Algunos hitos destacados de una vida "real"
Por Julio
Andrés Capey - Canarias-semanal.org
Martes, 24 de junio de 2014
50 verdades sobre el rey de España Juan Carlos I de Borbón y Borbón. Con este
enunciado, el profesor francés Salim Lamrani expone la vida
del monarca español, compilando los hitos más destacados de su vida “real”. En
el resumen se encuentran los muy conocidos y convenientemente “atendidos” o los
interesadamente borrados de las pulcras y complacientes biografías oficiales.
No es la vida de un Rey Borbón
cualquiera, que después de “38 años de reinado, Juan Carlos I de Borbón decidió
abdicar el 2 de junio de 2014 a los 76 años de edad y ceder el trono de España
a su hijo Felipe, Príncipe de Asturias”, apunta Lamrani, para
iniciar su numerado recorrido.
Los primeros hitos de la semblanza se
conocen: Padres, lugar de nacimiento, abuelos, hermanos, niñez.
Para el cuarto hito se
comienza a referir a detalles menos recordados. “El general Francisco
Franco, que gobierna con mano de hierro desde 1939, se interesa muy pronto por
Juan Carlos. El 25 de agosto de 1948, el dictador y el conde de Barcelona
–quien había apoyado a los fascistas durante la Guerra Civil – se reúnen
secretamente en el golfo de Vizcaya y deciden juntos que Juan Carlos se
instalaría en España para recibir una educación franquista. El objetivo del
Generalísimo es reinstalar a largo plazo la Casa de Borbón en el trono. El 8 de
noviembre de 1948, el joven príncipe viaja por primera vez a la Península
Ibérica y vive un año allí”.
Para el punto 7, un hecho muy bien guardado y que pareciera el preludio de su
“inviolabilidad”. “El 29 de marzo de 1956, Alfonso, hermano menor de
Juan Carlos, de 14 años, pierde la vida al recibir una bala de revolver en la
cabeza, en la residencia familiar de Estoril. La declaración oficial de la
familia real relata que el joven Alfonso se mató accidentalmente al manipular
el arma. En realidad, el responsable del accidente es Juan Carlos. No se
realiza ninguna investigación y Alfonso es enterrado al día siguiente. Franco
interviene entonces personalmente y pide a su hermano Nicolás Franco, embajador
de España en Lisboa, que redacte un falso comunicado sobre el drama para
proteger a Juan Carlos. Don Jaime, hermano de don Juan y tío del joven Alfonso,
es el único en exigir una investigación, en vano: “Exijo que se proceda a esta
encuesta judicial porque es mi deber de jefe de la Casa de Borbón y porque no
puedo aceptar que aspire al trono de España quien no ha sabido asumir sus
responsabilidades”. En octubre de 1992, Juan Carlos, entonces rey de España
desde hace 17 años, accedería a la petición de su padre y repatriaría los
restos de su hermano al panteón real“.
Las cartas de Coronel Amadeo Martínez Inglés exigiendo una
investigación al respecto, también han sido en vano hasta el día de hoy.
Existen evidencias que ponen en duda la versión del accidente.
Hasta el punto 10 son hechos conocidos. Aquí, escribe el profesor, “Varios
miembros del Opus Dei rodean y asesoran entonces a Juan Carlos”
Para enero de 1966, apunta Salim Lamrani, “Juan Carlos hace una declaración a
la revista estadounidense Times y jura fidelidad a su padre:
“Nunca aceptaré la corona mientras mi padre siga vivo” Ese mismo año, tres
meses después, “el 5 de marzo de 1966, con ocasión de la conmemoración del 25
aniversario de la muerte de Alfonso XIII, siguiendo los consejos de Franco,
Juan Carlos se niega a participar en la reunión del Consejo Privado del conde
de Barcelona en Estoril, destinada a reafirmar los derechos dinásticos de Juan
de Borbón. Juan Carlos elige romper la unidad dinástica para acceder al poder.
Tres años después, en 1969, la historia del
profesor francés destaca varios hechos relevantes.
El primero de ellos: “Franco decide
nombrar oficialmente a Juan Carlos como su sucesor basándose en la Ley de
Sucesión de la Jefatura del Estado de 1947. Rompe así las reglas dinásticas que
estipulan que Juan de Borbón y Battenberg, legítimo heredero del rey Alfonso
XIII, debe ocupar el trono “
El segundo: La respuesta de su padre al saberlo. Es hecho testimoniado por el
redactor del borrador de la carta de Don Juan, Antonio Garcia Trevijano.
De ella apuntó Lamrani, “¿Qué Monarquía salvas? ¿Una Monarquía contra tu
padre? No has salvado nada. ¿Quieres salvar una Monarquía franquista?... Ni
estoy de acuerdo, ni daré mi acuerdo nunca, ni aceptaré jamás que tú puedas ser
rey de España sin el consentimiento de la Monarquía, sin pasar a través de la
dinastía”. Decide entonces quitarle el título de “Príncipe de Asturias”.
Tercero: Respuesta del Generalísimo Franco. “otorgarle el título de “Príncipe
de España” –jamás usado antes– a Juan Carlos”.
