Marcos
Sueiro | Santiago de Compostela
Actualizado sábado 25/05/2013 04:54 horas
La
española más influyente del mundo se llama Rosalía Mera Goyenechea y dejó la
escuela con 11 años para aprender a coser. Nació en 1944 en A Coruña y su
nombre se asocia a dos marcas: Amancio Ortega y Zara. Y es que esta mujer fue
la primera esposa del conocido empresario y la cofundadora de uno de los
imperios textiles más importantes del mundo.
A
pesar de que la relación con Amancio ya no existe porque un divorcio de mutuo
acuerdo disolvió el vínculo, no consigue separar su nombre del hombre con el
que tuvo dos hijos. También quizás por una razón que Rosalía Mera verbaliza en
una frase: "Las mujeres hemos vivido de forma vicaria a través de los
hombres", y aunque asume las consecuencias del patriarcado no se resigna y
lucha por cambiar las cosas. Además de ser la tercera fortuna del país, trata
de ser reconocida por su compromiso social y político porque, aunque no
participa de forma activa en la vida de los partidos, asume el postulado de que
"todo es política". En este aspecto marca la diferencia con su ex
marido, porque Rosalía habla, se posiciona, incomoda y actúa.
Una mujer implicada
Rosalía
Mera, en un acto en 2011. | Gtres
Paideia,
en su literal sentido etimológico y referido a la educación integral que debe
adquirir el ser humano, es el nombre escogido para su fundación y la forma en
la que se hace presente en la vida pública. Y es que Mera se compromete con
los discapacitados como fruto de la experiencia de haber dado a luz a
Marcos, un hijo disminuido psíquico. Lejos de encerrarse y protegerse decide
"implicarse" y pone en marcha una entidad que aporta recursos propios
y acuerdos con entidades asistenciales y académicas. Rosalía no acude a
cortar la cinta y ver cómo las cosas suceden. El periodista Xabier R.
Blanco, autor de la primera biografía sobre Amancio Ortega, explica que
"Mera se implica, trabaja y está, entre otras cosas porque Marcos es el
motor de su vida. En parecidos términos se expresa el doctorando en Ciencias de
la Educación, Ramón Casal, que asegura que "el trato de Paideia con los
investigadores es exquisito y la implicación de Mera muy personal".
La
implicación pública de Rosalía Mera con lo "social" tiene también la
vertiente derivada de su vieja militancia en la izquierda. El movimiento
15-M contó con su simpatía y manifestó sin dudarlo que "todos
deberíamos estar indignados, los que están acampados y el resto de la población
del país".
La
ciudadanía, con la que se confunde y de la que se siente parte, agradece este
gesto y comparte la normalidad de la millonaria indignada e influyente. Las
publicaciones locales en sus crónicas de sociedad elevan a categoría de
noticia sus paseos por la ciudad en compañía de su hija Sandra y sus tres
nietos y es posible verla tomando un vino en alguna taberna coruñesa o con
bolsas de plástico en la mano. Incluso en el intento de aportar datos
biográficos innovadores los militantes socialistas de la ciudad explican:
"Venía a las asambleas pero ahora, claro, no puede".
Su
faceta filantrópica coexiste con su carácter de mujer emprendedora, que la ha
convertido en la única española presente en la lista Forbes de mujeres más
influyentes, con un patrimonio neto de 6.100
millones de dólares según la publicación que la sitúan en el número
66 del ranking mundial. Ya no está sentada en el consejo de administración de
Inditex, pero conserva el 5% de las acciones y con su fortuna ha
realizado importantes inversiones inmobiliarias, la más reciente en la cadena
hotelera Room Mate, a través de la sociedad Rosp Corunna, desde donde gestiona
sus intereses empresariales.
Ha
pasado del textil al mundo de los hoteles y, aunque más mediática que su
marido, ha logrado no convertirse en un personaje de la prensa rosa. Y es que consigue
evitar los clichés y, a diferencia de otras mujeres hacendadas, imprimir
carácter propio a sus actos.
Ahora
ha vuelto a ser noticia. Su nombre figura en la lista de las mujeres más
poderosas del mundo y la noticia del récord se acompaña en los periódicos del
color anecdótico que da usar unas zapatillas deportivas en su último viaje en
avión de línea regular o lo que es lo mismo de la normalidad.
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