año el presupuesto sanitario
público liquidado fue de 70.464 millones de €, del que el gasto correspondiente
a las CCAA alcanzó 64.272 millones € (datos del Ministerio de Sanidad), pues
este gasto sanitario ha ido disminuyendo progresivamente, de manera que el
presupuesto de 2014 es de 57.632 millones €, de los que 52.200 millones
corresponden a los presupuestos de las CCAA, que alcanzan una disminución del
18,72% desde 2009.
Obviamente
las diferencias entre presupuestado y liquidado deben ser vistas con prudencia
porque es habitual una cierta desviación al alza, pero esta es relativa
(alrededor de un 5%) y este año con los presupuestos de las CCAA vigilados
estrechamente por Hacienda es previsible que esta desviación sea menor.
Por
otro lado en el gasto sanitario público se incluye una partida (915 millones en
el presupuesto liquidado de 2011) que corresponde a las administraciones
locales que ha ido históricamente en disminución en estos años y que de acuerdo
a la nueva ley de bases de régimen local dejan de ser de su competencia por lo
que es previsible que vaya disminuyendo progresivamente hasta desaparecer,
aunque se ha incluido en el calculo del presupuesto para 2014, lo que hace que
este sobrevalore la situación real.
Está
es la situación, 12.832 millones € menos de presupuesto sanitario público total
y 12.072 millones menos de presupuesto para las CCAA (18,21 y 18,78% de
reducción respectivamente).
Obviamente
en estas circunstancias es imposible mantener los mismos servicios, y aunque
los efectos del RD 16/2012 en cuanto a copagos y exclusión de medicamentos han
supuesto una disminución del gasto farmacéutico público en recetas de 1.955
millones €, convine recordar que no incluye el gasto hospitalario (que ha
continuado creciendo), que este gasto hasta ahora en descenso ha tenido un
crecimiento mantenido los últimos 3 meses y que se hace a costa de trasladar
gasto sanitario público a gasto privado generando numerosas desigualdades ( un
18% de los pensionistas no retiran medicamentos prescritos) y de daños
desconocidos para la salud y sobre el sistema sanitario (el abandono de
medicaciones necesarias empeora la salud, aumenta los ingresos y las visitas a urgencias).
Los
efectos se han notado especialmente en recortes de personal (25.500
trabajadores sanitarios menos entre enero y julio de 2013 según el Ministerio
de Hacienda, 55.000 menos en los últimos 4 años según CCOO), también en
recortes en las estructuras sanitarias (cierres de camas, de turnos de tarde,
de servicios de urgencias, etc), por supuesto con incidencia distinta en las
diferentes CCAA.
Además
los fenómenos privatizadores, en muchas CCAA, presionan hacia un mayor recorte
en los servicios públicos, porque detraen fondos del presupuesto, porque tienen
unos costes muy superiores al sistema público y porque se hacen con contratos
que les aseguran una revisión anual al alza de sus ingresos, mientras los
presupuestos sanitarios continúan descendiendo.
Aunque
los datos que se tienen sobre los resultados en salud de los recortes son pocos
(ya se encargan las distintas administraciones sanitarias de ocultarlos), todo
lo que se sabe indica que la salud de la población se esta deteriorando y así
lo señalan numerosas publicaciones internacionales (Lancet, British Medical
Journal, etc) de manera que incluso quienes han propiciado esta política
suicida de recortes han lanzado señales de advertencia (OCDE, UE; FMI), porque
saben que España nunca ha tenido un problema de exceso de gasto sanitario
público.
En
fin, nos encontramos en una situación presupuestaria que es insostenible para
la Sanidad Pública, porque además conviene recordar que los recortes que se
están produciendo en otros ámbitos (empleos, pensiones, ect) hacen a la salud
de población mas vulnerable e incrementan la demanda de atención sanitaria.
Por
Marciano Sánchez Bayle | Portavoz de la Federación de Asociaciones para
la Defensa de la Sanidad Pública
Fuente: www.nuevatribuna.es
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