Artículos de
Opinión | María Torres | 19-05-2013 |
La izquierda
no está ni se la espera. Y esto ya no es una sospecha sino una certeza. Debemos
plantar cara de una vez al silencio, sobre todo al de la clase política que tan
acostumbrados nos tiene a la mentira.
Lo que voy a
relatar a continuación no es una ficción. Son hechos probados que dañan, aún
más, a cualquiera que sienta vergüenza por la actitud de varios gobiernos
democráticos y partidos y/o organizaciones políticas en relación con el trato
que otorgan a todas las víctimas del franquismo que sufrieron la muerte, la
represión y el exilio.
Me enteré
que mi abuelo había sido militante de Izquierda Republicana y fundador del
partido en su pueblo cuando leí el Sumario. Es entonces cuando decidí contactar
con Izquierda Republicana en búsqueda de información que me permitiera
completar ese periodo de la vida del abuelo.
Durante los
meses de febrero, marzo, abril y mayo, envié repetidos correos a la Asociación
Manuel Azaña (A la atención de Isabelo Herreros), al Archivo de Izquierda
Republicana, Izquierda Republicana (sede federal), e Izquierda Republicana
Castilla-La Mancha, tanto a través de mi correo personal como a través del
enlace que figura en la página web de IR.
La única
respuesta que recibí fue por parte de la Asociación Manuel Azaña a través de
Isabelo Herreros. Después de mi insistencia me remitió un correo el pasado 9 de
abril cuyo texto es el siguiente: “Disculpe la tardanza, pero estamos tratando
de resolver un problema informático, que nos tiene sin poder acceder a la base
de datos. Espero que a lo largo de esta semana se solucionen, si bien puedo
adelantarle que no disponemos del acta de constitución de IR en Torrubia del
Campo. Por si puedo ayudar, digamé si ha accedido al sumario militar instruido,
y si ha realizado alguna averiguación en el Archivo de Salamanca. Cordiales
saludos”. Le agradecí su respuesta y le confirmé que ya había leído el Sumario
y buscado en todos los Archivos, que lo que necesitaba era documentación, si
existía, que vinculara a mi abuelo, así como documentación de la época en que
mi abuelo fundó el partido en Torrubia del Campo.
El Sr.
Herreros no volvió a responderme hasta que tres semanas después le manifesté mi
desagrado con el poco interés que se tomaba en el asunto. Me dijo que realizaba
el trabajo en solitario, sin ayuda de institución alguna y sin apenas apoyo de
sus compañeros, que le costaba dinero la militancia, y que durante el año 2102
había tenido varios problemas personales, que aunque él me describe no incluiré
aquí por ser precisamente personales. En un segundo correo me informa que una
vez resuelto el problema de acceso a la Web, bloqueado desde diciembre, ha
procedido a incluir a mi abuelo en el listado de Militantes Históricos. También
que ha consultado las notas que tenía de una investigación suya, pero no se
tropezó con el nombre de mi abuelo.
De Izquierda
Republicana sigo sin recibir respuesta. Después de tres meses intentando
contactar con ellos, lo que eran sospechas pasa a ser una certeza: La izquierda
no está ni se la espera.
Tres meses
son tiempo suficiente para solucionar cualquier problema informático. La página
de IR se actualiza con frecuencia, los correos no son devueltos. En fin, en los
tiempos que corren esto da mucho que pensar. Mi primera reflexión es que
importa muy poco la Memoria, porque lo que a mí me ha sucedido no es un hecho
aislado, sino generalizado. Me parece absolutamente vergonzoso que solo les
preocupen los militantes históricos para incluirlos en una lista. Eso sí, en
una inmensa lista de veintidós mil nombres. No era mi objetivo que incluyeran a
mi abuelo en ella. Un nombre o veintidós mil en una lista que solo sirve para
la galería no tiene ningún valor, porque no son solo nombres, son vidas
marcadas por la tragedia de una represión institucionalizada que parece no
importa recuperar. ¿Cuántas personas perdieron la vida por militar en Izquierda
Republicana?
Resulta
indignante que partidos políticos de izquierdas actúen silenciando y
dificultando la investigación sobre sus propios militantes. ¿Quién va a confiar
en un partido con esa actitud? Nadie.
Pero
sobretodo resulta sorprendente que tras la respuesta de Isabelo Herreros reciba
en la cuenta de Twitter destinada a la memoria un mensaje interno de Izquierda
Republicana con el siguiente texto: “Isabelo Herreros no pertenece a IR. Si
quiere mandarnos un email hágalo aquí: izquierdarepublicana.com/escribenos.
Salud y República”.
Son varios
los mensajes que he remitido a esa dirección de la página de IR y los silencios
aún son más. Y estos silencios se hacen incómodos cuando en el apartado de
Memoria Histórica de la página de Izquierda Republicana se lee: "De igual
modo se insiste en la necesidad de aportación de datos por parte de familiares,
pues aún existen muchas localidades de España, en las que es presumible que
existiera una importe organización municipal de IR, pero sin que tengamos lo
más importante: los nombres de aquellos hombres y mujeres que se comprometieron
con la República, y que sufrieron por ello represión en muy diversas
formas".
Si Don
Manuel Azaña levantará la cabeza……
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