La campaña de
comunicación desplegada por las administraciones incluye acusaciones a la
auxiliar de enfermería de mentir y ocultar sus síntomas y obvia que el
protocolo de la OMS no se cumplió. Rajoy trata de paliar el caos de
comunicación de Mato prometiendo información diaria.
ANA PARDO DE
VERA Madrid 08/10/2014 23:30 Actualizado: 09/10/2014 13:19
La ministra de Sanidad, Ana Mato, y el consejero de
Sanidad de la Comunidad de Madrid, Javier Rodríguez. EFE
"Al
final, la culpa va a ser de la enfermera". Este tuit u otros similares, que
inundaron la red el lunes durante la rueda de prensa de la ministra de Sanidad,
criticada incluso por sus compañeros de partido y Gobierno, dejó de ser
una exageración para convertirse en una realidad ayer. Las instituciones
desplegaron una estrategia basada en centrar el foco en la actuación de la
auxiliar de enfermería Teresa Romero y alejarlo de la precariedad del sistema
sanitario para hacer frente a crisis sanitarias como ésta, que es la
acusación que vienen haciendo sindicatos y profesionales sanitarios desde que
se conoció el contagio.
La
primera llamada la hicieron ayer las portadas de los diarios La Razón y
Abc, que abrían sus ediciones informando de que el contagio de ébola se
produjo al tocarse la cara Romero con uno de los guantes del traje EPI (equipo
de protección individual) con el que se protegió para tratar al misionero
Manuel García Viejo, que murió en España por el virus contraído en
África. A lo largo del día, la
información se fue confirmando desde el hospital Carlos III, ahora dependiente de La Paz, y por
la propia infectada, según el médico que la atiende. Pero la estrategia de las
administraciones conservadoras siguió su curso y alcanzó su punto álgido con
la comparecencia ayer por la tarde del consejero de Sanidad del Gobierno de
la Comunidad de Madrid.
Javier
Rodríguez, que había mantenido silencio desde el lunes, cargó
en la Asamblea de Madrid contra la enferma Romero con especial virulencia y la acusó de "mentir"
sobre su fiebre y de "ocultar" al médico de familia que había estado
en contacto con el religioso enfermo de ébola. Posteriormente, y ante la
repercusión de sus declaraciones, se vio obligado a matizarlas asegurando que quizás
tenía la fiebre más baja de lo esperado con ébola porque había tomado
paracetamol y achacando a un "accidente" la actuación de la
profesional sanitaria al quitarse el traje.
Sobre lo que
no se pronunciaron ni Rodríguez ni Ana Mato, que habló en el Congreso por la
mañana, es sobre el protocolo del Ministerio de Sanidad, a cuyas lagunas sí
sería imputable el accidente de Romero. Así, este protocolo obvia la
recomendación de la OMS de que, cuando un profesional se despoja del traje
EPI, debe ser "supervisado" por otro compañero entrenado, algo
que, según el Ministerio de Sanidad, no se hizo con Teresa Romero con todas las
garantías, es decir, puedo hacerse desde una esclusa.
La Moncloa toma el mando
Mientras el
Gobierno de la Comunidad de Madrid cargaba contra la auxiliar de enfermería,
desde Milán, donde acude a una cumbre europea de jefes de Estado y de Gobierno,
Mariano Rajoy escenificaba el giro de 180 grados que ha dado el plan de
comunicación del Ejecutivo. Después de entrevistarse en la tarde del martes
con Mato en La Moncloa, según informó ayer El Periódico de Cataluña, y de
guardar silencio desde el lunes, el presidente del Gobierno habló ayer hasta
tres veces sobre la crisis del ébola, una en el Congreso de los Diputados,
en respuesta al líder del PSOE, Pedro Sánchez, y otras dos veces en Milán, con
los periodistas. Sobre todo sus respuestas a la prensa son muy excepcionales en
un Rajoy que evita a los medios de comunicación constantemente.
El
presidente del Gobierno, en esta ocasión, aprovechó una conversación en los
pasillos y una rueda de prensa para garantizar que habrá "la máxima
información". "Si hay que dar una rueda de prensa todos los días
o un comunicado cuando no haya muchas novedades, se da", se ha
comprometido. Rajoy ha alardeado, asimismo, de que sus colegas europeos le
dijeron "que las cosas se están haciendo muy bien en España". Además,
el jefe del Ejecutivo, contrariamente
a lo que hizo por la mañana en la Cámara Baja , sí mostró su apoyo a la ministra de Sanidad: "Por
supuesto que apoyo la gestión de la ministra Mato porque, si no, no sería
ministra de Sanidad".
Fuente: www.publico,es
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