El "Nuevo Orden" español
Miércoles,
26 de diciembre de 2012
Por Fernando
González
Con una copa en la mano y el severo uniforme nacionalsindicalista, tenso y salpicado de medallas, el Conde de Mayalde, Director General de Seguridad, conocido en las filas de Falange como "el camarada Pepe Finat" - , iniciaba un brindis en los madrileños salones del Ritz adornados con profusión de svásticas, yugos y flechas. Era la tarde del 21 de octubre de 1940. El homenajeado -uniforme de gala y capa con forro de seda- recibía, impasible, las alabanzas del jerarca español. Brillaban los uniformes nazis, fascistas y falangistas, entremezclados con algún risueño escote aristocrático. Se celebraba el banquete de gala en honor del personaje más importante que visitó la España del Nuevo Estado en 1940: El Reichführer SS Heinrich Himmler, Jefe de la policía nazi.
La aventura fascista que comenzaba a tener cierto peso dentro del franquismo,
EL MONSTRUO CON EL OTRO MONSTRUO
cobraba con este acto nuevas
fuerzas. Además de esa revitalización, una nueva directriz germanizante
encauzaba sus pasos. Desde que un grupo de generales en una finca aceptara en
1936 la fórmula de "Francisco Franco, Jefe del Gobierno y del
Estado Español", los grupos fascistas españoles vieron en esa Jefatura
la posibilidad de una sociedad corporativa, totalitaria y jerarquizada, más al
estilo italiano que al nazi, del que se alejaban por su excesiva rigidez. Con
el Decreto de Unificación de abril de 1937, por el que Franco se autoproclamaba
Jefe Nacional de FET y de las JONS, la oportunidad fascista quedaba
matizada por un mando militar.
Sin embargo, y, sobre todo, en los aspectos represivos, se mantuvo todo el
aparato externo fascista, así como un deseo latente de la élite política de
embarcarse en un fascismo descarado que el exceso de tradicionalismo y los
intereses de una plutocracia promotora de la Cruzada impedían. En 1939
se estrechan los lazos con la Italia fascista, en un ir y venir de las dos grandes
figuras totalitarias de la época, Ramón Serrano Suñer y el tragicómico Conde
Ciano
El verano de 1940 puede decirse que resultó para el Nuevo Estado de una
definitiva textura imperial. Las fuerzas de las mehalas de Tetuán ocupaban
Tánger, iniciándose así el sueño dorado de José María de Areilza y
Fernando María de Castiella: la recuperación del imperio africano para la
Nueva España. Sin embargo, en el aspecto de orden interno, el Nuevo Estado
buscaba un molde, una fórmula, mediante la cual pudiese encauzar a una sociedad
española "viciada por el librepensamiento, la masonería, el marxismo, el
autonomismo y separatismo regional, los partidos políticos y las centrales
obreras"; es decir, por la democracia.
UN ORDEN ARIO EJEMPLAR
UN ORDEN ARIO EJEMPLAR
"Tras mi visita a Berlín -
continuaba el Conde de Mayalde - cuando supe que ibais a venir, tuve
una gran ilusión, pero también un poco de temor, ya que después de conocer
vuestra organización admirable y vuestra técnica perfecta, ¿qué podíamos
enseñaros nosotros en esta hora inicial y penosa de edificar que pudiera
compararse con lo que allí hemos visto?"
La humildad del
Director General de Seguridad, Conde de Mayalde, enaltecía aún más al Reichführer
SS Himmler, que se sentaba en la mesa principal entre Serrano Suñer,
Miguel Primo de Rivera, su Jefe de Estado Mayor, General Wolff, Pilar
Primo de
EL CONDE DE MAYALDE CON HEYDRICH, EL VERDUGO DE PRAGA (1º a la izqda)
Rivera, el palmero Blas Pérez González,
Alfonso García Valdecasas, el Conde de Montarco, el Teniente Coronel
Hierro, el Director General de Prensa J. A. Giménez-Arnau, agregados
de la Embajada alemana, como el célebre Lazar, e incluso el tristemente
famoso doctor Gebhardt, médico nazi experto en anatomía semita.
Las palabras sinceras del conde de Mayalde parecían expresar la timidez
de un nuevo futuro en el que se comenzaba a perfilar un mecanismo de orden
similar al cuasiperfecto alemán. La Gestapo, la Policía Secreta del
Estado - Die Geheime Staatspolizei - , creada el 26 de abril de 1933 por
Goering, había llegado, en 1940, a extender sus tentáculos no sólo ya a
todo el territorio del Tercer Reich y a los anexionados, sino a toda
Europa. Los hombres de confianza, la rama ortodoxa y pura del partido
nacionalsocialista, las SS - Schutzstaffe - controlaban desde
1939, mediante la férrea disciplina de Himmler, toda la organización policial
"La piedad no puede traernos más que desmoralización -
declaraba Himmler precisamente en 1940 - , después de siglos de
lloriqueos sobre la defensa de los pobres y de los humillados, ha llegado el
momento de decidirnos a defender a los fuertes contra los inferiores. El
instinto natural ordena a todos los seres vivos no solamente vencer a sus
enemigos, sino además exterminarlos. En otros tiempos, el vencedor tenía la
prerrogativa de exterminar a razas y pueblos enteros."
