Golpe de mercado
Artículos de
Opinión | Federico Mayor Zaragoza* | 22-12-2012 |
Los peores
golpes de Estado son los imperceptibles, los que se identifican difícilmente al
principio, no permitiendo la adopción de las medidas adecuadas en el momento
oportuno. Los emboscados se disfrazan de tal modo —primas de riesgo, agencias
de calificación, inversores opacos, "agujeros bancarios impunes"...
—que es muy difícil reconocerlos hasta que la situación se torna prácticamente
irreversible. No solo debilitan al Estado y promueven desgarros sociales
difícilmente restañables, sino que en su osadía llegan, ante la perplejidad e
inacción ciudadana, a nombrar gobiernos sin urnas.
Con gran
habilidad, consiguen alcanzar el objetivo de "menos Estado y más
mercado". Se desprestigia a los políticos y a los parlamentos, sobre todo
cuando existen mayorías que, sin mecanismos correctivos, producen sin pausa
"leyes rodillo". El "golpe de mercado" logra sus propósitos
de privatizar... hasta los propios partidos políticos.
Los
responsables de las crisis —grandes consorcios financieros— están pasando la
factura permanente a quienes aceptaron, en un momento histórico, sustituir los
principios democráticos por las leyes del mercado y las instituciones
internacionales por los grupos plutocráticos que tanto han dañado a Occidente.
Se trata de una crisis sistémica que requiere liderazgos muy sólidos, capaces
de dar explicaciones a los ciudadanos y diseñar con claridad las estrategias
para el futuro.
Lo cierto es
que, una vez "rescatados", han presentado situaciones de quiebra sin
que se sepan las causas de los increíbles déficits acumulados. ¿Dónde ha ido a
parar ese dinero? ¿Cuál es la situación real? ¿Quiénes fueron incapaces de
advertir lo que estaba acaeciendo cuando hubiera sido posible todavía evitar o
mitigar las gravísimas consecuencias?
De forma muy
inaparente, como ha destacado Ignacio Ramonet, la privatización de lo público
está llevándose a efecto, a pesar de que es con el dinero público y el
sacrificio de la mayoría de los ciudadanos como se están intentando aliviar los
dislates cometidos.
El
"gran dominio" manda en buena parte de Occidente, aunque nada menos
que América Latina, la India... se están escurriendo hábilmente de los últimos
coletazos de los "globalizadores".
La solución
es una democracia auténtica, que produzca rá-pidamente una refundación del
Sistema de las Naciones Unidas y la inmediata eliminación de los G-8 y G-20;
que reforme de manera inmediata los Tratados de la Unión Europea, de tal modo
que la federación política, económica y fiscal permita, junto a una seguridad
autónoma, el adecuado funcionamiento de la Unión, para que 27 países no tengan
que danzar necesariamente al ritmo que le marca uno solo, y a escala local, en
todos aquellos países en que los parlamentos se están desacreditando por seguir
normas de representación po-pular ya superadas, y en que los gobiernos no cumplen
los programas que recibieron en las elecciones el apoyo popular, fortalecer la
democratización basada en los valores éticos que se sustituyeron por los
mercantiles para poder hacer frente, con los consensos nacionales que son
indispensables, a los desafíos presentes, poniendo en su lugar a los
"golpistas", ya desenmascarados.
Solo de este
modo podrán contrarrestarse a escala internacional, europea y nacional los
actuales "golpes de mercado"...
*Exdirector
general de la Unesco, presidente de la Fundación Cultura de Paz y presidente de
la agencia IPS.

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