Las hazañas y
conquistas del lobby eléctrico
Viernes, 27 de septiembre de 2013
Las medidas del
Ministro de Industria Energía y Turismo, José Manuel Soria, penalizan el
autoconsumo energético de tal manera que lo hace mucho más caro que pagar la
luz a las empresas eléctricas (...).
Las recientes medidas
energéticas del Ministro de Industria, Energía y Turismo, José Manuel
Soria, han provocado un aluvión de críticas desde todos los sectores de la
opinión pública. No es para menos puesto que penaliza tremendamente el
autoconsumo energético de tal manera que lo hace mucho más caro que pagar la
luz a las empresas eléctricas mayoritarias en el sector. Esta medida convierte
en peligrosos evasores de impuestos a quienes han intentado convertirse en
autosuficientes en una materia tan importante como la energía y le da un
golpe de muerte a todo un sector económico que había crecido en los últimos
años.
Así pues, se trata de una medida al
gusto de las grandes empresas energéticas, que penaliza a muchos miles de
personas que desde hace unos años están apostando por las energías renovables
como forma de energía autónoma, cada día más barata y asequible, y más o menos
limpia, que podría llegar a ser una solución a pequeña escala para las
necesidades energéticas de una buena parte de la población. Con esta medida se
logra paralizar el tremendo auge de industrias como la solar o la eólica, de
gran crecimiento en los últimos años, y volver a poner sobre la mesa una
posible reapertura de la central nuclear de Garoña en un periodo de tiempo
relativamente breve.
Hay una clara correlación entre la casta
política y las grandes corporaciones energéticas. Estas medidas que benefician
parecen ser el garante de una jubilación dorada para los líderes del PP, ahora
que ven que el gobierno se les puede escapar en los próximos años. Demuestran
nuevamente para quién gobiernan quienes gobiernan, no importa del signo que
sean.
Indagando en otras posibles
causas ocultas tras estos decretos, viene a la cabeza el famoso déficit de
tarifa, un dinero que supuestamente el estado adeuda a las eléctricas. Y como
ocurren en otras medidas del gobierno serán los consumidores quienes terminen
pagando la factura. En este caso lo haremos mediante el encarecimiento
progresivo de nuestras facturas (como por ejemplo con la última subida de la
luz) y mediante ciertos favores a estas empresas. Es evidente que a las
eléctricas no les haría mucha gracia tener a miles de hogares desconectados de
la red. Ante la generalización de este tipo de servicios y de pequeñas
compañías instaladoras de paneles solares, han querido poner el freno y
terminar con este aspecto que no controlan.
De poco sirven saber que el estado
español no es en absoluto independiente en términos energéticos, ya que importa
prácticamente todo el petróleo y una buena parte del carbón del extranjero. A
veces viene de países conflictivos en un mundo cada día más revuelto, en otras
ocasiones de países como Rusia que en cualquier momento pueden encarecer
el precio de la energía por motivos geopolíticos y en otras de nuestros
"aliados" que justamente están en fase de exprimir todo lo posible de
los estados del sur europeo antes de sacarnos del primer mundo. No es casual
que a pesar de que el estado podría ser energéticamente autónomo, estemos
importando energía de las centrales nucleares francesas. La línea de muy
alta tensión (MAT) que atravesará Catalunya es una prueba más de
esta sinrazón que destruye nuestro entorno, que nos ata a una nueva dependencia
energética y que no tiene reparos en desplazar o dejar sin su medio de vida a
numerosas personas. Es la lógica de un capitalismo autodestructivo, que no
conoce el mañana, y que nos dejará un legado ruinoso se mire por donde se mire.
Ante este catastrófico panorama no
queda otra que la lucha y la desobediencia civil a gran escala. Es curioso
notar que hasta la revista económica americana Forbes, entre otros medios
financieros europeos, critica la medida adoptada por el ministro Soria. Anuncia
además que provocará una oleada de desobediencia civil que puede llegar a hacer
inaplicables estas medidas. De momento comienzan a salir propuestas de corto
recorrido como el cambiar de compañía eléctrica y abandonar a las grandes corporaciones
promotoras de esta ley.
No es de ser agorero decir que no es
suficiente, porque basta que el gobierno les imponga nuevas trabas a estas
empresas para que se hundan y todos sus clientes tengan que volver al redil que
marca el "mercado". La desobediencia civil y la
insumisión tienen que ir a la raíz del problema, que es el enorme e
insostenible consumo energético de nuestra sociedad. Reducir el consumo, tener
placas solares sin declarar, no pagar las multas, pinchar la luz, o simplemente
reclamar cada recibo, es una segunda fase de la resistencia. La tercera fase
sería fomentar un movimiento social contra el desarrollismo salvaje del sistema
capitalista que no tiene en cuenta el entorno más que como fuente de recursos y
de explotación como lo fue el movimiento contra el TAV o lo está intentando la
acampada de resistencias contra la MAT en Girona.
Sería bonito ver en los
próximos años que las cooperativas de energías "verdes" tengan
cientos de miles de usuarios, que los pinchazos se han generalizado, que ya no
gastamos tanto como antes y nuestras vidas intentan ser algo más sustentables
teniendo en cuenta el consumo, que los actos de acción directa contra las
agresiones al territorio (líneas MAT, fracking super-puertos, pantanos,
transporte de alta capacidad, etc.) se han extendido por todas partes. Y que
todo este movimiento social conecta con los demás movimientos populares
(vivienda, sindical, estudiantil, comunitario, ecologista, feminista, juvenil,
etc.) en lucha contra el capitalismo. Hoy más que nunca: o nosotrxs o ellxs.
VIDEO: LAS HAZAÑAS DEL LOBBY ELÉCTRICO
No hay comentarios:
Publicar un comentario