Artículos de Opinión | Francisco González Tejera | 22-05-2013
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Allí
estaban embutidos en su elitismo heredado del franquismo, de la España más
profunda y gris, no faltaba ninguno de los imputados que ahora están procesados
por implicación en tramas mafiosas de presunta financiación ilegal de su
partido, dinero negro, pago de favores y saqueo generalizado de las arcas
públicas.
Todos
reunidos luciendo sus mejores galas, los trajes caros y modelitos de alta
costura en la boda de los chivos, el gran evento del régimen donde se casaba
hace 11 años la hija del ex presidente Aznar, más conocido internacionalmente
por ser miembro del siniestro “trío de las Azores”, junto a los presidentes de
los Estados Unidos y el Reino Unido, los criminales de lesa humanidad Bush y
Blair, culpables directos de la inmensa masacre humanitaria generada tras la
ilegal y sanguinaria invasión de Irak, donde han sido asesinadas en pocos años
cientos de miles de personas en su mayoría población civil.
La
boda Agag-Aznar se celebró en el Monasterio del Escorial el 5 de septiembre de
2002, un evento de estado que contó con la presencia de los borbónicos reyes de
España, jefes de gobierno como el capo italiano Berlusconi, el miembro de la
mafiosa troika, en aquellos momentos presidente de Portugal, Durao Barroso, el
presidente de El Salvador, Francisco Flores, y muchos miembros de la jet set,
famosos de la farándula, de la prensa del corazón y como no la Iglesia Católica
que apadrinó este vergonzoso fasto.
Una
ceremonia que fue oficiada por el ultraderechista cardenal Antonio María Rouco
Varela en medio de la solemnidad y el despilfarro, bajo la atenta mirada de los
asistentes y de personajes ahora metidos hasta el cuello en procesos judiciales
por corrupción, elementos de cuidado como el multimillonario tesorero del PP
Luis Bárcenas, los jefes de la red Gürtel Francisco Correa y Álvaro Pérez “El
bigotes”, el marido de la ministra de sanidad Ana Matos, un tal Jesús
Sepulveda, ex alcalde del PP del municipio madrileño de Pozuelo de Alarcón,
entre otros compadres y comadres del sobre y la prebenda.
Ahora
resulta que la celebración de esta boda fue pagada por la trama Gürtel, según
recoge la documentación incorporada al sumario del caso que se instruye en la
Audiencia Nacional. Una documentación incautada por la Unidad de Delincuencia
Económica y Financiera (UDEF) de la policía, hace ya más de dos años, en una
nave que utilizaba esta red corrupta para guardar materiales diversos.
Dos
años después llega a la opinión pública este nuevo pelotazo, haciendo que
millones de personas nos enteremos, nos asombremos de que este fiestorro
exclusivo para ricos, que fue celebrado a lo grande en la macro finca de un
amigo de Aznar, denominada “Los Arcos del Real”, fue cubierta con 32.452 euros
de dinero mafioso.
La
contabilidad de esta pandillera red delictiva refleja la facturación de los
gastos ocasionados del bodorrio con perdida en negativo, a diferencia de otros
estadillos contables, donde la trama Gürtel anotaba el coste real de los
servicios que subcontrataba junto al importe que imponía a sus clientes y los
beneficios conseguidos.
En
esa documentación se observa que la empresa de Correa y “El bigotes” se hizo
cargo de una serie de servicios de la celebración (parking, acreditaciones,
alojamientos técnicos, andamios, generadores, iluminación…), por supuesto sin
cobrar a los novios por ello.
Resulta
cuanto menos surrealista que una boda tan mediática y vendida como el
acontecimiento del año, se convierta ahora en un tinglado que refleja la
podredumbre moral de la casta que dirige este saqueado país.
Estos
mismos que van presumiendo de entrega y plena dedicación al servicio público
pusieron la mano para el sobre, para vivir a lo grande, por el lado más bestia,
como verdaderos marajás, mientras el pueblo pasa hambre y miserias, con cifras
de desempleo históricas que baten todos los récords del despropósito, la
insensibilidad social y la nefasta gestión política.
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