lunes, 9 de marzo de 2015

ALGUNAS REFLEXIONES DESLAVAZADAS E INSIGNIFICANTES SOBRE LA ACTUALIDAD POLÍTICA ESPAÑOLA



nuevatribuna.es |Cándido Marquesán Millán | Profesor de Secundaria. Zaragoza| 09 Marzo 2015 - 08:17 h.
De una año acá la irrupción de Podemos en nuestro panorama político ha sido uno de los hechos más destacados. Recientemente está cobrando también protagonismo el partido de Ciudadanos. La prueba de ello es que recientes encuestas señalan que entre el PP, PSOE, Podemos y Ciudadanos tienen alrededor del 80% del electorado y cualquiera de ellos tiene la posibilidad de ganar las futuras elecciones generales. Esta nueva circunstancia supone un cambio radical a nivel político, una ruptura en toda regla de la forma de gobierno iniciada en los años 80,  en base al  bipartidismo con el apoyo coyuntural de los nacionalistas vascos y catalanes; la presencia de IU era testimonial, salvo en algunos municipios o autonomías. De mantenerse estas preferencias serán inevitables los pactos políticos entre las diferentes fuerzas políticas. Práctica política inexistente hasta ahora a nivel estatal. También es cierto que el español es poco propenso al pacto. Qué bien nos conocía Azaña, cuando en su gran obra La Velada de Benicarló por medio de Morales (Azaña como escritor) nos describía “El blanco de su impaciencia, de su cólera y enemistad es otro español. Otro español quien le hace tascar el freno, contra quien busca el desquite. ¿El desquite de qué ofensa? La ofensa de pensar contrariamente. El español es extremoso en sus juicios. Los segundos términos, los perfiles indecisos, la gradación de matices, no son de nuestra moral, de nuestra política, de nuestra estética. Cara o cruz, muerte o vida, resalto brusco, granito emergente de la arena”.
No obstante, hasta las próximas elecciones generales pueden producirse cambios importantes en las preferencias electorales, mas hay un aspecto que pasa prácticamente desapercibido: tener más votos no significa más representación parlamentaria como consecuencia de la ley electoral vigente que privilegia el voto rural sobre el urbano, lo que puede perjudicar sobre todo a Podemos.
En cuanto al partido de Albert Rivera no entro a analizar sus planteamientos ideológicos, aunque sí quiero señalar que en la elaboración de su programa económico ha participado  el afamado economista  Luis Garicano, del que pude conocer su pensamiento económico a través de la lectura de su libro El dilema de España. Ser más productivo para vivir mejor, y a grandes rasgos denota una concepción elitista y tecnocrática para el ejercicio de la política, así como determinados planteamientos impregnados del neoliberalismo puro y duro. Es de valorar que Ciudadanos haya dado el salto de la política de Cataluña al resto del Estado, no en vano se ha acusado a la clase política catalana de no implicarse en la problemática española. Y cuando se implica, para deslegitimarla la cúpula del PP la acusa de ser un partido catalán. Realmente patético. ¡Cuánto daño han hecho y lo siguen haciendo los populares con su irresponsabilidad política a la indisoluble unidad de la nación española, patria común e indivisible de todos los españoles!
 Ahora nos detendremos en Podemos. Toda esta avalancha de emotividad  esparcida por las calles y las plazas españolas, la izquierda existente principalmente la del PSOE e IU se ha mostrado incapaz de escucharla, recogerla y encauzarla en un programa articulado e ilusionante. Quien si ha dado muestras de sensibilidad para oírla y encauzarla políticamente ha sido Podemos. De ahí su éxito electoral y con unas expectativas inmensas, que está provocando un auténtico pavor a los partidos políticos sistémicos y a los grandes poderes económicos. Y como consecuencia se ha urdido una campaña brutal de descrédito inusitada en nuestra democracia hacia sus dirigentes, circunstancia que no les debería haber cogido de sorpresa. Una cosa es ser expertos politólogos y otra muy diferente ser encanallados políticos. En política la lucha es encarnizada. Decía el Conde de Romanones que de la madera de los intelectuales salen escasos y buenos políticos y de la de los filósofos, ninguno.
Igualmente deberían ser conscientes de la enorme responsabilidad que cae sobre sus espaldas, y que sepan estar a la altura de las grandes expectativas generadas por el desencanto en una parte importante de la sociedad española. Para ello,  a pesar de su juventud, deben tener los pies en el suelo, la cabeza en su sitio y no se vean desbordados por un protagonismo y una popularidad tan repentinos y que, aunque digan lo contrario, no entraban en sus previsiones. Pablo Iglesias en el conversatorio “Alternativas políticas para la crisis global”, desarrollado en la ciudad de La Paz en el Auditorio del Banco Central de Bolivia (BCB), el 25 de septiembre de 2014 señaló “Corría el mes de febrero del año 2014 y me habían invitado a dar una conferencia con un compañero de Izquierda Unida (IU), que se llama Alberto Garzón, que es un gran compañero y él hablaba, fundamentalmente de economía, porque él es economista, yo hablaba de política; y en un momento determinado de la charla, cuando el público empezó a hacer preguntas, alguien dijo: ¿cuál es la clave que les diferencia a ustedes, pues ustedes van a competir en las elecciones europeas con fuerzas políticas distintas? Y, yo ahí me la jugué y fui muy arrogante, dije: la diferencia fundamental es que nosotros sabemos cómo ganar”.
