12/10/2014 - 20:55h
La
ministra de Sanidad, Ana Mato, junta a la vicepresidenta Soraya Sáenz de
Santamaría. / Efe
Créeme,
yo te comprendo y entiendo tu dilema con esta crisis del ébola que parecía nada
y mira en qué lío monumental ha derivado. Ya sé que estabas muy ocupado
arreglando el parón de la eurozona ahora que ya habías arreglado la crisis en
España. No tienes tiempo para estos asuntos tan engorrosos y algo prosaicos de
la política local. Explicarle a Angela Merkel qué debe hacer para evitar que
Alemania entre en recesión y vuelva a un crecimiento tan vigoroso como el
español supone una tarea absorbente. No te digo nada ilustrar a dos tipos tan
parados y grises como Hollande o a Matteo Renzi sobre cómo hacer reformas
estructurales con liderazgo y dejar el país niquelado.
También
comprendo las derivadas políticas del asunto del ébola. Sé que para ti Ana Mato
representa un ejemplo. La has mantenido en el Gobierno contra viento y confeti
como una señal para el propio Partido Popular. El líder no deja abandonado a
uno de los suyos cuando las cosas se tuercen y cambia el viento. Tú no eres
como Esperanza Aguirre, que ajusticia en la plaza a quien sea para salvarse
ella. Tú eres un hombre de partido y sabes cuidar de los tuyos. Además, está el
detalle no menor de que, si ahora la cesas a ella, el siguiente en la cadena de
mando eres tú y ya no queda nadie a quien entregar a los leones. También me
consta que a ti te gusta más dejar que se vayan abrasando solos, como
Gallardón, hasta que parezca que les haces un favor aceptándoles la dimisión.
Sé
también que estamos a meses de unas autonómicas y municipales y tú gobiernas
pensando sobre todo en los tuyos y en tus votantes. Aquellos que no te votamos
te resultamos bastante prescindibles y un poco irrelevantes. Lo que opinemos te
preocupa más bien poco. Entiendo que en ese escenario no conviene andar jugando
con las crisis de Gobierno, o decirle al presidente de la Comunidad de Madrid
que cese a su consejero de Sanidad por refundar la Santa Inquisición para
quemar en público a la enferma y a cualquiera que se atreva a cuestionar lo
bien que se ha hecho todo. Él es médico y tiene la vida resuelta, no tiene por
qué aguantar estas tonterías. A ver si os enteráis.
Yo
comprendo todo eso y más, estimado presidente. La política es complicada y
tiene sus tiempos, pero a veces hay cosas que no queda más remedio que hacer;
incluso en política. No se puede premiar la lealtad y la incompetencia a la
vez. Sienta malos ejemplos y se acaba pagando tarde o temprano. Hay que elegir.
La crisis del ébola se ha gestionado tan mal que deberías hacer algo, aparte de
pasarle el marrón a Soraya Sáenz de Santamaría, la vicepresidenta Maravilla.
Ana Mato ha acreditado una falta de preparación tan apabullante para ser
ministra y el consejero de sanidad de Madrid, Javier Rodríguez, una falta de
humanidad tan estremecedora que cabe la posibilidad de que incluso muchos de
tus votantes crean firmemente que se lo han ganado a pulso. Alguien tiene que
asumir alguna responsabilidad por algo alguna vez y ser del PP ya no es un
eximente universal. Si no lo haces por los que no te votamos, hazlo al menos
por aquellos que sí te votaron para que estas cosas no pasasen.
Fuente:
www.eldiario.es
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