Artículos de Opinión | Darío Botero Pérez | 22-05-2013 |
“RAJOY Y SU EQUIPO, DESDE
EL PRIMER MOMENTO DE SU GOBIERNO, HAN HECHO TODO LO CONTRARIO DE LO QUE
PROMETIERON EN SU CAMPAÑA POLÍTICA”
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Depredación gratuita
¿Qué
se necesita para castigar a unos criminales que, en Belice, impulsados por su
pragmática ambición alimentada por un egoísmo enfermizo, indudablemente
degenerado, han destruido una pirámide de más de 2.300 años de antigüedad para
usar sus materiales como relleno para la carretera que están construyendo, sin
importarles los costos colaterales, tan evidentemente inmensos e irreparables
como los causados por las plataformas petroleras o por la destrucción de selvas
y la extinción de especies por todo el orbe?
Así
de bestiales, perversos e insensibles son todos los enceguecidos por la
codicia, para quienes, aparte del poder capaz de arrasar con todo, no hay nada
superior al dinero; de modo que son capaces de cualquier crimen, traición e
impostura por obtenerlo.
Ante
su necesidad de medrar con las mentiras convencionales que les conceden tratos
especiales a los adinerados y desprecian a quien no posea el llamado excremento
del demonio, a los mediocres ambiciosos les es indiferente que ahora se trate
de un concepto que carece de valor real, en las monedas y divisas corrientes (o
en circulación), como cualquier papel basura negociado en los casinos que son
las bolsas de valores.
Y
de tal calaña son no sólo los pequeños arribistas cotidianos que afrentan a la
especie humana confundiendo dinero con grandeza, y hasta utilizando, engañando
y expropiando a sus familias, incluida la propia madre. También lo son y lo han
sido persistentemente las mayorías de gobernantes en las sociedades dominantes
en la Historia, que han apabullado a las mansas, pacíficas, laboriosas,
decentes y productivas…
Por
fortuna, algunas de éstas, gracias a que rechazan la violencia como criterio de
supervivencia y se fundan en la solidaridad y el respeto a todos sus miembros,
suelen ser tan fuertes que han logrado evitar su extinción, para complacencia
de las generaciones amantes de la Vida que hallan en ellas auténticos modelos
de sobrevivencia sostenible y honorable, fundada en la igualdad y la dignidad
intrínsecas a los seres humanos.
Convertida
en hábito para los codiciosos -involucionados y estériles para la creación,
pero excepcionalmente hábiles para la ilusión, el engaño y la estafa-, su
depredación deliberada, estúpida, suicida e inconsciente de la Naturaleza y las
obras humanas constituye una actitud criminal típica de los capitalistas
individuales, quienes, en sus cálculos de costos, para maximizar su utilidad
sólo tienen en cuenta lo que les conlleve erogaciones de sus propios fondos y
de los que les presten los financistas.
Pero
los tienen sin cuidado los costos antropológicos, sociales, biológicos y ecológicos
de sus aventuras depredadoras, disfrazadas de empresariales y comerciales;
siempre y cuando no tengan que pagarlos, así sean incalculables.
¿Es
posible que la Humanidad siga tolerando a los criminales potentados que
degeneran la economía al impedir que los progresos productivos beneficien a
todos los hombres, mientras destruyen la biosfera y someten a los creadores de
riqueza a la lucha mortal de clases entre burgueses y proletarios, propia del
capitalismo y sus demás manifestaciones de degeneración social, filosófica,
política y económica, expresadas en el mortal consumismo, actualmente, pero que
son el hilo conductor de todas las sociedades vencedoras en la desastrosa
Historia, cuyos mecanismos letales tan bien supo identificar Carlos Marx?
