"Los miembros de la Plataforma venimos concentrándonos todos los
jueves, de 20 a 21 horas en verano y de 19 a 20 horas en invierno, en la
simbólica Puerta del Sol de Madrid. En esa hora realizamos rondas (llamadas
‘Rondas de la Dignidad’) en torno a su plaza"
Memoria
Histórica | Gonzalo Avila Cruz | 29-05-2013 |
La
Plataforma nació tras la gran manifestación del 20 de abril de 2010 en protesta
por el procesamiento del Juez Garzón por el Juzgado Central nº 5 de la
Audiencia Nacional. Se había atrevido a investigar sobre los crímenes del
franquismo. En la Plataforma confluyen personas, asociaciones y grupos
diferentes, pero con un objetivo común: acabar con la impunidad de los crímenes
cometidos en España por la dictadura franquista, que ya en febrero de 1946
había sido condenada por la ONU y que desde un principio había sido apoyada por
la iglesia Católica, que la denominó ‘cruzada’.
El periodo
histórico que al que la Plataforma extiende sus exigencias va desde 1936 a
1975, sin olvidar que la ‘modélica transición’ permitió la continuidad de los
herederos de la dictadura en la jefatura del Estado (Juan Carlos I, nombrado
por Franco), en los aparatos jurídicos, policiales y militares hasta el momento
actual. Es, pues, un error mayúsculo considerar que actuamos contra hechos y
personas de ‘tiempos pasados’. El franquismo no es ‘historia’, sigue bien
vigente en España. Y en esta época de crisis se manifiesta cada día con más
claridad en las crecientes medidas represoras y en la supresión de más y más
derechos.
La
Plataforma da voz a las demandas de VERDAD, JUSTICIA Y REPARACION, conceptos
fundamentales para llegar a vivir en una sociedad plenamente democrática, que
haya asumido su historia, sin falsificaciones, amaños ni manipulaciones
groseras y partidistas, y rinda homenaje y reconocimiento a cuantos lucharon y
murieron por defender la legalidad democrática de la Segunda República frente
al fascismo golpista.
Los miembros
de la Plataforma venimos concentrándonos todos los jueves, de 20 a 21 horas en
verano y de 19 a 20 horas en invierno, en la simbólica Puerta del Sol de
Madrid. En esa hora realizamos rondas (llamadas ‘Rondas de la Dignidad’) en torno
a su plaza, que no se han interrumpido jamás, ni durante lo más duro del verano
ni en los momentos más crudos del invierno, con lluvia o nieve, sea fiesta o
no. Y así seguiremos hasta conseguir se atiendan nuestras inexcusables
exigencias, tras ya 3 años de lucha ininterrumpida.
Las víctimas
del genocidio han sido olvidadas por todos los gobiernos de la democracia: no
se han arbitrado medidas jurídicas, políticas ni éticas para saldar la deuda
contraída por el país con los miles de represaliados, torturados, expoliados y
asesinados durante el franquismo, muchos de ellos en el mismo edificio de la
Comunidad de Madrid, ante el que nos detenemos en cada ronda, sede entonces de
la sanguinaria Brigada Político-social. Los restos de miles de ciudadanos que
lucharon por la librtad y la democracia siguen en fosas comunes esparcidas por
todo el país. Nadie, salvo sus familiares, ha hecho nada por eliminar esa
vergüenza nacional, devolviendo a sus deudos la posibilidad de darles un reposo
digno. Un repugnante manto de silencio oculta esos crímenes de Lesa Humanidad,
que por esa condición, no pueden prescribir nunca.
Exigimos
también la anulación de aquellos grotescos juicios militares, sin garantía
procesal alguna, para que se les devuelva la dignidad a quienes fueron
condenados -¡incluso acusados de auxilio a la rebelión!- por defender la
legalidad republicana, la democracia y la justicia. La historia y la dignidad
de este país así lo demandan.
Finalmente,
pero no menos importante, rechazamos la ausencia de una investigación oficial
sobre los niños robados (más de 30.000) a sus madres, presas republicanas, unas
veces fingiendo una muerte inexistente y otras arrebatándoselos por su
condición de ‘rojas’. En este siniestro negocio, ahora al descubierto,
participaron también médicos y religiosas, a los que, como al resto de
criminales, todavía nadie ha pedido cuentas ni ha investigado.
Invitamos,
pues, a unírsenos todos los jueves a quienes sientan en su corazón el deseo de
recuperar la Memoria Histórica, la dignidad robada a este país, enseñando a sus
hijos lo que fueron los años de aquella horrible dictadura, para que nunca más
pueda volver a repetirse. Olvidarlas es una afrenta más contra aquellas
víctimas. Cuantos más seamos, más posibilidades de éxito tendremos. No os mostréis
indiferentes. Nos afecta a todos.
De ese
franquismo, que se perpetuó con la ‘modélica transición’, viene la mayor parte
de las desgracias, atropellos y abusos que padecemos los ciudadanos hoy día.
Son sus herederos diretos quienes están en el poder en este país. No lo
olvidemos.
¡VERDAD,
JUSTICIA Y REPARACION!
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