Las Artes ignora el paradero de cuadros,
esculturas y objetos con siglos de historia
Algunos de los bienes más valiosos llevan
desaparecidos más de una década
Depósito de muebles y enseres en el
Almacén de la Villa, donde el Ayuntamiento guarda sus bienes, además de objetos
obtenidos por embargos. / SAMUEL SÁNCHEZ
El
Ayuntamiento de Madrid ha perdido el rastro a cerca de 200 objetos registrados
en el inventario municipal de bienes de carácter histórico y artístico, de los
que se sabe prácticamente todo al detalle, incluido su valor económico, excepto
el lugar en el que se encuentran. Estos objetos (cuadros, estatuas, mobiliario,
tapices, etcétera) forman parte de un catálogo de 6.700 bienes catalogados.
Según fuentes municipales, no se trata de obras pertenecientes a las
colecciones museísticas del Ayuntamiento sino de objetos que, por su antigüedad
o naturaleza artística, fueron incluidos en ese inventario. Este catálogo está
siendo sometido ahora a revisión, con vistas a su publicación actualizada el
próximo mes de marzo.
El área
municipal de Las Artes, de quien depende, asegura que para entonces habrá localizado
todos los objetos cuya ubicación ahora desconoce. Sin embargo, y pese a que el
inventario se renueva de forma periódica, muchos de estos bienes, los más
valiosos, llevan en paradero desconocido por lo menos desde 2003.
El líder
municipal socialista, Jaime Lissavetzky, cree que “el Ayuntamiento está
incumpliendo su obligación de custodiar los bienes de todos los madrileños”.
“Exijo que en el plazo de un mes se hagan constar todos los bienes
pendientes de comprobación en el inventario. Es obligado dar de alta y de baja
los bienes en cada momento que se producen”, añade.
“El grupo
socialista lleva tiempo ya alertando sobre la necesidad de cuidar el
patrimonio. Hace cuatro años colaboró en mejorar el control del inventario.
Ahora vuelve a comprobar que el PP se salta sus deberes con los
madrileños”, zanja Lissavetzky.
La edil socialista Ana García d’Atri
añade: “Si constata que faltan bienes, el Ayuntamiento debe denunciarlo. Tiene
que caer toda la responsabilidad política y, en su caso, penal sobre los
encargados de la vigilancia del patrimonio. En este Ayuntamiento parece que
solo está presente la cultura cuando se trata de agredirla o mercadear
con ella”.
“No puede
haber obras de arte que no sepamos dónde están. Me temo lo peor dado que el
cuadro de Antonio de Felipe ni siquiera está inventariado, algo inconcebible, y
por lo que cuanto antes alguien debería responder. Esto es un episodio más del
desinterés del Gobierno del Partido Popular por la cultura”, considera el
portavoz municipal socialista, Jaime Lissavetzky.
La alusión a
un cuadro de Antonio de Felipe se corresponde con la presunta desaparición de
una obra de ese autor cedida en 1996 a la Junta de Distrito de Retiro.
El cuadro, valorado en 12.000 euros, no fue incluido en el inventario de bienes
de carácter histórico y artístico. Colgó del despacho del concejal durante
años, hasta que un día sencillamente dejó de estar allí y ahora nadie sabe
dónde se encuentra.
Algo similar
puede haber ocurrido con los cerca de 200 objetos (198, según el Ayuntamiento;
209, según el recuento realizado por este periódico) que figuran catalogados en
una localización “pendiente de comprobación”.
Pudieron ser
trasladados de lugar sin que se apuntara adónde, por ejemplo. Así, ahora
descansarían en un almacén a la espera de volver a su ubicación original o a
cualquier otra. O pudieron ser distraídos hace tiempo por amigos de lo ajeno
sin que el Ayuntamiento se percatara de ello. En cualquier caso, se trata de
bienes de todos los madrileños que el Consistorio ha extraviado. Algunos
tienen, además de su supuesto valor histórico o artístico, un presunto valor económico.
En este
caso, la cuantía fijada en el inventario debe tomarse con cautela porque se
trata del valor de adquisición (una lámpara de techo estilo araña comprada en
1945 por un millón y medio de pesetas, cuando por ese dinero se podía adquirir
una buena casa, figura ahora por ese mismo valor, 9.000 euros) o el que se le
diera en el momento de inclusión en el catálogo. No se tiene así en cuenta ni
el efecto de la inflación ni la apreciación o depreciación del bien por su
valor artístico e histórico intrínseco a lo largo de los años. Hecha esa
salvedad, la suma del valor de los objetos extraviados roza los 600.000 euros,
según su precio en el inventario.
¿Qué objetos
están en paradero desconocido? Hay, por ejemplo, dos cuadros provenientes del
Museo Municipal; salieron de allí en abril de 1992, y no se sabe nada de ellos
al menos desde 2003.
Hay objetos
como un candelabro de plata neogótico de medio metro de altura, o dos relojes
de pared de madera del siglo XIX. Una lámpara de techo de bronce y cristal del
siglo XIX de más de dos metros de altura, o una alfombra de 12 metros de
longitud. E, incluso, una mesa de sesiones con 15 sillones a juego valorada en
su momento en 60.000 euros.
Hay
esculturas, como las 27 piezas de estilo neoclásico del siglo XVIII procedentes
del palacio de los Duques de Osuna. Hay pinturas, como un grabado y un dibujo
de Eduardo Arroyo, o un retrato del exalcalde Enrique Tierno Galván realizado
por José Luis de Palacio y valorado en 18.000 euros. Y arte sacro, como un
Cristo crucificado o una copia del famoso cuadro de la Virgen de la Paloma,
ambos del siglo XVII. Esas dos obras (de 30.000 euros cada una), como muchas de
las más valiosas, ya estaban en paradero desconocido en 2003.
Alberto
Ruiz-Gallardón (PP) relevó ese año en la alcaldía a José María Álvarez del
Manzano. Inició entonces un meticuloso proceso de inventario de bienes
inmuebles y muebles del Ayuntamiento, incluidos los de valor histórico y
artístico. En 2008, elaboró una instrucción sobre altas y bajas y gestión del
inventario.
Ahora, con Ana Botella en la
alcaldía desde enero de 2012, el Ayuntamiento se ha comprometido a localizar
esas obras. Algunas llevan tanto tiempo extraviadas, sin embargo, que quizá lo
más factible sea aceptar la pérdida. Y reflejarla en el inventario.
Fuente: www.elpais.com
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