Abusando
de las recetas neoliberales que desprecian a quienes no son potentados mientras
a éstos les conceden toda clase de privilegios, como cederles la soberanía
monetaria de las naciones con las consecuentes expropiación y depredación de su
medio ambiente en pago de espurias deudas crecientes, según le exigen
actualmente a Irlanda buscando enajenarla de sus bosques nacionales para pagar
unas cuantas semanas de intereses de la deuda pública; es válido y urgente
preguntarse si ¿podemos seguir admitiendo que los astutos banqueros los
arruinen a todos, destruyendo y envileciendo sindicatos, matando sindicalistas
y arrebatándoles a los trabajadores y demás ciudadanos ajenos a los potentados
sus conquistas sociales, fruto de luchas sangrientas y valerosas, mientras a
los pequeños y medianos empresarios, libres e independientes, los expropian de
sus entables productivos mediante un manejo económico caduco, perverso, oneroso
y hasta confiscatorio, tanto el atribuible al crédito como el que se debe a los
impuestos que les decretan los gobernantes traidores de las patrias?
No
obstante, en su aberrada concepción de la realidad social degenerada que les
permite brillar por sus personales miserias, los gobiernos de lacayos prefieren
asignarles el pago de los impuestos, mayoritariamente, a los consumidores
aislados e indefensos, mediante el cobro del IVA y de la retención en la fuente
de sus ingresos por contribuciones fiscales que, legalmente, por lo general, no
les corresponde pagar, según la economía política clásica, debido a su nivel
socio-económico vulnerable.
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Retos vitales del fanatismo
Sin
dudas, ninguna autoridad establecida está en condiciones de -ni tendría interés
en- detener, castigar y prohibir las hecatombes que han puesto en marcha los
potentados, inspirados por las profecías apocalípticas compartidas por los
abrahámicos. A saber, por los sionistas, los cristianos y los musulmanes.
Los
últimos, en particular, siguen apabullados, enfrentados mutuamente y alienados
hasta el delirio irracional por sus líderes genocidas, tan santones,
irreductibles y sanguinarios como cualquier sionista de origen levítico
convencido de que puede matar impunemente no sólo a palestinos inermes sino a
los pacifistas que los apoyen, así sea en aguas internacionales, como hizo
Benjamín Netanyahu en 2010 con su demencial, inolvidable e imperdonable ataque
a la “Flotilla de la Libertad” en el Mediterráneo.
O
como cualquier cura católico, presunto defensor de la Vida pero dispuesto a
asesinar, para mayor gloria de su dios, el denostado dios del amor, a quienes
no compartan sus creencias, mientras se complace abusando sexualmente de
impúberes de cualquier género, sobre todo del que usa testículos.
Enterrar
la Historia que a los canallas les ha facilitado gobernar a los dignos
crédulos, es una tarea trascendental que sólo puede surgir de la autoridad
auténtica; o sea, de la que proviene del ejercicio popular del poder mediante
la única forma posible de hacerlo. Esto es, convocando y atendiendo debidamente
la participación libre de cualquier ciudadano que resuelva intervenir; sin
admitir que alguien se atribuya el derecho exclusivo a opinar y decidir por
otros, aduciendo su falsa y cínica condición de representante o delegado
especialmente dotado para suplantar al prójimo.
Dada
la evidente corrupción de todos los gobiernos, independientemente de la
ideología que profesen, y considerando el actual grado de desarrollo
técnico-científico, que nos aporta las condiciones objetivas para establecer
sociedades planas, justas, equitativas e igualitarias; quien siga insistiendo
en su condición de representante de los demás debido a su presuntamente
asombrosa, escasa y especial condición personal de politiquero profesional,
hábil para manejar el poder con toda la corrupción y competencia necesarias, no
pasa de ser un detestable y caduco impostor propio de la falaz democracia
representativa, auténtica caricatura, aunque ingeniosa, de la verdadera
democracia.
En
consecuencia, la solución corresponde únicamente a la Democracia Directa.
Esto
significa que cada uno tiene el derecho innato e inalienable de aportar al
debate tanto como de presentar y de tomar partido por las propuestas que más se
ajusten a sus expectativas y mejor defiendan sus intereses personales. Pero
nadie lo tiene para atentar contra derechos ajenos; ni ninguno está obligado a
amilanarse y subyugarse ante soberbios convencidos de que poseen el extraño,
raro e inexplicable privilegio de suplantar y manipular a los demás.
