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Septiembre 2014 - 15:28 h.
Leyendo la prensa y oyendo los programas
de radio y televisión en varios medios de Madrid, me preocupa que se estén
reproduciendo algunas percepciones de lo que ocurre en Catalunya que no se
ajustan a la realidad. De ahí que sienta la necesidad de aclarar algunos
aspectos relacionados con estas percepciones, aclaraciones que hago con gran
respeto, e incluso estima, hacia varios reproductores de estas percepciones con
los cuales comparto muchas otras visiones de las realidades que nos rodean.
Comencemos pues:
- Las izquierdas, no las derechas, han sido en
Catalunya las que siempre han liderado –incluso en los tiempos de la
dictadura- la defensa del carácter nacional de Catalunya. El limitadísimo
conocimiento de la historia de Catalunya por parte de las derechas, e
incluso muchas voces de izquierda españolas, dificulta mucho la comprensión
de lo que ocurre en Catalunya. El Estatuto del 2006, que reconoce a
Catalunya como nación, fue iniciado y desarrollado por las izquierdas, no
por las derechas.
- El derecho de autodeterminación de los
distintos pueblos y naciones de España ha sido una exigencia constante de
las izquierdas catalanas y también, por cierto, de las españolas. Lean los
documentos del PSOE en la clandestinidad y lo verán. Que abandonaran este
compromiso en la Transición, debido a la presión del Monarca y del
Ejército, no quiere decir que no lo tuvieran históricamente. El PSOE nunca
ha explicado por qué renunció a este compromiso.
- Reivindicar el derecho de autodeterminación
no es, como constantemente se interpreta (con frecuencia maliciosamente),
equivalente a pedir la independencia. El derecho de autodeterminación es,
como su nombre indica, el derecho de determinar qué es lo que la población
desea y, en el caso catalán, su relación con el Estado español. Una
alternativa, pero no la única, es la secesión. Tampoco es equivalente el soberanismo
al independentismo. Ser soberano es tener la capacidad de decidir. Y el
poder de decidir implica tener el derecho a escoger. Un país puede ser
soberano y no ser independiente. En EEUU, el Estado de Texas tiene la
potestad de separarse de EEUU si así lo deseara, potestad que muchos
progresistas en EEUU desearían que realizara debido a su enorme
conservadurismo. Pero ha escogido continuar siendo un Estado en un Estado
Federal.
- El hecho de que las izquierdas
históricamente hayan pedido el derecho de autodeterminación es
consecuencia de la visión que históricamente las izquierdas catalanas (y
en algunos periodos históricos, las españolas) han tenido de que España es
plurinacional. Dicho derecho se refiere a este reconocimiento, proveyendo
los medios para que las naciones decidan si desean la unidad, de manera
que esta sea voluntaria y no forzada. El derecho de autodeterminación es
lo que ahora se llama el derecho a decidir, que debería ir mucho más allá
que la decisión sobre su identidad.
- La gran mayoría de izquierdas catalanas no
han sido secesionistas. Ni el gobierno Companys ni el gobierno Macià
pidieron la separación, sino el establecimiento de un Estado catalán
dentro de una federación. En realidad, el secesionismo ha sido minoritario
históricamente en Catalunya.
- Se está convirtiendo en mayoritario, sin
embargo, porque los hechos parecen demostrar que el Estado español está
controlado por una casta responsable del enorme retraso social de España,
incluyendo Catalunya, y que nunca aceptará la plurinacionalidad de España.
De ahí que al 20% de la población que siempre ha sido independentista, se
sume otro 20% (y continúa creciendo) que votaría SI / SI, es decir
independencia, debido al rechazo al Estado español.
- La casta española siempre se ha aliado con la
casta catalana para defender sus intereses económicos y financieros. La
enorme influencia de las fuerzas conservadoras sobre el Estado español
(tanto central como autonómico) es la mayor causa del enorme subdesarrollo
social, político y cultural de España (incluyendo Catalunya).
- La gran mayoría de aquellas personas que,
siendo de izquierdas, votarían SI / SI en una consulta no son
anti-España sino anti-Estado español, una diferencia esencial que nunca se
hace en el resto de España debido a la interpretación maliciosa y sesgada
que promueve el nacionalismo españolista, el único que no se presenta como
nacionalista.
- Los mártires cuya derrota se recuerda del 11
de septiembre (la fiesta nacional de Catalunya) no eran secesionistas. En
realidad querían una Catalunya en la que se respetaran sus derechos e
identidad, dentro de otra España, distinta a la borbónica (véase mi
artículo “El conflicto entre dos visiones de España”. Público, 03.09.14).
Así lo dijeron antes de ser brutalmente reprimidos y asesinados.
- Es lógico, por lo tanto, que el llamado
problema catalán no sea un problema catalán, sino español, creado por la
incapacidad de la estructura de poder de España de aceptar que hay otra
España posible, plurinacional.
- Todos los argumentos legales que se dan
(sobre si la Constitución española u otro documento permiten lo que se
plantea) carecen de relevancia, pues la relación de Catalunya con España
no es un tema legal, sino político. Si se desea se cambia la Constitución
con suma facilidad, como ocurrió recientemente.
- Esperar que el establishment político y
mediático basado en Madrid cambie, es pedirle peras al olmo. El cambio
vendrá –está ya ocurriendo- de las movilizaciones populares dentro y fuera
de Catalunya. Existe hoy un gran número de movimientos españoles, algunos
iniciados en Madrid, que aceptan el derecho a decidir y la
plurinacionalidad de España y que correctamente definen la lucha por la
diversidad nacional como paralela, cuando no idéntica, a la lucha por la
democracia y la justicia social.
- Hay, así, posibilidades de alianzas muy
importantes entre movimientos que comparten un rechazo de este Estado, tan
poco democrático, tan poco social, tan pobre, tan corrupto, tan poco
redistributivo y tan insensible a la plurinacionalidad.
- Una de las ovaciones más intensas que se
oyeron en la manifestación del 11 de septiembre en Barcelona fue cuando en
la sección de la “V” donde estaba el movimiento político social Procés
Constituent, en la mayor plaza de la “V” (Diagonal con esquina Paseo de
Gracia), fue cuando trabajadores de Madrid, de Andalucía y de Galicia
indicaron su apoyo al derecho a decidir, una demanda que hicieron suya,
indicando que el Estado español, responsable del enorme retraso social de
los distintos pueblos y naciones de España, era el mismo Estado que negaba
la riqueza y diversidad de España. Especialmente aplaudido fue el delegado
de Madrid. Era el representante y heredero de aquellas clases populares
que lucharon hasta el último día de la Guerra Civil en contra del fascismo
y a las cuales el Presidente Companys se dirigió diciendo “Madrileños,
Catalunya os ama”. En aquella plaza, abarrotada como nunca, se mostró que
aquellos catalanes también amaban al Madrid popular.
Fuente: www.nuevatribuna.es
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