Las elecciones europeas y sus repercusiones han puesto de manifiesto la
rápida descomposición del régimen del 78. En aquel momento las élites
económicas lograron construir una serie de consensos sociales y políticos en
torno a la estructura de poder económico, político y cultural que derrotó y
asimiló a muchos de los que apostaron por la ruptura democrática. Consensos que
hoy ya no tienen la capacidad ni de mantener ni de recomponer porque no estamos
en una época de cambios, sino en un cambio de época, en la que desde las élites
económicas se determina para España un proceso de empobrecimiento y camino
hacia el subdesarrollo, que conduce en definitiva, a la eliminación de las
conquistas históricas del movimiento obrero y a la eliminación de los espacios
democráticos conquistados.
Desde IU, un sector no ha sido capaz de adaptarse al momento
histórico. Desde el inicio de la crisis hemos desarrollado una apuesta política
que era más lenta que las transformaciones que imponía el ritmo del capitalismo
actual. De ahí que no entendiesen lo que supuso el 15-M y no le diésemos
importancia, entre otras cosas, a algo clave: las nuevas formas de organización
de lo popular propias de sociedades neoliberales que han llegado a un fin de
ciclo histórico, la participación de las masas en política en torno a un
lenguaje de época mientras nosotros seguíamos con nuestro modo organizativo y
relato discursivo propio de sociedades fordistas.
Las elecciones europeas han puesto al descubierto la crisis de régimen,
pero también que IU necesita unidad para el cambio. La refundación fue un
proceso inconcluso por las resistencias de una parte sustancial de la dirección
federal, y el proceso de construcción de Bloque Político y Social no se
desarrolla por error de posición política. No es posible desarrollarlo si
hacemos candidaturas sin implicar a las bases, si el perfil de las candidaturas
no representa a los nuevos sujetos sociales y políticos que determinan en gran
medida la agenda política y social contra el saqueo del país, si nuestro
discurso anti Troika y anti bipartidismo no es, en sus fundamentos políticos,
coherente, si entre el eje ruptura democrática y el esquema de las élites
“derecha-izquierda” apostamos en ocasiones por el segundo, generando una contradicción
evidente entre teoría y práctica y tampoco es posible desarrollarlo, sin un
relato de país que construya un agregador colectivo de unidad popular como nexo
de unión entre los pueblos frente al saqueo.
La mala lectura que hizo un sector de IU del surgimiento de Podemos es
una conclusión más de todo esto. Nosotros/as queremos cambiar el país, apostar
por la ruptura democrática y un proceso constituyente, y si no somos parte del
proceso lo harán otros sujetos político-sociales. No podemos seguir haciendo
procesos en clave interna, preocupados por la correlación de fuerzas que
determina la dirección política, que no entienden o no quieren entender el
momento histórico y lo aprobado en la Asamblea Federal del año 2012. El momento
es de urgencia existencial a la vez que tenemos determinación y energía para lo
fundamental: ser pueblo y ser útiles a nuestro pueblo como actor de
transformación social, pero esto implica que no es posible volver a hacer
cambios cosméticos y de cara para mantener la posición política (aún siendo
esencial la necesidad de que las caras sean coherentes con el momento histórico
y no cometer el error de la Transición, es decir, que los protagonistas
provengan del ciclo político anterior). Implicar al conjunto de organización,
construir relatos discursivos de época, adecuar las estructuras organizativas,
etc. en una Asamblea Federal para a su vez construir una posición política
colectiva y unitaria, cuya base sea la ruptura democrática con una dirección
que aplique los documentos aprobados es el camino. Si los que nos llevaron a la
crisis económica no nos van a sacar de ella, los que han puesto en crisis la
centralidad política de IU como organización nucleadora de la unidad popular
tampoco podrán hacerlo.
No podemos dar otro paso en la dirección incorrecta, y no lo vamos a
hacer. Una redirección desde arriba implicaría volver a cometer otro error
grave y sumirnos en la crisis. Por el contrario necesitamos el esfuerzo e
implicación colectiva de abajo a arriba para ganar el futuro y cambiar el país,
y es lo que vamos a hacer.
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Pedro de Palacio, Coordinador Provincial IU Burgos
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Isabel Ruíz Crespo, Coordinadora de Áreas de IU Cantabria, Ejecutiva Federal
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Pino Sánchez Bogatell, responsable electoral y convergencia de IU Canarias
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Jorge Crespo del Rio, Coordinador de IU Cantabria
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Laura Domínguez, Coordinadora local de IU Burgos, Ejecutiva Federal
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