Una
carta abierta firmada por más de 815 científicos de 82 nacionalidades está
dando la vuelta al mundo. El texto comprueba, mediante evidencias científicas,
los perjuicios causados por los organismos genéticamente modificados (OGM) a la
biodiversidad, a la seguridad alimentaria y a la salud humana y animal.
Internacional
| Adital | 27-06-2014 |
Basados en
el principio de precaución, los científicos piden la prohibición de cualquier
tipo de patente de forma de vida y procesos vivos, alertando sobre la necesidad
de suspensión inmediata de venta y cultivo de transgénicos en todo el mundo.
Los
científicos piden la suspensión de las licencias ambientales para cultivos de
transgénicos durante por lo menos cinco años para la realización de
investigaciones públicas exhaustivas, con la justificación de que las patentes
de formas de vida y procesos vivos "amenazan la seguridad alimentaria,
promueven la biopiratería de los conocimientos indígenas y de los recursos
genéticos, violan los derechos humanos básicos y la dignidad, el compromiso de
la salud, impiden la investigación médica y científica y son perjudiciales para
el bienestar de los animales”.
Al contrario
de lo que se viene propagando, el cultivo de transgénicos no trae ningún
beneficio a los agricultores y consumidores. Todo lo contrario, los cultivos
transgénicos exigen el uso de mayor cantidad de herbicidas y proporcionan menos
rendimientos económicos a los agricultores. Una estadística basada en 8.200
testeos de campo del cultivo transgénico más popular -la soja- mostró que la
soja transgénica rinde 6,7% menos y requiere de dos a cinco veces más de
herbicidas que las variedades no modificadas genéticamente, señalan en la
carta.
Otra grave
consecuencia del cultivo de transgénicos tiene que ver con el potencial de
transferencia horizontal de genes, que incluye la difusión de genes marcadores
de resistencia a antibióticos, al punto de convertir en incurables algunas
enfermedades infecciosas y promover la creación de nuevos virus y bacterias
causantes de enfermedades y mutaciones. Por esto, las actuales técnicas que
explotan procesos vivos no son consideradas confiables, sino
"incontrolables e imprevisibles”.
La carta
revela también que memorandos secretos de la Administración de Alimentos y
Medicamentos de Estados Unidos dejan en claro que fueron ignoradas las
advertencias de sus propios científicos de que la ingeniería genética es un
nuevo punto de partida e introduce nuevos riesgos. Además, el primer cultivo
transgénico liberado para su comercialización –el tomate Flavr Savr– no pasó
los testeos toxicológicos.
El ADN
transgénico no es transmitido sólo por la ingestión del alimento genéticamente
modificado. Hay evidencias de que esa transmisión puede ocurrir sólo por el
contacto con la polvadera y el polen de las plantas transmitidas por el aire
durante el trabajo agrícola y el procesamiento de alimentos, ocasionando serios
riesgos a aquellos que manipulan los alimentos genéticamente modificados.
Además de
los perjuicios directos para la salud, el cultivo de transgénicos ampliaría las
desigualdades sociales e impediría la expansión de una agricultura sustentable
y garantizadora de la seguridad alimentaria. Por otro lado, los científicos
recuerdan que ya fueron comprobados en estudios la productividad y los
beneficios sociales y ambientales de la agricultura ecológica y familiar, de
bajos insumos y completamente sustentable. Este modelo contribuye más a la
ampliación del desarrollo económico, a la conservación de la biodiversidad y es
señalado como la mejor forma posible de combatir el hambre y la pobreza.
Traducción:
Daniel Barrantes - barrantes.daniel@gmail.com
Fuente: www.tercerainformación.com
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