El presidente del Gobierno vuelve a dar la espalda
al caso Bárcenas en el discurso de inauguración del curso político
Asegura que el camino de la recuperación
"está en marcha" y que en 12 meses anunciará la postergada bajada de
impuestos
31/08/2013 - 14:16h
Mariano Rajoy, junto a Alberto Núñez Feijóo en el acto
de inicio del curso político que se ha celebrado en la localidad gallega de
Soutomaior
El arranque del curso político de Mariano Rajoy ha tenido el mismo lema que
las medallas que se intercambian algunos enamorados el día de San Valentín:
"Más que ayer y menos que mañana". El presidente del Gobierno, en su
tradicional discurso desde el castillo de Soutomaior (Pontevedra), ha asegurado
que la situación del país es "mejor que hace un año" y que en el
próximo "las cosas estarán aún mucho mejor" de lo que lo están hoy.
La prueba irrefutable es que dentro de 12 meses volverá al mismo lugar para
anunciar la prometida bajada de impuestos que no está previsto que se ponga en
práctica hasta un año más tarde, en 2015.
Sin ninguna alusión directa al principal problema interno del partido, Luis
Bárcenas y la financiación ilegal del PP, más allá de que "nada ni nadie
nos va a distraer", el jefe del Ejecutivo ha dedicado todas sus esfuerzos
a trasladar la idea de que él hace los deberes y que ya hay signos económicos
que lo prueban. La reducción del déficit, la contención de la prima de riesgo,
la balanza comercial y la mayor caída del paro son los signos que le han
permitido decir: "Ya hay resultados. En sólo 12 meses. No tenemos las
manos vacías". Además, ha repetido hasta la saciedad que ya "nadie
habla del rescate ni del peligro del euro ni de la crisis del proyecto
europeo".
Todo el discurso ha estado salpicado de frases y expresiones para
transmitir la imagen de que es un hombre de palabra que sabe lo que hace para
sacar a España de la crisis. "Nada ni nadie nos va a distraer del
objetivo", "no voy a cambiar el rumbo fijado", "ha sido
duro pero cumplo con mi deber" han sido algunas de ellas. Ni una palabra
sobre los cambios de opinión o sobre las promesas incumplidas en cuanto a
recortes o subidas de impuestos. El presidente ha intentado hacer equilibrios
para presumir de la menor destrucción de empleo, pero sin caer demasiado en la
autocomplacencia. "Es la mayor caída de paro desde que empezó la crisis
aunque es verdad que falta muchísimo", ha admitido.
La oposición que lidera Alfredo Pérez Rubalcaba se ha llevado los ataques
habituales. La inevitable referencia a la herencia recibida ha llegado a los
pocos minutos de empezar a hablar, cuando ha proclamado que el gran objetivo
que se marcó al empezar a gobernar fue "superar la situación en la que nos
dejaron los socialistas". Después de destacar sus logros, una nueva
invectiva: "La oposición no ha colaborado en nada". Da igual, ha
venido a decir, porque para eso tiene una mayoría absoluta que le permite
gobernar sin tener que negociar.
Rajoy también ha
querido destacar que se siente "muy orgulloso de todos los miembros del
Gobierno" como respuesta a los rumores que apuntan a una remodelación del
gabinete. Su número dos, Soraya Sáenz de Santamaría, también la descartó
durante la rueda de prensa del último Consejo de Ministros al afirmar que el
Gobierno "no está en eso sino en aprobar leyes".
Fuente: http://www.eldiario.es/
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