Repercusiones
del 'caso nóos
Con estas palabras, un alto cargo de la
Casa del Rey informó a la duquesa de Palma de que no participaría más en actos
oficiales
Urdangarin se molestó y acusó al equipo del
Monarca de condenarle antes de que la justicia se pronunciara
La infanta
Cristina e Iñaki Urdangarin salen del hospital Quirón San José tras visitar al
rey Juan Carlos, en noviembre del 2012.
EUROPA
PRESS / Madrid
Domingo, 22
de junio del 2014 - 15.35 h
"Lo
siento Alteza, pero no cuento con usted". Con estas palabras un alto
cargo de la Casa del Rey comunicó a la infanta Cristina que no la
llamarían más para participar en actos oficiales de la familia real,
como consecuencia de la investigación que el juez José Castro había
abierto en torno a los negocios presuntamente irregulares de su marido, Iñaki
Urdangarin, duque de Palma. Con esta decisión los responsables de Zarzuela
intentaban establecer un cortafuegos y evitar el desgaste que la instrucción
del 'caso Nóos' estaba provocando a la institución.
La hija
menor de Juan Carlos no lo encajó mal. Al contrario, entendió esa decisión,
según han asegurado fuentes de la Zarzuela. No fue tan comprensivo Urdangarin,
que no se explicaba cómo la Casa del Rey le daba la espalda cuando en diciembre
del 2011 el jefe de la Casa, Rafael Spottorno, anunció a los medios de
comunicación que el duque de Palma quedaba apartado de la agenda oficial por su
comportamiento "no ejemplar". Urdangarin llamó a la Zarzuela
para quejarse de que con esas manifestaciones sobre su conducta le estaban condenando
de antemano.
"¿Y
qué pasa con la infanta Cristina?", preguntaron enonces los periodistas.
"Ya veremos", les contestó Spottorno. Lo cierto es que desde ese
mismo momento la duquesa de Palma también quedó fuera de los actos de
representación de la familia real, por los que llegó a cobrar algún año hasta
72.000 euros de la partida que los Presupuestos Generales del Estado reservan
cada año para el mantenimiento de la familia y Casa del Rey.
Nucleo central de la familia real
Los casi
tres años que lleva abierto el sumario del 'caso Nóos' han sido dolorosos en el
Palacio de la Zarzuela. Al fin y al cabo, afectan a la hija y hermana de Juan
Carlos I y Felipe VI, al tiempo que han supuesto un enorme desgaste
en el prestigio de la Corona. El 'caso Nóos' vino a demostrar lo que
desde hace años pensaban en la institución: la inconveniencia de que un miembro
de la familia real cobrase de los presupuestos del Estado una cantidad que, por
no equivaler a un sueldo, compaginaba con otras actividades remuneradas en la
empresa privada.
En la
Zarzuela querían diferenciar entre el núcleo central de la familia (Juan
Carlos, Sofía, los entonces Príncipes de Asturias y sus hijas), los únicos que
vivían exclusivamente del presupuesto del Estado, de las infantas Elena y
Cristina que, aún siendo miembros de la familia real, deberían, poco a poco,
acabar desempeñando el papel que realizan las hermanas del rey Juan Carlos, las
infantas Pilar y Margarita.
Un alto
cargo de Zarzuela reveló esta estrategia en diciembre del 2011, en pleno
estallido del 'caso Nóos'. La noticia fue bien recibida entre la opinión
pública pero cayó como un jarro de agua fría en el domicilio en Washington de
los duques de Palma. Un día después de que toda la prensa llevara en sus
portadas que la Zarzuela estudiaba limitar la familia real a los entonces
Reyes, Príncipes y sus hijas, la Casa del Rey rectificó y destituyó al jefe de
prensa, Ramón Iribarren, que fue relevado por Javier Ayuso.
Presión de la opinión pública
Pero la
presión de la opinión pública sobre la Zarzuela, pidiendo una reacción ante el
escándalo de los negocios de Urdangarin no hacía más que crecer. Unos días
después se produjo el famoso encuentro de Spottorno con los medios en los que
reconoció que el comportamiento de Urdangarin, que según el juez Castro se valió
de su condición de yerno del Rey para obtener jugosos contratos con las
administraciones balear y valenciana, había sido "poco ejemplar".
Spottorno,
que desde septiembre del 2011 dirige la Casa del Rey y que será relevado esta
semana por el abogado del Estado Jaime Alfonsín, ha tenido que hacer en
numerosas ocasiones de poli malo. Así por ejemplo, le llovieron las críticas
cuando la Zarzuela decidió situar por vez primera a la infanta Elena fuera de
la tribuna presidencial, donde se sitúa la familia real, en el desfile militar
del 12 de octubre del 2012.
Con el fin
de mostrar que el núcleo central de la familia real lo componían solo los Reyes
y los Príncipes, sentaron a Elena a lado del jefe de la oposición, Alfredo
Pérez Rubalcaba, lo que soliviantó a los 'elenistas', el grupo de seguidores
que tiene la primogénita de Juan Carlos y Sofía. Con la llegada al trono de
Felipe VI, la infanta Elena ha dejado de ser miembro de la familia real, aunque
en el entorno de la Zarzuela se contempla la posibilidad de que su hermano
pueda encomendarle alguna tarea puntual y se apoye en ella en ciertos actos.
Marcar distancias
Los gestos
que tuvo que hacer la Zarzuela para marcar distancias con los duques de
Palma no se limitaron a apartarlos de la agenda oficial. En noviembre del 2012
la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin visitaron al Rey en el hospital.
Su presencia junto al resto de la familia real confundió a la opinión pública y
la Zarzuela se apresuró a dejar claro que fue una decisión estrictamente de la
duquesa, que se lo había comunicado previamente a su padre sin contar con
nadie más.
Unas
semanas después la Casa del Rey eliminó el perfil de Urdangarin de su
página web, en un intento de volver a marcar distancias. Y hasta ahí los
gestos, porque cuando el juez José Castro citó a declarar como imputada a la
infanta en abril del 2013, la Zarzuela, lejos de desvincularse, manifestó su
"sorpresa" por la decisión. El propio rey Juan Carlos intervino en la
elección del abogado de la infanta, el exlíder de CDC y ponente de la
Constitución Miquel Roca, amigo personal del Monarca desde los tiempos
de la Transición.
Ahora, a
pocos días de que el juez Castro cierre la instrucción del caso 'Nóos' y decida
a qué imputados se debe procesar, la sucesión en la Corona ha conseguido
alejar aún más a la infanta Cristina de la Zarzuela, pues como hermana de
Felipe VI ya no es miembro de la familia real. Su perfil ha desaparecido de
la web y ni siquiera estuvo presente en el acto de firma de la abdicación de su
padre ni en la proclamación de su hermano.
Fuente: http://www.elperiodico.com/
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