La
superación de la Historia sólo puede alcanzarse por métodos inéditos en las
sociedades piramidales que la caracterizan, concertados libremente por el
concurso y la discusión crítica de todas las propuestas. Éstas serán hechas por
los ciudadanos atenidos a su conciencia en vez de a órdenes o directrices de
partidos y caudillos, así éstos arguyan un origen celestial o se expresen como
asesinos invencibles y absolutamente despiadados
Los
métodos verdaderamente democráticos provendrán de los habitantes de la aldea
Global que voluntariamente decidan ejercer su soberanía personal y su individual
cuota de poder; que no le cederían a nadie pero que los verdaderos demócratas
compartirán con todos sus semejantes.
Tal
actitud marca el final de la falaz democracia representativa. Ésta será
sustituida, competente y totalmente, por la verdadera democracia, la única
posible, la directa, en la cual cada ciudadano vale por uno, no por cero ni por
varios ni, mucho menos, por muchos o hasta por todos, siendo esta megalomanía
la que caracteriza a los enemigos comunes.
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Ágora Virtual Global
Aunque
parezca una fantasía que a nadie se le había ocurrido, pues fue algo realmente
impensable -apenas un atributo de la divinidad, conocido como ubicuidad, se le
parece-, el Ágora Virtual Mundial es una realidad objetiva. Constituye, para
efectos de ciudadanía y civilización, una conquista humana muy superior a la
plaza pública griega donde Pericles y sus iguales dirimían los asuntos públicos
atenidos a su personal capacidad para perorar.
En
vez de torneos de oratoria entre los ciudadanos -de los cuales estaban excluidos
los esclavos y muchos individuos más en la meritoria pero incipiente democracia
ateniense, cuyas formas circenses tanto se esmeran por imitar los parlamentos
de corte liberal en su desespero por justificarse y legalizarse ante el pueblo
al que pertenece el poder, que, dada la ignorancia en que suelen sumirlo, cedía
fácilmente ante demagogos inescrupulosos-, mediante las redes sociales y demás
facilidades ofrecidas por las tecnologías de la informática y las
telecomunicaciones, cualquier ser humano actualmente puede participar con
conocimiento de causa y capacidad para aportar, tanto local como globalmente,
en los temas de su incumbencia que dependan de colectivos o grupos de
ciudadanos.
O
sea, que sean asuntos públicos sobre los que nadie puede arrogarse el
privilegio exclusivo a decidir; aunque esta impostura abusiva es la costumbre
de la falsa democracia representativa (o liberal) en las sociedades piramidales
establecidas por la burguesía triunfante frente al feudalismo, tan opresoras y
anuladoras de las mayorías como cualquier régimen totalitario.
Históricamente,
en tales sociedades los politiqueros gobernantes proceden afectando impunemente
los derechos y los intereses ajenos, sometiendo a los débiles a leyes injustas
-elaboradas por lacayos bien posicionados- para defender privilegios
intolerables de los inmunes, megalómanos, cínicos y mediocres amos sociales.
Para
fortuna de las generaciones contemporáneas, las tecnologías modernas de la
teleinformática conforman el mecanismo idóneo para ejercer la verdadera
democracia en términos de igualdad de oportunidades para todos; con las altura
y suficiencia necesarias para que el debate fructifique y se enriquezca sin
cortapisas ni tergiversaciones maliciosas, ni limitaciones arbitrarias y
tendenciosas en las fuentes de información, ni timideces o enfrentamientos de
personalidad que cohíban los aportes individuales; de modo que la toma de
decisiones sea los más amplia y esté lo mejor fundada posible.
A
pesar del patetismo plutocrático y apabullante del “Gran Hermano” concebido por
los enemigos comunes y sobre el cual George Orwell nos advirtió con suficiente
claridad y antelación -o, tal vez, gracias a estas advertencias prematuras-, el
control cotidiano y omnipresente de la población por los potentados se puede
considerar suficientemente compensado con la autonomía soberana adquirida por
el individuo consciente, superviviente en medio del consumismo suicida
estimulado y supervisado detallada y permanente por los poderes establecidos.
