Las “Multas gubernativas”
Artículos de
Opinión | Juan Rivera Reyes * | 27-12-2012 |
El Partido
de derecha extrema que nos desgobierna tiene un peculiar medio de “felicitar”
las Navidades al cada vez mayor número de ciudadanos que se resisten a sus
tropelías: multándolos.
Esa política
no es nueva. Fieles a la vena confesional que los traspasa, llevan un año
haciéndole la Pascua (y demás fiestas de guardar) a la inmensa mayoría de
españoles. De camino, mantienen la tradición familiar del conservadurismo
hispano y siguen la senda del tatarabuelo canovista que nunca hizo ascos al
caciquismo, ley de fugas o de jurisdicciones para mantener su concepto de ley
y orden.
También la
del resto de antepasados que, triunfantes tras la escabechina liberticida, no
dudaron en utilizar todos los resortes de un aparato estatal ilegítimo desde su
origen ( ley de represión contra la masonería y el comunismo, de vagos y
maleantes, de peligrosidad social...) para disfrutar su predominio de clase
sobre el resto de españolitos y de paso silenciar las voces discrepantes por
tanta injusticia.
Recuerdan
con nostalgia los tiempos del abuelo Patascortas y su paz de cipreses y
cementerios. O los de papá Fraga y “la calle es mía”.
Hoy, aunque
desearían recurrir directamente al palo y tentetieso, saben que deben adaptarse
a los tiempos y respetar de boquilla los derechos constitucionales que nunca
respaldaron con su voto y en los que nunca creyeron.
Mantienen
intactas las ancestrales ganas de reprimir pero aún guardan las formas. Aunque
quisieran, no pueden recurrir ni al Tribunal de Orden Público
(conociendo la trayectoria involucionista del ministro Gallardón, para emular
las ideas de su progenitor y suegro, no debe extrañarnos que pronto lo plantee
en otra ley) ni a la Brigada Político-Social para amedrentar a los
ciudadanos hasta convertirlos en borregos.
Han ideado
una táctica que creen más sutil pero mantiene el trazo burdo y grueso: sancionar
a todo hijo de vecino que ose discutirles. Miles de compatriotas llevan meses
recibiendo sanciones que van de los 600 a los esperpénticos 60 mil euros al
militante comunista de Huelva.
A colectivos
sindicales, plataformas contra los desahucios y ciudadanos anónimos los están –
literalmente- empapelando con sanciones. Uno de los casos más llamativos es la
persecución al Sindicato Andaluz de Trabajadores. El encarnizamiento con sus
militantes, Diego Cañamero y Juan Manuel Sánchez Gordillo incluídos, es de
libro. En su lógica, se ensañan más con quienes señalan la desnudez del rey, la
hipocresía social imperante.
Pese a la
amnistía fiscal son incapaces - no se atreven con el amo –de hacer pagar los
impuestos a defraudadores de toda laya, ni de apostar por una tributación en
función de los ingresos. Parece que pretendieran equilibrar los injustos
Presupuestos de 2013 con lo conseguido por el IVA y lo recaudado con las multas.
Lo peor de
ellas, es el tufo a arbitrariedad que desprenden. Ciudadanos que estaban
pacíficamente concentrados o que pasaban por allí han recibido las
notificaciones. No podemos olvidar que los datos a la Delegación del Gobierno
los proporciona siempre un agente de policía. Harían bien el SUP y la AUGC de
recordar a sus afiliados que no deben ser colaboracionistas ejecutando
órdenes injustas.
La mayoría
de las denuncias son por ocupar la vía pública,” sin permiso” en
concentraciones de protesta. No importa que hayan sido pacíficas, en las aceras
sin interrumpir el tráfico o en calles peatonales. Se aplica la tolerancia
cero.
Este intento
de reproducir un Estado policial con súbditos sin derechos, esta intolerancia
con el discrepante, se vuelve más evidente cuando la contrastamos con la absoluta
permisibilidad para otros sectores.
Cualquier
habitante de España y especialmente de Andalucía, vive en sus carnes a lo largo
del año la ocupación continuada de la vía pública por manifestaciones de
carácter religioso. A una Semana Santa en la que todo el espacio ciudadano
orbita en torno a una creencia, se comparta o no ésta, se suman procesiones
grandes o de niños pequeños, rosarios, misas al aire libre, ensayos de pasos...
Una parte de
la sociedad, importante pero minoritaria, tiene barra libre para
expresar su ideología. A sus seguidores no se les brea a multas si, por
ejemplo, un paso procesional ensaya por la noche interrumpiendo el tráfico sin
permiso. A los señores Delegados de Gobierno no se les ocurrirá nunca enviar a
un policía para que coja nombres y dni de los costaleros y al cabo de unos
meses reciban la sanción por “alterar el funcionamiento de la vía pública sin
autorización”.
¿Con esto
quiero decir que los multen a ellos también? No, al contrario. Defiendo que esa
parte de la ciudadanía pueda expresar su ideología y quiero denunciar la
incoherencia del partido (des)gobernante.
La mayoría
social que desde hace varios años (contra el talante del “niño la ceja “también
lo hicimos) nos manifestamos día sí y otro también, no lo hacemos por gusto. Lo
hacemos porque las medidas tomadas nos están despojando de nuestros derechos.
Tomamos la calle para expresar nuestra discrepancia con quienes nos roban
sueldo, casa, sanidad, enseñanza y futuro.
Puede que en
una sociedad teocrática deberíamos ser condenados a la hoguera por herejes,
pero en la España constitucional deberíamos tener los mismos derechos que
cualquier ciudadano.
Cada vez que
llega una notificación de multa a un conocido pienso que quienes han provocado
esta crisis que nos afecta a los que somos la inmensa mayoría en
beneficio de una plutocracia insaciable, tienen en mente rodar a nuestra costa
la cuarta parte de “El Padrino”. El papel que les toca es sabido. A nosotros
nos dejan el de extras extorsionados.
* Miembro
del Colectivo Prometeo y del Frente Cívico
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