Aunque el movimiento LGTB nace al
calor de las reivindicaciones feministas, varias expertas señalan que mientras
la situación de los homosexuales mejora, las mujeres siguen perdiendo
libertades.
ANNA FLOTATS
Madrid 27/06/2014 18:20 Actualizado: 28/06/2014 12:39
Celebración del día del orgullo gay en Madrid en una
foto de archivo- EFE
El 28 de
junio de 1969, un grupo de lesbianas, gays, bisexuales y transexuales se
enfrentaron en Nueva York a varios agentes de policía que reprimían
sistemáticamente al colectivo LGTB. Los disturbios, que empezaron en el pub
Stonewall Inn de Greenwich Village, fueron el catalizador del movimiento
moderno en defensa de los derechos de los gays en Estados Unidos y sirvieron
para poner fecha, desde entonces y hasta hoy, al llamado Día del Orgullo Gay.
En Estados
Unidos las feministas negras lesbianas fueron las primeras que plantearon a las
feministas blancas que no estaban presentes en sus asociaciones. De ahí que las
reivindicaciones LGTB estuvieran, al menos en Norteamérica, muy vinculadas con
el feminismo. En España pasó algo parecido. "A diferencia de lo que
sucedió en Europa o en Latinoamérica, en nuestro país las lesbianas nunca hemos
sido tratadas como las otras", cuenta Empar Pineda,
cofundadora del colectivo de feministas lesbianas de Madrid, quien remarca que
la política sexual del movimiento feminista siempre fue la diversidad sexual,
entendiendo el lesbianismo como "una opción sexual tan legítima como la
opción heterosexual".
Desde sus
inicios, el movimiento feminista ha hecho suyas las reivindicaciones del
colectivo LGTB: por un lado, luchando contra la ley franquista de peligrosidad
social que perseguía a los homosexuales y, por otro, incorporando a colectivos
de lesbianas en sus organizaciones. En ese contexto, el activista LGTB Shangay
Lily recuerda cómo "el sistema" difundió el tópico de que una
mujer feminista era lesbiana para "desactivar el movimiento y enfrentar a
los grupos que convivían dentro de él". Finalmente, un gran número de
lesbianas se desvinculó del colectivo feminista para unir sus fuerzas con compañeros
homosexuales. Es por ello, continúa el blogero de Público, que en la opresión contra los gays
hay un "claro componente de género": "La homofobia sale del
machismo porque para que haya homofobia, antes ha tenido que haber
machismo", concluye.
Lidia
Falcón: "Ser feminista es una opción política. Ser gay, no"
Aunque es
cierto que ambos movimientos han ido siempre de la mano porque los derechos
LGTB surgen de los cuestionamientos que hace el movimiento feminista sobre la
sociedad patriarcal, algunas expertas señalan que actualmente, las únicas
reivindicaciones del movimiento feminista que se han logrado al 100% están
relacionadas con el colectivo LGTB: el matrimonio gay y la aceptación de la
homosexualidad. "El resto de luchas feministas, como la despenalización
del aborto, el acceso universal a los anticonceptivos o la igualdad salarial
han caído en saco roto", cuenta Pineda, actualmente vicepresidenta de la Fundación 26 de diciembre que, entre otros proyectos, trabaja
para construir una residencia para ancianos LGTB.
En esta
tesis coincide también la expresidenta de la Federación Estatal de Lesbianas,
Gais, Transexuales y Bisexuales (FELGTB), Beatriz Gimeno, que aunque
reconoce que los enemigos del feminismo y la homofobia son los mismos, destaca
que los derechos de los homosexuales avanzan, mientras que los de las mujeres
están retrocediendo. "Por ejemplo, en Costa Rica, el mismo día en que se
aprobó la despenalización de la homosexualidad, se prohibió también el aborto.
Y en España vamos por el mismo camino", denuncia.
Privilegios masculinos
Aunque la
mayoría de gays activistas entienden que su lucha y la de las feministas es la
misma, Gimeno advierte: "Los homosexuales son hombres y, a veces, no
quieren renunciar a sus privilegios". Esta es la sensación, también, de Lidia
Falcón. La fundadora del Partido Feminista de España recuerda que el
movimiento siempre fue solidario con la lucha por los derechos LGTB, pero
lamenta que esa solidaridad no haya sido recíproca: "Los homosexuales no
están en las manifestaciones contra la violencia de género, no están en la lucha
por la igualdad salarial o por la despenalización del aborto. Por lo general,
los hombres son machistas y nos desprecian. Si los gays ni siquiera nos desean,
¿para qué nos necesitan?", se pregunta Falcón.
La escritora
y abogada echa en cara al colectivo LGTB que se manifeste de "manera
egoísta". "Su principal reivindicación en el siglo XX ha sido poder
casarse y eso me parece un paso atrás porque nosotras lo que queremos es acabar
con el matrimonio", aclara. "Mientras ellos luchaban por la
normalidad burguesa, nosotras lo hacíamos por la revolución feminista: por
la libertad para amar (sin necesidad de registros civiles), para reproducirnos
(con la despenalización del aborto y el acceso libre a anticonceptivos) y para
morir (con el derecho a la eutanasia)". Lidia Falcón entiende que la
separación entre ambos colectivos se debe a que "ser feminista es una
opción política y ser gay, no".
Fuente: www.publico.es
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