Está
aislado físicamente pero integrado libre y espontáneamente a nivel global con
seres igualmente libres y dispuestos a cambiar la sociedad democráticamente y
en todo el Mundo.
De
esta manera, cada uno decide libremente, ante su conciencia, si se convierte en
un ciudadano idóneo de la Aldea Global, o si continúa cediendo sus derechos a
los politiqueros profesionales para defender los de los enemigos comunes
dedicados a causar el juicio Final.
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Indignados avanzados
En
estas circunstancias, la Primavera Árabe continúa reivindicando la dignidad
humana mediante multitudinarias manifestaciones en Túnez y Egipto; los sirios
no desisten de luchar aunque su causa cada vez está más penetrada por intereses
imperialistas repugnantes*; y los europeos (como en Portugal y España) maduran
políticamente a un ritmo bastante saludable para las fuerzas de la Vida,
desenmascarando a los enemigos comunes y exigiendo castigo para los banqueros
ladrones y los politiqueros corruptos e impunes, ahora premiados por sus
crímenes sociales, económicos y ecológicos contra la población y el medio
ambiente.
En
el ámbito latinoamericano, sobre todo en Venezuela, Chile y Bolivia, y se
espera que en Colombia se fortalezca cada vez más a medida que la sociedad
civil se apropie de su soberanía, aunque es algo que no es ajeno a ningún país;
actualmente ofrece un punto álgido el meridiano de las conquistas
antropológicas indispensables para superar la Historia e inaugurar una era de
paz, justicia y plenitud vividas en sociedades planas, ricas, racionales,
solidarias, decentes y respetuosas de la Naturaleza; verdaderamente
democráticas.
Este
nuevo ciclo antropológico se inició con la ejemplar auto inmolación de Mohamed
Bouazizi en Túnez, en diciembre de 2010, dando pábulo para una manifestación
creciente de inconformidad antisistema por todo el Mundo, expresada por una
población cada vez más consciente e independiente, lo cual tiene aterrados a
los politiqueros, a los formadores y orientadores de opinión y a sus amos
potentados.
Todos
los farsantes gobernantes y sus huestes de mediocres despiadados están
demostrando que son muy inferiores a los pueblos que engañan y apabullan pero
que ya están resueltos a recuperar el ejercicio del poder que les pertenece.
Los
enemigos comunes ven con desazón cómo se les diluye y escapa el poder que,
ideológicamente, han canalizado a través de los mass media privados tanto como
de iglesias, de milicias, de sociedades secretas y de partidos piramidales,
auténticas estructuras autocráticas cada vez más desacreditadas,
desenmascaradas y repudiadas por las multitudes.
Éstas,
crecientemente, se niegan a seguir siendo utilizadas como masas amorfas
dispuestas a cometer cualquier crimen que les exijan sus amos amorales y
ambiciosos.
En
concreto, sabemos que la república hermana de Venezuela está amenazada
estratégicamente por la derecha internacional con un conflicto interno
violento, que impida consolidar y extender más la llamada Revolución
Bolivariana.
El
primer paso craneado por los enemigos comunes es tratar de dar un “golpe de
Estado” que polarice todavía más a una población desahuciada pero no
incapacitada ni totalmente alienada por los cantos de sirena de la derecha
internacional decidida a causar una “guerra civil”.
Por
fortuna, la torpeza de los potentados cada vez es más patética y su desespero
más evidente, en la medida en que constatan cómo las masas amorfas y
fanatizadas devienen en multitudes conscientes, deliberantes y actuantes, poco
dispuestas a seguir engañadas y cada vez más resueltas a tomar las riendas de
su destino común y castigar a quienes lo deforman.
