nuevatribuna.es |Cándido
Marquesán Millán | Profesor de Secundaria. Zaragoza| 09 Marzo 2015 - 08:17
h.
De una año acá la irrupción de Podemos en nuestro panorama
político ha sido uno de los hechos más destacados. Recientemente está cobrando
también protagonismo el partido de Ciudadanos. La prueba de ello es que
recientes encuestas señalan que entre el PP, PSOE, Podemos y Ciudadanos tienen
alrededor del 80% del electorado y cualquiera de ellos tiene la posibilidad de
ganar las futuras elecciones generales. Esta nueva circunstancia supone un
cambio radical a nivel político, una ruptura en toda regla de la forma de
gobierno iniciada en los años 80, en base al bipartidismo con el
apoyo coyuntural de los nacionalistas vascos y catalanes; la presencia de IU
era testimonial, salvo en algunos municipios o autonomías. De mantenerse estas preferencias
serán inevitables los pactos políticos entre las diferentes fuerzas políticas.
Práctica política inexistente hasta ahora a nivel estatal. También es cierto
que el español es poco propenso al pacto. Qué bien nos conocía Azaña,
cuando en su gran obra La Velada de Benicarló por medio de Morales
(Azaña como escritor) nos describía “El blanco de su impaciencia, de su cólera
y enemistad es otro español. Otro español quien le hace tascar el freno, contra
quien busca el desquite. ¿El desquite de qué ofensa? La ofensa de pensar
contrariamente. El español es extremoso en sus juicios. Los segundos términos,
los perfiles indecisos, la gradación de matices, no son de nuestra moral, de
nuestra política, de nuestra estética. Cara o cruz, muerte o vida, resalto
brusco, granito emergente de la arena”.
No obstante, hasta las próximas elecciones generales pueden
producirse cambios importantes en las preferencias electorales, mas hay un
aspecto que pasa prácticamente desapercibido: tener más votos no significa más
representación parlamentaria como consecuencia de la ley electoral vigente que
privilegia el voto rural sobre el urbano, lo que puede perjudicar sobre todo a
Podemos.
En cuanto al partido de Albert Rivera no entro a analizar
sus planteamientos ideológicos, aunque sí quiero señalar que en la elaboración
de su programa económico ha participado el afamado economista Luis
Garicano, del que pude conocer su pensamiento económico a través de la
lectura de su libro El dilema de España. Ser más productivo para vivir
mejor, y a grandes rasgos denota una concepción elitista y tecnocrática
para el ejercicio de la política, así como determinados planteamientos
impregnados del neoliberalismo puro y duro. Es de valorar que Ciudadanos haya
dado el salto de la política de Cataluña al resto del Estado, no en vano se ha
acusado a la clase política catalana de no implicarse en la problemática
española. Y cuando se implica, para deslegitimarla la cúpula del PP la acusa de
ser un partido catalán. Realmente patético. ¡Cuánto daño han hecho y lo siguen
haciendo los populares con su irresponsabilidad política a la indisoluble
unidad de la nación española, patria común e indivisible de todos los
españoles!
Ahora nos detendremos en Podemos. Toda esta avalancha
de emotividad esparcida por las calles y las plazas españolas, la
izquierda existente principalmente la del PSOE e IU se ha mostrado incapaz de
escucharla, recogerla y encauzarla en un programa articulado e ilusionante.
Quien si ha dado muestras de sensibilidad para oírla y encauzarla políticamente
ha sido Podemos. De ahí su éxito electoral y con unas expectativas inmensas,
que está provocando un auténtico pavor a los partidos políticos sistémicos y a
los grandes poderes económicos. Y como consecuencia se ha urdido una campaña brutal
de descrédito inusitada en nuestra democracia hacia sus dirigentes,
circunstancia que no les debería haber cogido de sorpresa. Una cosa es ser
expertos politólogos y otra muy diferente ser encanallados políticos. En
política la lucha es encarnizada. Decía el Conde de Romanones que de la
madera de los intelectuales salen escasos y buenos políticos y de la de los
filósofos, ninguno.
Igualmente deberían ser conscientes de la enorme
responsabilidad que cae sobre sus espaldas, y que sepan estar a la altura de
las grandes expectativas generadas por el desencanto en una parte importante de
la sociedad española. Para ello, a pesar de su juventud, deben tener los
pies en el suelo, la cabeza en su sitio y no se vean desbordados por un
protagonismo y una popularidad tan repentinos y que, aunque digan lo contrario,
no entraban en sus previsiones. Pablo Iglesias en el conversatorio
“Alternativas políticas para la crisis global”, desarrollado en la ciudad de La
Paz en el Auditorio del Banco Central de Bolivia (BCB), el 25 de septiembre de
2014 señaló “Corría el mes de febrero del año 2014 y me habían invitado a dar
una conferencia con un compañero de Izquierda Unida (IU), que se llama Alberto
Garzón, que es un gran compañero y él hablaba, fundamentalmente de economía,
porque él es economista, yo hablaba de política; y en un momento determinado de
la charla, cuando el público empezó a hacer preguntas, alguien dijo: ¿cuál es
la clave que les diferencia a ustedes, pues ustedes van a competir en las
elecciones europeas con fuerzas políticas distintas? Y, yo ahí me la jugué y
fui muy arrogante, dije: la diferencia fundamental es que nosotros sabemos cómo
ganar”.
