Artículos de
Opinión | Francisco González Tejera | 19-05-2013 |
El recurso
del insulto, la amenaza y la criminalización parece ser la dinámica general de
algunos dirigentes del PP, tratando de amedrentar a las personas que salen a
las calles y luchan por sus derechos robados, en contra del saqueo del gobierno
y sus mariachis de la putrefacta banca y el corrupto poder financiero.
Personajes
tan repelentes como multimillonarias como la secretaria general de la caverna
ultraconservadora, Dolores de Cospedal, acusando al Movimiento 15M en su
segundo aniversario de haberse radicalizado, la Delegada del Gobierno en
Madrid, Cristina Cifuentes, con la repetitiva y aburrida cantinela de que la
Plataforma de Afectados por la Hipoteca son fascistas o de ETA, demostrando que
para ella todo movimiento que no sea Falange, Nuevas Generaciones o los
antiabortistas son ETA.
También la
ínclita y perretosa lideresa, Esperanza Aguirre, sigue insultando a todos los
colectivos y personas que se movilizan defendiendo lo que les pertenece, los
acusa de “pendencieros”, de “camorristas”, lo hace con la impunidad de saberse
protegida por sus repletas cuentas corrientes, por un gobierno de sádicos que
disfrutan viendo sufrir y pasando hambre al pueblo.
Otros igual
de rabiosos y enfermos de odio como el concejal pepero de Hacienda del
Ajuntament de Castelló, Juan José Pérez Martín, que esta semana en un artículo
llamó a la gente del 15M “híbridos de hiena y rata”, entre otros gravísimos
insultos, más propios de un sicario o de un camello de barrio, que de un
político que cobra del erario público un verdadero sueldazo.
Del
encorajinado ex diputado autonómico canario del PP, Sigfrido Soria, mejor no
decir nada no sea que como dijo recientemente sobre los escraches: “Como un
perroflauta me acose, la ostia que se lleva ni se la va a creer”.
Sería muy
largo de enumerar y dar nombres de todos los responsables de las vergonzosas
ofensas de esta camarilla siniestra a los movimientos sociales, resultaría
hasta aburrido hacer un recorrido por las últimas barrabasadas de tipos y tipas
tan deplorables como el constructor de aeropuertos sin aviones, Carlos Fabra,
que calificó hasta de “hijos de puta” a los diputados de la oposición.
La
ultraderecha siempre ha tenido ese lenguaje grotesco y vulgar, lo usaron cuando
llenaron las cunetas, lo pozos y las simas de demócratas asesinados en 40 años
de dictadura, lo siguen usando ahora en esta falsa de democracia, diseñada para
el enriquecimiento exclusivo de los poderosos, mientras se pisotean los
derechos de la ciudadanía y de los sectores más desfavorecidos de la sociedad.
Parece que
de nada le han servido los colegios caros de curas y monjas, las misas y
confesiones, los casinos y clubs privados de alto standing reservados para los
de su clase, los máster y postgrados a todo tren en las mejores universidades
del mundo, la permanente dolce vita de no haber trabajado en su puta vida.
Su caciquil
vulgaridad medieval y explotadora parece ser genética, lo llevan en la sangre,
en cada selecto cromosoma, igual que sus antecesores del yugo y las flechas,
por eso no permiten que lo que ellos consideran “el populacho”, “los
perroflautas”, los afectados por la macro estafa de las preferentes, las
personas desahuciadas de sus casas y muchos más colectivos salgan a las calles
a manifestar su indignación, a protestar, a enfrentarse a sus podridas
políticas del recorte, el desempleo, la represión policial, el suicidio, la
corrupción y el expolio generalizado.
Se sacan
fotos con narcotraficantes y se van con ellos de vacaciones sin que pase nada
ni dimitan, acuden a fiestas de mafiosos en sus yates como hizo hace pocos años
en Galicia el sobrecogido presidente. Se comportan como verdadera gentuza de
guante blanco, barriobajeros de las casitas del barrio alto, que recurren al
insulto fácil, a la amenaza cuando temen perder sus privilegios ante un
alzamiento popular, ante ese cada vez más necesario estallido social que los
borre del mapa, de la triste geografía de un estado humillado, saqueado y
exprimido.
Esta boca
sucia de ciertas y ciertos miembros de la derechona, ese estilo poligonero y
cani/choni en sus manifestaciones de rabia, son una muestra clara de su
desesperación, del miedo a tener que rendir cuentas de sus desmanes más
temprano que tarde. Por eso buscan el enfrentamiento directo con la ciudadanía,
bien protegidos por parte de la judicatura y de unas fuerzas represivas a su
servicio, siempre dispuestas a obedecer las órdenes, a usar la violencia,
apalear o detener a quienes ejercen el derecho constitucional a manifestarse
pacíficamente.
La razón
nunca precisa de la ofensa y la descalificación, cuando se utiliza es que algo
no marcha bien, que temen algo, que quizá con la que tienen encima mejor
deberían callarse, que son tantos los escándalos y la situación del país que el
único recurso que les queda es tergiversar, acusar, criminalizar, ofender,
mofarse de quienes ejercen un derecho legítimo y democrático.
Fuente: http://viajandoentrelatormenta.blogspot.com.es/2013/05/senoresas-del-pp-si-el-15m-y-otros.html
Cuando la razón no apoya los hechos, el insulto, la descalificación y la tergiversación es lo único que les queda a estos políticos con escasa ética y moral y que tienen arraigada en su mente le costumbre de mentir y así nos va en este País llamado España. JR Isasi
ResponderEliminar