Geoestratégicamente,
los potentados decrépitos, belicosos y desesperados esperan que la
confrontación interna planeada para Venezuela contribuya a crear inestabilidad
en la región -como lo ha intentado con tanta vehemencia el ex dictador impune,
Álvaro Uribe Vélez, desde que ocupó ilegalmente la presidencia de Colombia; y
continúa haciéndolo la prensa al servicio de potentados como Ted Turner (CNN) y
Carlos Ardila Lule (NTN24, RCN), estimulando una caterva reaccionaria bastante
tendenciosa, que no tiene inconveniente en auto calificarse de demócrata para
denunciar las elecciones venezolanas -cuyo sistema electoral dice James Carter
que es ejemplarmente confiable a nivel mundial-, pero que calla insistentemente
ante el evidente fraude cometido, con total cinismo, por las derechas
paraguayas a la vista de todo el Mundo.
Derrotar
la democracia verdadera y entregarles las riquezas de nuestros territorios a
las corporaciones transnacionales, constituye la gran misión de las derechas latinoamericanas
que el notable arribista Uribe Vélez trató de representar como el gran iniciado
regional en los secretos del Nuevo Orden Mundial…
Su
detestable objetivo lacayuno -que le mereció ser nombrado por la ONU como
miembro de la comisión absolutoria creada con la complacencia del sionismo para
justificar el genocidio de Israel contra la Flotilla de la Libertad- es aportar
a la causa sionista de la tercera guerra mundial, que tanto les urge a los
potentados para eludir los castigos que les merece su pésima dirección de las
autocráticas y consumistas sociedades agonizantes.
Dicha
perversa orientación bélica y arrasadora, aunque los encargados de difundir la
desinformación lo nieguen, obedece a una conspiración milenaria claramente
expresada en la Biblia. Ahora, según creen lo sionistas, está casi triunfante,
a punto de volverse invencible, si somos inferiores al deber de evitarla
superando la detestable Historia y deshaciéndonos de quienes han posado de
dirigentes, verdugos y estafadores de los demás.
Afortunadamente,
en el caso venezolano se trata de un pueblo suficientemente fogueado y maduro
-gracias a los oficios de Rafael Hugo Chávez Frías, cuyo espíritu ha sido
heredado por los desamparados de la Tierra y no sólo por Nicolás Maduro-, de
modo que puede ser capaz de evitar el fratricidio por razones ideológicas,
exacerbado por corruptos de todas las tendencias interesados en seguir medrando
a la sombra de los atrasados debidamente fanatizados.
Dadas
estas condiciones, el pueblo llano está llamado a cumplir un papel pionero en
la creación de estructuras de poder popular realmente democráticas, que
identifiquen y castiguen a, y prescindan de, los politiqueros tradicionales,
siempre corruptos -sin importar la ideología con que se encubran- y encargados de
suplantar a los ciudadanos en el ejercicio libre del poder, que les pertenece
con exclusividad a todos pero a ninguno en particular.
En
vez de caer en las trampas de los potentados decadentes, polarizando sus
posiciones alrededor de falsos caudillos -como nos ha sucedido a los
colombianos víctimas de la oligarquía liberal conservadora que mató a Jorge
Eliécer Gaitán el 9 de abril de 1948, generando una guerra civil de más de
sesenta años, exacerbada por los caciques de ambos partidos tradicionales y que
la derecha mafioso-neoliberal, tan dilectamente representada por el ex dictador
impune, Álvaro Uribe Vélez, se opone a que termine-, a los venezolanos,
suficientemente empoderados y aprovechando un gobierno que dice apoyar al
pueblo, les corresponde el honor de empezar a gestar las instituciones
democráticas que recuperen el poder popular de las manos de los politiqueros,
todos corruptos o en camino de corromperse a la primera oportunidad, quienes,
históricamente y en beneficio propio y de los potentados, se lo han arrebatado
a los ciudadanos.
Ya
los pueblos no están para caer en las manidas maniobras con que los
neoliberales inhumanos tumbaron a Salvador Allende en 1973, va a hacer 40 años
el 11 de septiembre. Frustraron el proyecto de “Vía Pacífica al Socialismo”
aprovechando al arribista incondicional Richard Nixon, el que negó la
convertibilidad del dólar por oro y demonizó el consumo de alucinógenos para
convertir en parias a los países subyugados por el imperio decadente.