Por otra parte, tengo la impresión de que sus dirigentes
tengan cierto reparo, aquí en España por temor a perder votos, de afirmar que
sus referentes políticos son los regímenes de la Venezuela de Chávez, el
Ecuador y la Bolivia de Evo Morales, regímenes a los que los medios de
comunicación y los políticos españoles tratan de descalificar con los epítetos
de radicales, populistas y bolivarianos, sin saber realmente muchos cuáles son
sus significados auténticos. No solo no deberían tener reparo, sino que
deberían sentirse orgullosos de ellos, ya que como señala Boaventura de
Sousa Santos, la osadía de América Latina en los últimos quince años
consistió en construir una nueva Guerra Fría, aprovechando, como en la
anterior, un momento de flaqueza del capitalismo hegemónico. Entrampado desde
los años noventa del siglo pasado en el Oriente Medio para saciar el insaciable
complejo industrial militar y su avidez de petróleo, el Imperio dejó que
avanzasen en su patio formas de nacionalismo y de populismo que, al contrario
de las anteriores, ya no buscaban las exiguas clases medias urbanas, sino la
gran masa de los excluidos y marginados. Tenían, pues, una fuerte vocación de
inclusión social. Más claro, estos países de Venezuela, Ecuador y Bolivia han
tenido el coraje político de hacer frente al neoliberalismo, ideología que se
ha globalizado y que se ha impuesto en Europa.
Sin embargo, Pablo Iglesias en Bolivia, en la
conferencia anteriormente mencionada no esconde sus referentes. “Pero, hoy,
querría que pudiéramos compartir una serie de intimidades políticas que tienen
mucho que ver con la genealogía, con el ADN de “Podemos” y que están,
directamente, vinculadas con Bolivia y de una manera mucho más estrecha de lo
que muchos podrían imaginarse…” Mas adelante señala: Recuerdo el mes de
diciembre de 2005, que yo estaba en Bolivia para participar como un observador
electoral en aquellas elecciones y recuerdo una conversación a través de
messenger con mi amigo Rajón, que está por aquí, que ha sido nuestro
responsable de campaña, y le contaba, emocionado: no te imaginas lo que está
ocurriendo aquí, aquí están ganando los nuestros, imaginando lo que representa
la propia palabra “ganar” para un europeo…” Y acaba: “¿Por qué hemos
venido a América Latina? Por la misma razón que el primer viaje que hicimos
dentro de Europa fue a Grecia para reunirnos con Alexis Tsipras, que va a ser
el próximo presidente de Grecia, para preguntar qué vais a hacer. Estamos aquí,
no para dar conferencias ni para enseñar nada, estamos aquí para preguntar,
para aprender, para aprender qué es lo que significa el cambio político, cuando
eso ya no es sólo reflexión intelectual en las universidades o cuando eso ya no
es solamente la disputa de la política en el terreno electoral, sino cuando eso
significa ser gobierno y enfrentarse a todas las contradicciones, a todas las
dificultades , a todos los elementos que, como decía antes, marcan la
diferencia entre un revolucionario que asume que lo que puede hacer es reformas
políticas a nivel del Estado y un incapaz; nosotros queríamos parecernos al
primer grupo y para eso tenemos mucho que aprender de ustedes:”
A Pablo Iglesias le respondió el vicepresidente de Bolivia, Álvaro
García Linera con las siguientes palabras: Europa se nos presenta como
un continente cansado, agotado de ideas, agotado en su ímpetu y espíritu e
ideas que alumbró buena parte del siglo XX…En medio de ese panorama para
Europa, no cabe duda que América Latina ha dado una señal, pero es una señal
con pensamiento revolucionario que tiene su acompañamiento paralelo en otras
expresiones del mundo, que aquí no las conocemos mucho, que no las leemos. ¿Qué
estará pasando en Asia, en África? Pero lo que sí entendemos que en Europa
están surgiendo cosas nuevas. Ustedes son una nueva izquierda, no cabe duda,
muy fresca, no solo por la juventud, sino por las ideas y la ausencia de
complejos… Por eso es muy lindo oírlos, verlos a ustedes en sus luchas y ver
cómo un pequeño núcleo de jóvenes se ha ido expandiendo. Pablo, quiero
decirles, sigan adelante, la cosa es complicada. No hay modelos a imitar, no
hay recetario, no hay historia lineal; lo importante es este compromiso por
construir modelos alternativos de organización, de movilización, de una nueva
Europa. Ojala, que esfuerzos que están surgiendo, como el de ustedes, nos
puedan diseñar una nueva Europa, la necesitamos. Ya, América Latina va diez
años y no encuentra su correlato en otros continentes, de no haber apoyo en
otros continentes, puede venir una oleada conservadora en el continente
latinoamericano, sería terrible porque así son los procesos, si una iniciativa
no se globaliza, la globalización te globaliza y te digiere y te destruye…
Fuente: www.nuevatribuna.es
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