Los solicitantes necesitan estar empadronados 12 meses para acceder al
documento que bonifica el 60 % de los medicamentos.
España | Tercera
Información* | 02-09-2013 |
El 31 de julio y casi de puntillas remitió el secretario autonómico de
Sanidad, Manuel Escolano, una instrucción interna a los directores
gerentes de los centros sanitarios en la que se comunicaba que los inmigrantes
irregulares y sin recursos que estuvieran empadronados más de un año podrían
tener acceso a la tarjeta sanitaria SIP que perdieron el uno de septiembre de
2012, con la entrada en vigor del Real Decreto de medidas urgentes para
garantizar la sostenibilidad del sistema sanitario. Esa orden interna a la ha
tenido acceso Levante-EMVinforma que esta bolsa de “sin papeles” y sin medios
-que antes tenían una tarjeta específica- podrán acceder a una bonificación del
60 % en los medicamentos, por lo que solo tendrán que pagar el 40 % del coste.
El plazo para darse de alta y pedir la inclusión al sistema sanitario finaliza
el 30 de octubre.
Con esta iniciativa, que se ha denominado "Programa valenciano de
protección a la salud", se hacía eco la conselleria de la petición
formulada por las 52 organizaciones sociales que integran el Observatorio del Derecho
Universal a la Salud de la C. Valenciana (Odusalud) que durante todo el año no
han cesado de pedir a la Administración sanitaria que abriera la mano para
evitar los casos de vulneración del derecho a la salud que se producen con la
aplicación del decreto que dejó sin tarjeta SIP a los inmigrantes irregulares y
nacionales sin recursos que se estima que son entorno a los 15.000.
De hecho, con la entrada en vigor de este programa se pretende
"regularizar" a los ciudadanos que quedaron excluidos de la asistencia
sanitaria, al ofrecerles la tarjeta SIP que perdieron hace un año, según
declaró a este periódico el doctor Carlos Fluixá, uno de los representantes de
la Sociedad Valenciana de Medicina Familiar y Comunitaria en Odusalud.
Las personas interesadas en recuperar la tarjeta SIP tendrán que
solicitarla a través de los trabajadores sociales. Uno de los requisitos será
presentar una declaración jurada de que no disponen de ingresos y que no hay
terceros obligados al pago.
Los nacidos en países de la UE, Suiza y del Espacio Económico Europeo
acreditarán que no van a exportar a sus países el derecho a la prestación
sanitaria.
La nueva tarjeta SIP de adhesión al Programa Valenciano de Protección de la
Salud tendrá una duración de un año y podrá renovarse antes de que finalice su
vigencia. Los titulares serán asistidos si sufren alguna de las 40 enfermedades
de declaración obligatoria (entre las que se encuentran la gripe y el
sarampión, por ejemplo), infecto contagiosas como el sida y la tuberculosis,
entre otras, y los trastornos mentales. El quinto informe del Observatorio del
Derecho Universal a la Salud de la Comunitat Valenciana (Odusalud) que han
elaborado 52 organizaciones y entidades cívicas recoge, al menos, 450 casos de
exclusión sanitaria de inmigrantes en situación irregular, una cifra que solo
muestra la punta del iceberg de las consecuencias de la aplicación del Real
Decreto de medidas urgentes para garantizar la sostenibilidad del SNS que entró
en vigor hace un año y que significó la suspensión de las tarjetas SIP de todos
los extranjeros en situación de ilegalidad en España que podrían ser unos
800.000. A pesar de que el texto legal contemplaba que la atención en las
puertas de urgencia hospitalarias era gratuito para cualquier ciudadano independientemente
de su situación legal, la realidad es bien distinta y en algunos de los casos a
las personas atendidas se les ha obligado a firmar facturas de compromisos de
pago por haber sido atendidos con un coste de 127 euros, como declaró a
Levante-EMV la médico Ana Pérez Solas, voluntaria de Médicos del Mundo, y
facultativa de urgencias en un hospital público de la C. Valenciana. La
especialista calificó de "muy sangrantes" los casos de niños rumanos
que se han quedado al margen de la ley y sin asistencia por la doble
circunstancia de que aunque son ciudadanos comunitarios, al no haber firmado su
país un convenio sanitario con España se quedan en un limbo de alegalidad que
les excluye del sistema. No se pueden acoger al texto del Real Decreto que abre
la atención sanitaria a niños y embarazadas irregulares porque son ciudadanos
de la UE, pero al no tener acuerdo de asistencia Rumanía con España si demandan
asistencia, tienen que abonarla.
*Con información de la Coordinadora Antiprivatización de la Sanidad Pública
de Madrid
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