¿Cuánto valen los informes que defienden la
inocuidad de la actividad petrolera?
Miércoles, 31 de julio
de 2013
Por
Eugenio Fernández - Canarias-semanal.org
Las prospecciones que Repsol tiene
previsto realizar en las costas canarias "no afectarán a especies
protegidas, ni arrecifes, ni destruirán ningún patrimonio arqueológico".
Esta es, al menos, la conclusión de un estudio pagado por la propia
multinacional y difundido este mismo martes a través de los medios de
comunicación.
Según este informe, la zona en que se efectuará la actividad petrolera tendría una escasa fauna y ninguna especia sujeta a un régimen de protección comunitario, estatal o autonómico. Entre los animales que los técnicos contratados por Repsol dicen haber detectado se destaca principalmente a "poliquetos (gusanos segmentados), crustáceos y, en menor medida, sipuncúlidos [gusanos cacahuete] y bivalvos, (moluscos de doble concha)". El estudio se refiere, asimismo, a la existencia de alguna fauna de mayor tamaño, como "un tiburón quelvacho, tres ejemplares de merluza canaria, un cangrejo ermitaño, dos corales aislados de menos de 20 centímetros cada uno y diversas esponjas, pero en unos niveles de densidad mínima".
¿UN ESTUDIO IMPARCIAL?
Del informe publicado por la transnacional se podría inferir, pues, que las prevenciones y el rechazo que su proyecto extractivo ha generado en el Archipiélago estarían injustificados en lo que se refiere a su impacto medioambiental. Dicho estudio, sin embargo, no refuta los datos aportados por numerosos organismos independientes y científicos que han venido alertando sobre los peligros y secuelas inherentes a la explotación de hidrocarburos en las Islas. El pasado mes de febrero, la organización internacional de protección de los océanos Oceana volvía a advertir que los lugares autorizados para las prospecciones de Repsol se encuentran junto a zonas protegidas y a algunas de las áreas de mayor valor ecológico del Archipiélago. "De llevarse a cabo las prospecciones -aseguraba entonces esa organización - estas zonas sufrirían graves daños por el aumento de tráfico marítimo y la llegada de posibles vertidos".
A lo largo de la costa oriental de Lanzarote y Fuerteventura - recordaban - se suceden enclaves de un gran valor ecológico, como la Reserva Marina de la Isla Graciosa-Archipiélago Chinijo (la segunda mayor área marina protegida de España, tras la asturiana de El Cachucho), Cagafrecho, la Isla de Lobos y el estrecho de la Bocayna. Mientras que en el Sur de Fuerteventura se encuentra una de las zonas de más interés del mundo para los zifios, unos cetáceos que se alimentan a profundidades superiores a los 600 metros.
LOS DATOS Y ESTUDIOS QUE REPSOL PREFIRIÓ NO "PUBLICITAR"
Pero, más allá de la cuestionable imparcialidad del último estudio publicado por Repsol, cabe preguntarse acerca de los informes y datos que la multinacional podría haber considerado pertinente "no publicitar".
Y es que, según varios expertos que comparecieron ante el Tribunal Supremo el pasado 15 de julio - avalando la demanda interpuesta contra la autorización de las prospecciones petrolíferas - Repsol ocultó datos relevantes para obtener los permisos de exploración en las Canarias. De acuerdo a lo declarado por estos expertos, la multinacional mintió también sobre la profundidad de dos de los pozos que pretendía perforar. Los peritos explicaron al alto tribunal que se trataba de unos sondeos planeados para realizarse a más de 6.000 metros de profundidad, lo que supone superar en más de 3.000 metros los permisos concedidos inicialmente por el Gobierno central.
Durante sus comparecencias, los abogados de la parte demandante también llamaron la atención sobre la presentación de documentos desconocidos hasta la fecha y que no habían sido facilitados ni por la multinacional ni por el Ministerio durante los últimos ocho años.
Este mismo martes, el Cabildo de Fuerteventura hacía público uno de estos documentos que - según esta institución - habría incluido "por error" uno de los peritos de la petrolera en su reciente declaración en el Tribunal Supremo, a pesar de que ni siquiera aparecía en el expediente de los sondeos. Se trata de un informe encargado por la propia Repsol hace nueve años sobre las prospecciones frente a Lanzarote y Fuerteventura, y en el que se revela que preveía construir depósitos de residuos de hasta 11.800 metros cuadrados en torno a cada pozo, con un grosor que podría ser de un metro.
La importancia del documento, según el Cabildo majorero, radica en que el mismo "demuestra con total seguridad que Repsol ya sabía a comienzos de 2004 y probablemente desde mediados de 2003 dónde perforar, y hasta la profundidad de los pozos, que podía llegar a 1.450 metros de lámina de agua y a continuación otros 3.500 metros a partir del subsuelo marino".
"El procedimiento administrativo es muy claro y si en 2003 o 2004 Repsol ya tenía identificado dónde quería perforar, debía haberlo comunicado a las instituciones y hacer el trámite administrativo pertinente" pero "no lo hizo" - manifestó el presidente del Cabildo Mario Cabrera.