Cuarto: “El sucesor designado presta juramento en julio de 1969 y jura
fidelidad al franquismo, a los principios del Movimiento Nacional (el partido
creado por el Generalísimo) y a las Leyes Fundamentales (impuestas por el
dictador durante su reinado en sustitución de la Constitución)”
Quinto: Juan Carlos alaba al caudillo de España. “El general Franco es
verdaderamente una figura decisiva, histórica y políticamente, para España.
Supo resolver nuestra crisis de 1936. Desempeñó un papel político para sacarnos
de la Segunda Guerra Mundial. En los últimos treinta años, ha echado las bases
del desarrollo [del país]. Para mí, es un ejemplo vivo, por su dedicación
patriótica diaria al servicio de España. Le tengo un gran afecto y una gran
admiración”.
De los hechos destacados ese año,
anota el destacado historiador, no se hace ninguna mención de sus cargos
políticos antes del 22 de noviembre de 1975 en la biografía oficial de la Casa
Real. “Se omite cuidadosamente recordar los estrechos lazos entre Franco y Juan
Carlos”
Para la década del 70, cercana ya la muerte del
dictador, se destacan algunos episodios de interés, de los cuales, jamás se
habla: Las relaciones con Los Estados Unidos de América. El profesor francés de
origen argelino recuerda estos:
“En enero de 1971, Juan Carlos viaja a Estados Unidos a
invitación del presidente Richard Nixon para estrechar los lazos con
Washington, que brinda su apoyo al régimen franquista desde los años 1950”.
“Franco gravemente enfermo, Juan Carlos es designado por primera
vez Jefe del Estado interino entre el 19 de julio y el 2 de septiembre de 1974.
El 18 de julio de 1974, incluso sustituye al generalísimo en la celebración del
aniversario de la sublevación de 1936 contra la República española”.
“El 20 de julio de 1974, Juan Carlos
realiza su primer acto oficial y firma una declaración conjunta con Estados
Unidos para prorrogar el Tratado de Ayuda Mutua entre ambos países”.
Tras la muerte de su mentor,
jura los principios de Movimiento nacional: “Juro por Dios y los Santos Evangelios cumplir y
hacer cumplir las leyes fundamentales del Reino y guardar lealtad a los
principios del Movimiento Nacional”. Y rinde tributo al
desaparecido dictador: “Una figura excepcional entra en la historia. El
nombre de Francisco Franco será ya un jalón del acontecer español y un hito al
que será imposible dejar de referirse para entender la clave de nuestra vida
política contemporánea. Con respeto y gratitud quiero recordar la figura de
quien durante tantos años asumió la pesada responsabilidad de conducir la
gobernación del Estado”
Este no sería el último elogio. En la Navidad de 1975 expresa: “El año
que finaliza nos ha dejado un sello de tristeza que ha tenido como centro la
enfermedad y la pérdida del que fue durante tantos años nuestro Generalísimo”.
En 1977 en otro acto de traición a su progenitor. “Juan Carlos obliga a su
padre, conde de Barcelona y legítimo heredero del trono, a renunciar a sus
derechos dinásticos para asentar su poder y legitimar su cargo que ocupa por la
voluntad del hombre que desató la Guerra Civil entre 1936 y 1939”.
En los acontecimientos más contemporáneos, que
recoge Salim Lamrani, el ocultamiento no ha sido tan efectivo a pesar de la
censura, pero se pueden destacar algunos.
Su fortuna, por ejemplo, de la que no se
conoce la procedencia. El New York Times estimó la fortuna personal del
rey de España en cerca de 2.000 millones de euros.
En el punto 36 de la compilación, se resume la intentona golpista visibilizada
en Antonio Tejero el 23 de febrero de 1981 en la que se dice por el profesor,
que el Rey refuerza su imagen, recibiendo el mérito dudoso de ser el salvador
de la democracia. A eso se debe añadir, la evidencia de estudios y testimonios
de personas muy cercanas al Rey, el mencionado Amadeo Martínez Inglés y Sabino
Fernández Campo respectivamente. La relación de monarca con el golpe no era
ajena
Dos hechos curiosos. “En 1981, Juan Carlos se reúne con el presidente
estadounidense Ronald Reagan y decide integrar a España a la OTAN en 1982. Ese
mismo año, el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) accede al poder y el
nuevo presidente del Gobierno, Felipe González, mantiene excelentes relaciones
con la Corona”
Otro momento que no omite Lamrani y
del que sería pueril dejar fuera al jefe de Estado, de lo contrario ¿para qué
sirve?, son los GAL.
“Entre 1983 y 1987, bajo el Gobierno de
Felipe González, los Grupos Antiterroristas de Liberación (GAL), escuadrones de
la muerte creados por el Estado español para luchar contra los independentistas
vascos, asesinan a 27 personas, la mayoría opositores políticos. Oficialmente,
Juan Carlos I ignoraba todo de esta política de terrorismo de Estado. Esta
versión es poco creíble. En efecto, el rey tenía la fama de mantenerse
minuciosamente informado sobre la situación del país y recibía informes
diarios”.
El resto de puntualizaciones que muestra el destacado profesor se hacen para un
púbico no español, motivo por el que no los incluimos en nuestra reseña.
De modo que cuando se ven juntos tantos actos que desacreditan la figura de
este estrambótico personaje, se puede comprender la eficacia de todo el aparato
de protección mediático con que ha contado. La monarquía se tambalea, pero solo
caerá cuando caiga el muro de silencio que la sostiene complementariamente.
Fuente: http://canarias-semanal.org/
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