Con la óptica del momento y la fascinación con
que eran seguidas en España las primeras victorias hitlerianas, es
indudable que los jerarcas fascistas se sentían atraídos por esta vigorosa
doctrina. No es de extrañar que, el verano anterior, el Conde de Mayalde y
algunos de sus más directos colaboradores viajasen a Berlín para apreciar de
cerca las realizaciones de Himmler.
LA CAMARADERÍA FASCISTA
"En vuestra primera visita a España - continuaba ensalzando el Conde de Mayalde a su colega nazi en el Ritz -, habéis conocido su organización política y sus figuras representativas, habéis convivido en el seno de la Falange, estimasteis justamente el funcionamiento de la Policía española y nos habéis alentado con vuestro elogio y vuestro consejo". Las personalidades asistentes al banquete, entre las que estaba representada la mayoría de la inteligencia fascista, pudieron comprobar la sinceridad del Conde de Mayalde y de Serrano Suñer, que admiraban profundamente, y con conocimiento de causa, la organización policial nazi. Ambos habían asistido, en Berlín y en diversos campamentos periféricos, a ejercicios de la Gestapo en materia de "cuadriculación de la sociedad", mediante los gauleiter, kreisleiter, zellenleiter y blokleiter. Y conocieron la "perfección" de los
LA CAMARADERÍA FASCISTA
"En vuestra primera visita a España - continuaba ensalzando el Conde de Mayalde a su colega nazi en el Ritz -, habéis conocido su organización política y sus figuras representativas, habéis convivido en el seno de la Falange, estimasteis justamente el funcionamiento de la Policía española y nos habéis alentado con vuestro elogio y vuestro consejo". Las personalidades asistentes al banquete, entre las que estaba representada la mayoría de la inteligencia fascista, pudieron comprobar la sinceridad del Conde de Mayalde y de Serrano Suñer, que admiraban profundamente, y con conocimiento de causa, la organización policial nazi. Ambos habían asistido, en Berlín y en diversos campamentos periféricos, a ejercicios de la Gestapo en materia de "cuadriculación de la sociedad", mediante los gauleiter, kreisleiter, zellenleiter y blokleiter. Y conocieron la "perfección" de los
EL GENOCIDA SALUDANDO A LOS MONJES DE MONTSERRAT
campos de
concentración alemanes, al lado de los cuales los españoles de Miranda de
Ebro, Nanclares de Oca, Albatera, Reus, Zeluán, Santa María de Oya, etc.,
resultaban pálido reflejo.
La visita del Reichfürer SS supuso una opción en los métodos represivos. Autores de reconocida tendencia franquista estiman la población reclusa en España en ese año en alrededor de las 300.000 personas, y otras 100.000 más en una libertad condicional francamente estrecha. Sin embargo, estaba aún muy reciente Ja guerra civil, la influencia de los partidos políticos, las centrales obreras y los planteamientos democráticos como cauce de protesta, por lo que se hacía necesario un orden severo "para luchar", como diría el Conde de Mayalde en el prolongado brindis, "contra ciertos odiados poderes del mundo, para salvar la civilización y la vida de la patria amenazada".
EL "ORDEN NUEVO"
Pedro Gamero del Castillo, Secretario General del Partido Unico, fue uno de los asiduos que, con el Conde de Mayalde, Juan Ignacio Luca de Tena, J.M. Alfaro, etc., acompañaron al invitado nazi en su periplo español. Desde Burgos a Madrid, conducido en un tren especial, Himmler y su numeroso grupo de expertos - más de doce - recibieron el homenaje de los pequeños municipios que, agitando banderitas con cruces gamadas, vitoreaban su paso.
LA NUEVA POLICÍA
Pero habíamos dejado con la copa en la mano, brindando, al Conde de Mayalde, que elogiaba a su colega alemán: "Camaradas italianos y alemanes, si existe un pueblo de memoria histórica -decía sin temor al futuro- es el español, sólo dos pueblos nos tendieron la mano fraternalmente y dos hombres pusieron el formidable aparato de su prestigio y de su poder a nuestro lado, Hitler y Mussolini. Y ahora, Excelentísimo Señor, levanto mi copa por vuestra salud, prosperidad y éxito personal y por las organizaciones que tan admirablemente dirigís, por la gloria del Führer de la Gran Alemania y de la victoria total".