Por otra parte, tengo la impresión de que sus dirigentes tengan cierto reparo, aquí en España por temor a perder votos, de afirmar que sus referentes políticos son los regímenes de la Venezuela de Chávez, el Ecuador y la Bolivia de Evo Morales, regímenes a los que los medios de comunicación y los políticos españoles tratan de descalificar con los epítetos de radicales, populistas y bolivarianos, sin saber realmente muchos cuáles son sus significados auténticos. No solo no deberían tener reparo, sino que deberían sentirse orgullosos de ellos, ya que como señala Boaventura de Sousa Santos,  la osadía de América Latina en los últimos quince años consistió en construir una nueva Guerra Fría, aprovechando, como en la anterior, un momento de flaqueza del capitalismo hegemónico. Entrampado desde los años noventa del siglo pasado en el Oriente Medio para saciar el insaciable complejo industrial militar y su avidez de petróleo, el Imperio dejó que avanzasen en su patio formas de nacionalismo y de populismo que, al contrario de las anteriores, ya no buscaban las exiguas clases medias urbanas, sino la gran masa de los excluidos y marginados. Tenían, pues, una fuerte vocación de inclusión social. Más claro, estos países de Venezuela, Ecuador y Bolivia han tenido el coraje político de hacer frente al neoliberalismo, ideología que se ha globalizado y que se ha impuesto en Europa.
Sin embargo, Pablo Iglesias en Bolivia, en la conferencia anteriormente mencionada no esconde sus referentes. “Pero, hoy, querría que pudiéramos compartir una serie de intimidades políticas que tienen mucho que ver con la genealogía, con el ADN de “Podemos” y que están, directamente, vinculadas con Bolivia y de una manera mucho más estrecha de lo que muchos podrían imaginarse…” Mas adelante señala: Recuerdo el mes de diciembre de 2005, que yo estaba en Bolivia para participar como un observador electoral en aquellas elecciones y recuerdo una conversación a través de messenger con mi amigo Rajón, que está por aquí, que ha sido nuestro responsable de campaña, y le contaba, emocionado: no te imaginas lo que está ocurriendo aquí, aquí están ganando los nuestros, imaginando lo que representa la propia palabra “ganar” para un europeo…” Y acaba: “¿Por qué hemos venido a América Latina? Por la misma razón que el primer viaje que hicimos dentro de Europa fue a Grecia para reunirnos con Alexis Tsipras, que va a ser el próximo presidente de Grecia, para preguntar qué vais a hacer. Estamos aquí, no para dar conferencias ni para enseñar nada, estamos aquí para preguntar, para aprender, para aprender qué es lo que significa el cambio político, cuando eso ya no es sólo reflexión intelectual en las universidades o cuando eso ya no es solamente la disputa de la política en el terreno electoral, sino cuando eso significa ser gobierno y enfrentarse a todas las contradicciones, a todas las dificultades , a todos los elementos que, como decía antes, marcan la diferencia entre un revolucionario que asume que lo que puede hacer es reformas políticas a nivel del Estado y un incapaz; nosotros queríamos parecernos al primer grupo y para eso tenemos mucho que aprender de ustedes:”
A Pablo Iglesias le respondió el vicepresidente de Bolivia, Álvaro García Linera con las siguientes palabras: Europa se nos presenta como un continente cansado, agotado de ideas, agotado en su ímpetu y espíritu e ideas que alumbró buena parte del siglo XX…En medio de ese panorama para Europa, no cabe duda que América Latina ha dado una señal, pero es una señal con pensamiento revolucionario que tiene su acompañamiento paralelo en otras expresiones del mundo, que aquí no las conocemos mucho, que no las leemos. ¿Qué estará pasando en Asia, en África? Pero lo que sí entendemos que en Europa están surgiendo cosas nuevas. Ustedes son una nueva izquierda, no cabe duda, muy fresca, no solo por la juventud, sino por las ideas y la ausencia de complejos… Por eso es muy lindo oírlos, verlos a ustedes en sus luchas y ver cómo un pequeño núcleo de jóvenes se ha ido expandiendo. Pablo,  quiero decirles, sigan adelante, la cosa es complicada. No hay modelos a imitar, no hay recetario, no hay historia lineal; lo importante es este compromiso por construir modelos alternativos de organización, de movilización, de una nueva Europa. Ojala, que esfuerzos que están surgiendo, como el de ustedes, nos puedan diseñar una nueva Europa, la necesitamos. Ya, América Latina va diez años y no encuentra su correlato en otros continentes, de no haber apoyo en otros continentes, puede venir una oleada conservadora en el continente latinoamericano, sería terrible porque así son los procesos, si una iniciativa no se globaliza, la globalización te globaliza y te digiere y te destruye…
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