Miles de personas
participan en la manifestación #PorLaCiencia27S oficiando el entierro simbólico
de la ciencia española para denunciar su situación tras años de recortes.
CHRISTIAN
GONZÁLEZ Madrid 27/09/2013 20:59 Actualizado: 28/09/2013 09:11
Un momento de la
representación del funeral por la ciencia española.- C.G.
A
ritmo de marcha fúnebre, entre ruegos y plegarias. Así marcharon este viernes miles de personas por las
calles de Madrid oficiando el entierro de la ciencia en una representación
cómica de una realidad que, denuncian, es cada vez más palpable: la muerte
de la ciencia española y de su futuro.
Coincidiendo
con la celebración de la Noche de los Investigadores, han salido de sus
laboratorios y, ataviados con camisetas rojas y todo tipo de pancartas, han
querido explicar que "sin ciencia no hay futuro", como rezaba
la pancarta principal de la marcha.
Entre
gritos de "Menos Ronaldos y más becarios", "La ciencia hay
que salvar, Montoro ten piedad" o "Menos muletas y más
probetas", han recorrido el Paseo del Prado. La marcha transcurrió desde
el Jardín Botánico hasta el Círculo de Bellas Artes, pasando por la Plaza
Cibeles, donde se ha oficiado un simbólico sepelio con plañideras incluidas.
Durante el recorrido, varios participantes ataviados con batas han representado
una bajada de pantalones para explicar que se encuentran "con el culo
al aire".
En
un ambiente festivo pero cargado de simbolismo, han denunciado una situación a
la que han llegado tras años de recortes que han segado hasta un 45% el
presupuesto dedicado a investigación desde 2009, dejando esperanzadores
proyectos de investigación en la cuneta.
"En lugar de investigar tenemos que
mendigar"
Algunos
de los proyectos afectados son tan críticos como el que lleva a cabo María
Luisa Botella, investigadora del CSIC y máxima autoridad mundial en la
investigación de una enfermedad rara: la telangicestasia hemorrágica
hereditaria (HHT). Botella acudió a la cabecera de la manifestación junto a
otros colegas de renombre como Óscar Llorca o Francisco Guinea. Su
equipo, que desarrolló en España el único fármaco huérfano reconocido a nivel global
como eficaz contra este mal, también se ha visto trastocado.
"De
nuestro trabajo depende la esperanza de los pacientes"
"Yo
empecé a denunciar esta situación hace años y ahora es un cataclismo. En mi
caso me quedé literalmente sola y así es imposible sacar todo el trabajo
adelante", asegura a Público. "En el Ministerio conocen la
situación porque yo les he escrito cartas y no me han hecho ni caso",
denuncia.
"Hemos
hecho conciertos benéficos, participado en concursos,
jugado a la Lotería... ya no sabemos qué hacer". "Nos vemos obligados
a mendigar y a perder un tiempo precioso que deberíamos dedicar a
investigar", asegura. Además, la conciencia no les deja opción pese a no
contar con recursos: "No podemos pararnos porque de nuestro trabajo
depende la esperanza de los pacientes".
"La ciencia repercute en todos"
Pero
no sólo proyectos punteros a nivel mundial se han quedado en el aire. También
muchas investigaciones e investigadores de base, que son la raíz del futuro del
I+D+i, se han visto afectados.
Ángel
Goñi, estudiante postdoctoral de la rama informática, vive con incertidumbre un
presente que le hipoteca su futuro. Tras exiliarse al extranjero al terminar
sus estudios no se resigna a no encontrar futuro en su país: "En mi caso
la situación es de precariedad total, pero no sólo por el presente, también por
el futuro que me espera aquí". "Pero no sólo luchamos por nuestro
trabajo, es que la ciencia es de todo. Repercute en la sociedad", explica
durante la protesta, a la que ha acudido con compañeros.
"Nos
buscaron a los mejores, nos trajeron y ahora nos han tirado a la
basura"Juntos, unos y otros, han aportado su granito de arena a una marcha
con vocación de buscar un futuro esperanzador que no encuentran. Como Ana
Pintos, una investigadora que logró una beca Ramón y Cajal después
de años trabajando en EEUU.
Mientras
sujeta una foto suya recibiendo un premio de manos de la exministra Mercedes
Cabrera, cuenta que tras quedar la primera entre 200 candidatos pudo
regresar a España e incorporarse al CSIC. Hoy, está paro: "Nos buscaron a
los mejores, nos trajeron y ahora nos han tirado a la basura", denuncia.
Investigadores
de diferentes universidades e instituciones científicas, como el CSIC,
trabajadores de CosmoCaixa... Cientos de historias que han desfilado por las
calles de Madrid dando fe de lo que pudo ser y no fue, reclamando una serie de
exigencias mínimas que han sido recogidas por el Colectivo Carta por la Ciencia con el objetivo de evitar el
deterioro de la antes prometedora ciencia española.
Fuente: www.publico.es
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