El informe que había permanecido oculto contiene, asimismo, una valoración diferente en torno a la importancia de las especies afectadas por la actividad de la transnacional, apuntando importancia que el área de las prospecciones tiene como zona de paso migratorio para especies de cetáceos en peligro de extinción. Reconoce, además, que también hay poblaciones estables y los propios equipos técnicos contratados por Repsol en ese entonces llegaron a localizar hasta 116 grupos de cetáceos de 11 especies distintas.
Según este informe, la zona en que se efectuará la actividad petrolera tendría una escasa fauna y ninguna especia sujeta a un régimen de protección comunitario, estatal o autonómico. Entre los animales que los técnicos contratados por Repsol dicen haber detectado se destaca principalmente a "poliquetos (gusanos segmentados), crustáceos y, en menor medida, sipuncúlidos [gusanos cacahuete] y bivalvos, (moluscos de doble concha)". El estudio se refiere, asimismo, a la existencia de alguna fauna de mayor tamaño, como "un tiburón quelvacho, tres ejemplares de merluza canaria, un cangrejo ermitaño, dos corales aislados de menos de 20 centímetros cada uno y diversas esponjas, pero en unos niveles de densidad mínima".
¿UN ESTUDIO IMPARCIAL?
Del informe publicado por la transnacional se podría inferir, pues, que las prevenciones y el rechazo que su proyecto extractivo ha generado en el Archipiélago estarían injustificados en lo que se refiere a su impacto medioambiental. Dicho estudio, sin embargo, no refuta los datos aportados por numerosos organismos independientes y científicos que han venido alertando sobre los peligros y secuelas inherentes a la explotación de hidrocarburos en las Islas. El pasado mes de febrero, la organización internacional de protección de los océanos Oceana volvía a advertir que los lugares autorizados para las prospecciones de Repsol se encuentran junto a zonas protegidas y a algunas de las áreas de mayor valor ecológico del Archipiélago. "De llevarse a cabo las prospecciones -aseguraba entonces esa organización - estas zonas sufrirían graves daños por el aumento de tráfico marítimo y la llegada de posibles vertidos".
A lo largo de la costa oriental de Lanzarote y Fuerteventura - recordaban - se suceden enclaves de un gran valor ecológico, como la Reserva Marina de la Isla Graciosa-Archipiélago Chinijo (la segunda mayor área marina protegida de España, tras la asturiana de El Cachucho), Cagafrecho, la Isla de Lobos y el estrecho de la Bocayna. Mientras que en el Sur de Fuerteventura se encuentra una de las zonas de más interés del mundo para los zifios, unos cetáceos que se alimentan a profundidades superiores a los 600 metros.
LOS DATOS Y ESTUDIOS QUE REPSOL PREFIRIÓ NO "PUBLICITAR"
Pero, más allá de la cuestionable imparcialidad del último estudio publicado por Repsol, cabe preguntarse acerca de los informes y datos que la multinacional podría haber considerado pertinente "no publicitar".
Y es que, según varios expertos que comparecieron ante el Tribunal Supremo el pasado 15 de julio - avalando la demanda interpuesta contra la autorización de las prospecciones petrolíferas - Repsol ocultó datos relevantes para obtener los permisos de exploración en las Canarias. De acuerdo a lo declarado por estos expertos, la multinacional mintió también sobre la profundidad de dos de los pozos que pretendía perforar. Los peritos explicaron al alto tribunal que se trataba de unos sondeos planeados para realizarse a más de 6.000 metros de profundidad, lo que supone superar en más de 3.000 metros los permisos concedidos inicialmente por el Gobierno central.
Durante sus comparecencias, los abogados de la parte demandante también llamaron la atención sobre la presentación de documentos desconocidos hasta la fecha y que no habían sido facilitados ni por la multinacional ni por el Ministerio durante los últimos ocho años.
Este mismo martes, el Cabildo de Fuerteventura hacía público uno de estos documentos que - según esta institución - habría incluido "por error" uno de los peritos de la petrolera en su reciente declaración en el Tribunal Supremo, a pesar de que ni siquiera aparecía en el expediente de los sondeos. Se trata de un informe encargado por la propia Repsol hace nueve años sobre las prospecciones frente a Lanzarote y Fuerteventura, y en el que se revela que preveía construir depósitos de residuos de hasta 11.800 metros cuadrados en torno a cada pozo, con un grosor que podría ser de un metro.
La importancia del documento, según el Cabildo majorero, radica en que el mismo "demuestra con total seguridad que Repsol ya sabía a comienzos de 2004 y probablemente desde mediados de 2003 dónde perforar, y hasta la profundidad de los pozos, que podía llegar a 1.450 metros de lámina de agua y a continuación otros 3.500 metros a partir del subsuelo marino".
"El procedimiento administrativo es muy claro y si en 2003 o 2004 Repsol ya tenía identificado dónde quería perforar, debía haberlo comunicado a las instituciones y hacer el trámite administrativo pertinente" pero "no lo hizo" - manifestó el presidente del Cabildo Mario Cabrera.
El informe que había permanecido oculto contiene, asimismo, una valoración diferente en torno a la importancia de las especies afectadas por la actividad de la transnacional, apuntando importancia que el área de las prospecciones tiene como zona de paso migratorio para especies de cetáceos en peligro de extinción. Reconoce, además, que también hay poblaciones estables y los propios equipos técnicos contratados por Repsol en ese entonces llegaron a localizar hasta 116 grupos de cetáceos de 11 especies distintas.
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