Sus
pasos de abyecto irreductible los está recorriendo el pusilánime elocuente,
Barak Obama, un auténtico impostor que tuvo la oportunidad de transformar la
sociedad desde 2009, aunque sólo hubiese procedido a la conversión energética
de los automotores aprovechando la nacionalización de la General Motors, pero
que está subordinado a la Continuity of Government, de modo que no tiene más
remedio que acatar las órdenes que le den los potentados sionistas y wasp; y
aún así corre el riesgo de que lo tumben antes de 2016.
No
obstante, la derecha sionista insiste en aplicar las mismas fórmulas
neoliberales en Venezuela, como lo ha venido haciendo desde hace tiempo en
todas las neoliberocolonias, que ahora también incluyen países del centro
europeo y no sólo a los del tercer mundo.
Para
profundizar su saqueo y consolidar su traición a la Vida, cuenta no sólo con
los vendepatrias internos, representados por Henrique Capriles Radonski pero
agazapados en todos los partidos, sino con las huestes de discriminadores
inescrupulosos, saqueadores y asesinos, aliados en el Mundo entero y convocados
por el abrahamismo juicio-finalista para cumplir el macabro mandato de Yahvé.
Buscando
derrotar el régimen popular antes de que se depure y fortalezca mucho más, como
inevitablemente tendrá que hacerlo si aspira a consolidar la revolución
iniciada por Chávez, los oligarcas desesperados están cocinando pactos con los
cánceres de la Humanidad, causando desabastecimientos artificiales,
protagonizando cacerolazos, promoviendo protestas de los privilegiados
sociales, saboteando la economía y estimulando la inestabilidad social.
Lo
que corresponde tras tantas experiencias nefastas del s. XX -y las condiciones
en Venezuela son altamente propicias para ello-, es que los electores
divididos, en vez de enfrentarse entre sí para complacencia de los potentados
que se esmeran en conseguirlo, se reconcilien como hermanos sometidos a las
mismas amenazas, traiciones, tragedias y desgracias, tomando distancia de
cualquier caudillo artificial e innecesario y desenmascarando a todos los
vendepatrias (tanto a los reaccionarios como a los “revolucionarios”), para
dedicarse a ejercer democráticamente el poder que les pertenece a todos y que
las mayorías beligerantes habrán de impedir que se sigan apropiando los
politiqueros de cualquier pelambre, cínicos burladores de todos los electores.
La
salida es clara, pero el plazo para implementarla es cada vez menor. Si no
alcanzamos pronto la masa crítica necesaria, es posible que los enemigos
comunes se salgan con la suya, algo que nos afecta a todos y deja sin futuro a
las generaciones jóvenes.
Se
trata de un asunto trascendental que depende de los individuos conscientes de
la Aldea Global, reunidos en multitud virtual y deliberante que rechaza ser
tratada como masa informe, ignorante, supersticiosa, sumisa y moldeable a
voluntad de los potentados.
Por
fortuna, ese camino libertario lo están recorriendo los ciudadanos soberanos
con conciencia, valentía, pasión, lucidez, empeño, independencia, amplia
información, rechazo a prejuicios, desenmascaramiento de impostores; con
interés y compromiso personales, en síntesis.
Están
trazando una ruta que habrá de iluminar a -y ser enriquecida por- las
multitudes conscientes de todo el Mundo, que se niegan a seguir siendo tratadas
como masas maleables, incapaces de dimensionar los males que les han decretado
y de impedir que sigan abusando de ellas. Una vez empoderadas van entendiendo y
demostrando que son invencibles; y los farsantes potentados lo saben.
¡Tú
puedes compartirlo; es tu derecho, no permitas que te lo sigan arrebatando!
Al
menos, deja de eludir tu responsabilidad buscando politiqueros come-pecados que
te liberen de tu conciencia y te eximan de cumplir tus deberes sociales y
políticos mientras te esquilman.
¡El
Mundo es para los mansos dignos, valientes y empoderados, no para los mensos
cobardes, ignorantes y pusilánimes!
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