Orgulloso de la presencia de tan destacada figura en España, José Finat, más tarde Alcalde de Madrid y Vicepresidente de las primeras Cortes de la monarquía juancarlista, acaba con un ¡Viva el Führer! ¡Arriba Alemania!, que es coreado primero por el coronel Sagardia, jefe de la Policía, y después por todos los presentes.
Tras el ceremonial y el ir y venir del Reichführer SS, se estructura una
nueva organización, apenas iniciada: la Policía del Régimen. El 12 de diciembre
de 1940 toma posesión de su nuevo cargo de Jefe Superior de la Policía de
Madrid, Vicente Sergio Orbaneja, de la Vieja Guardia, al mismo
tiempo que se hace cargo de la jefatura de la Secretaría Política del Partido
el camarada Marañón, el Gobernador de Barcelona sustituye a Enrique
Suñer en la presidencia del Tribunal de Responsabilidades Políticas, y el
general Saliquet se hace cargo a su vez del Tribunal Especial de Represión de
Masonería y Comunismo; la Dirección General de Seguridad emite también
varias notas, amenazando a los propaladores de rumores,
incluso con internamiento en campos de trabajo.
Hasta el 8 de marzo de 1941, en que se dicta la ley para el Cuerpo General de
Policía y la creación de la Policía Armada y de Tráfico, el Régimen se había
apoyado para mantener el Orden Público en la Institución militar, en los
Cuerpos de vigilantes y en la milicia de FET y de las JONS que,
en ciertos momentos, llegó a ser el brazo represivo.
El Cuerpo General de Policía, a imitación de la organización hitleriana, engloba a las fuerzas más selectas de la nueva organización que, junto con la Policía Armada y de Tráfico, forman lo que se dio en llamar la Policía Gubernativa. La selección de los individuos para este cuerpo general se hace con arreglo al siguiente criterio
El Cuerpo General de Policía, a imitación de la organización hitleriana, engloba a las fuerzas más selectas de la nueva organización que, junto con la Policía Armada y de Tráfico, forman lo que se dio en llamar la Policía Gubernativa. La selección de los individuos para este cuerpo general se hace con arreglo al siguiente criterio
a)
Proceder de Oficial Provisional o de Complemento.
b) Ser militante de FET y de las JONS.
c) Bachilleres, maestros de Primera Enseñanza y peritos mercantiles que no hubieran sido
b) Ser militante de FET y de las JONS.
c) Bachilleres, maestros de Primera Enseñanza y peritos mercantiles que no hubieran sido
EL CADAVER DEL GENOCIDA DESPUÉS DE SU SUICIDIO
depurados y
que, desde luego, no estén catalogados como "personas desafectas al Régimen"
en ninguno de sus grados
Con independencia de esta nueva y poderosa organización, la Guardia Civil, completamente renovada por miembros de confianza, y la Milicia de FET y de las JONS que llegó a tener en 1939, según algunos autores, doscientos mil hombres, se mantuvieron como refuerzo para el Orden del Nuevo Estado.
EL COMIENZO DEL "NUEVO ORDEN"
Con independencia de esta nueva y poderosa organización, la Guardia Civil, completamente renovada por miembros de confianza, y la Milicia de FET y de las JONS que llegó a tener en 1939, según algunos autores, doscientos mil hombres, se mantuvieron como refuerzo para el Orden del Nuevo Estado.
EL COMIENZO DEL "NUEVO ORDEN"
Languidecían ya en el gran salón de ceremonias del Ritz los últimos aplausos y vivas al Führer, cuando el invitado de honor, que días antes había depositado ante la tumba de José Antonio, escoltado por las juventudes hitlerianas, una corona de flores, alzó su copa y, dirigiéndose a su colega español, dijo:
- Querido camarada Mayalde, estoy convencido que lograréis excelentes resultados por el camino que habéis emprendido".
Después, volviéndose hacia los jerarcas españoles, hacia su amigo el doctor Gerbdhart y hacía sus más fieles SS, exclamó: "Vuestra amabilidad y fraternal hospitalidad perdurarán siempre en nuestros corazones. Y ahora, camaradas alemanes, alzad conmigo vuestras copas por la prosperidad y bienestar de España, que se resume en estos dos gritos: ¡Viva Franco! ¡Arriba España!". Al día siguiente volaba a Barcelona donde, en Montserrat, se postraba a los pies de la "Moreneta".
Justamente en aquellos días Miguel Hernández era condenado a muerte. Y
continuaban sistemáticas las ejecuciones de varios miles de vencidos, disidentes
o simplemente demócratas. El "Nuevo Orden" había
comenzado.
Fuente: http://canarias-semanal.com/
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