Por Ana Mulet.
Ante el nuevo Estado del miedo instaurado por el Régimen, unidad de la izquierda y las plataformas sociales.
Con la llegada al poder del Partido
Popular a finales de 2011, el miedo hace su aparición como un nuevo
atributo social, que ya habíamos olvidado desde la muerte de Franco en
1975.
La sociedad ha intentado levantarse en varias ocasiones contra el
Régimen fascista del Gobierno, pero han sido brutalmente aplastados en
todos sus intentos.
Además se puede observar como en
los últimos días el Ministerio del Interior esta efectuando detenciones
fuera de las manifestaciones, a simples civiles, sin motivos aparentes,
anarquistas que no han cometido actos terroristas o a periodistas, cuyo
único delito ha sido informar y fotografiar la violencia policial.
Estamos ante hechos de extrema gravedad, se quiere imponer un clima de
terror hacia el Estado y sus fuerzas represoras policiales.
Vivimos una situación de vacío de referentes, no estamos recibiendo el apoyo necesario de los partidos en la oposición, IU es el único que a nivel nacional está levantando la voz contra el Gobierno, sus abusos y las nuevas estrategias de coacción, pero no es suficiente el peso político que tiene hoy por hoy esté partido, hace falta que toda la izquierda olvide sus sectarismos y posturas divisorias y se unan en un solo frente, para que la voz de los representantes de IU sea lo suficientemente fuerte que pueda parar el nuevo estado de terror en el que nos quieren sumir.
Sería esté un intento muy profundo de redefinir las identidades políticas de la izquierda tradicionales, a la que también deberían unirse colectivos y plataformas sociales, el proceso que persigue el PP esta basado en desarticular todos los colectivos y plataformas, así unidas a toda la izquierda podrían alcanzar la fuerza para la reivindicación de todas sus demandas.
La idea es cambiar todo el
panorama político actual, acabar con el bipartidismo, para revertir el
desempleo provocado ad hoc y para que no se vuelva a dar de nuevo otra
situación como la actual, que esta desmantelando todo el sistema
sanitario, educativo, social etc., y llevándonos directamente al oscuro
pasado de los años del franquismo.
Todas las plataformas y
colectivos son tratados como muy peligrosos por el PP y por lo tanto se
las esta criminalizando, prohíbir y controlar.
La restricción de la sociabilidad en la lucha contra el fascismo reinante, es al mismo tiempo la decapitación de la libertad, de la solidaridad y la muerte de la política, porque la sociedad se desafecta de ella, tanto en términos institucionales como mediante la desaparición física de los sujetos políticos. Tenemos que abandonar los egoismo personales que impiden la unión y fomentan la monopolización del discurso de partido.
La restricción de la sociabilidad en la lucha contra el fascismo reinante, es al mismo tiempo la decapitación de la libertad, de la solidaridad y la muerte de la política, porque la sociedad se desafecta de ella, tanto en términos institucionales como mediante la desaparición física de los sujetos políticos. Tenemos que abandonar los egoismo personales que impiden la unión y fomentan la monopolización del discurso de partido.
Partidos políticos de izquierda, sindicatos, asociaciones y movimientos sociales, se tienen que unir en el ámbito de lo publico y social. La sociedad toda, unida en ideales comunes, abandonando pequeñas discrepancias, es el único modelo valido para vencer a los neoliberales.
Para que los movimientos juveniles y las juventudes políticas de izquierda, poco a poco vayan formando un solo tronco joven y vital, como marco de referencia y sustento de identidades colectivas diversas, pero unidas en el bien comun.
Debido al mal uso de la política
que se ha estado ejerciendo desde la transición, por parte de la clase
gobernante hasta la actualidad, la sociedad toda, pero más la juventud,
ha expresado su más determinante rechazo e incredulidad a toda forma de
política tradicional, por los motivos que vemos diariamente y que no es
necesario resaltar aquí, lo que ha generado un total desprestigio hacia
la actividad política, como medio lícito para el control y gobierno, y
ha llevado a una transformación de la sociedad nunca visto con
anterioridad.
A hora, los referentes de la
juventud y de la sociedad en general han dejado en buena parte de ser
políticos, para pasar a ser asamblearios, con la formación de
plataformas y colectivos, que intentan por si mismos alcanzar sus fines
sin contar con los políticos. Por esto mismo hay que unir a estas
plataformas y colectivos sociales a los políticos de izquierda, que
piensan, creen en las mismas reivindicaciones y son así mismo parte o
simpatizantes de los actos e ideas de dichas plataformas.
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