A propósito de la condena del militar
estadounidense
Miércoles, 31 de julio
de 2013
¿Le debemos algo los canarios a ese
soldado desconocido que desde un lugar ignoto transmitió al mundo ese enorme
caudal de informaciones acerca de las actividades ilegales del
imperialismo estadounidense y sus aliados? Aunque pueda parecer increíble,
mucho más de lo que podamos imaginar.
Los canarios podemos saber, gracias al pequeño y enjuto soldado Manning, hoy condenado, y a Julián Assange, implacablemente perseguido por su perseverancia en revelar la verdad, mucho sobre el interés de los EEUU en utilizar el Archipiélago Canario como una plataforma para la recolonizacion de nuestro vecino continente africano. Los papeles filtrados a traves de estos dos jóvenes héroes de nuestro tiempo sirvieron para sacar a la luz miles de cables que las legaciones diplomaticas de los Estados Unidos enviaban secretamente al Departamento de Estado. A traves de esos papeles - que la prensa española se vió obligada a publicar - pudimos enterarnos del preferencial interés del mando militar norteamericano por el Puerto de la Luz de Las Palmas de Gran Canaria
Los canarios podemos saber, gracias al pequeño y enjuto soldado Manning, hoy condenado, y a Julián Assange, implacablemente perseguido por su perseverancia en revelar la verdad, mucho sobre el interés de los EEUU en utilizar el Archipiélago Canario como una plataforma para la recolonizacion de nuestro vecino continente africano. Los papeles filtrados a traves de estos dos jóvenes héroes de nuestro tiempo sirvieron para sacar a la luz miles de cables que las legaciones diplomaticas de los Estados Unidos enviaban secretamente al Departamento de Estado. A traves de esos papeles - que la prensa española se vió obligada a publicar - pudimos enterarnos del preferencial interés del mando militar norteamericano por el Puerto de la Luz de Las Palmas de Gran Canaria
"Estamos haciendo un gran esfuerzo - le comentaba entonces el
embajador norteamericano a su gobierno en uno de los cables desvelados por Wikileaks
- para lograr este apoyo, particularmente a la luz del potencial
beneficio que supone sumar Las Palmas al Africom".
En aquellos cables, no obstante, se ponían también de manifiesto que en la población existía mucha sensibilidad en contra de la posibilidad de que fuerzas militares extranjeras utilizaran las Islas con fines militares. "Tenemos que actuar con cautela" - avisaba prudente el embajador estadounidense Aguirre a sus superiores en Washington.
En aquellos cables, no obstante, se ponían también de manifiesto que en la población existía mucha sensibilidad en contra de la posibilidad de que fuerzas militares extranjeras utilizaran las Islas con fines militares. "Tenemos que actuar con cautela" - avisaba prudente el embajador estadounidense Aguirre a sus superiores en Washington.
Sin embargo, pese
a la importancia para el Archipiélago de esa información la prensa local
la ocultó premeditadamente. Pero no solo los medios de comunicación local
aplicaron una hermética mordaza al tema. Las organizaciones politicas y
sindicales canarias que se reclaman pertenecientes a la izquierda,
omitieron en sus comunicados y boletines cualquier tipo de información sobre el
tema. Posiblemente ello se debiera en aquellos dias se encontraran más
preocupadas por las campañas electorales o en cómo pergeñar "pactos"
políticos contra natura, que en proporcionar una informacion tan
crucial para el pueblo canario.
UN "PALANGANERO" DEL IMPERIO: JUAN FERNANDO LÓPEZ AGUILAR
Pero aquellas toneladas de cables sirvieron también para revelar el auténtico perfil hipócrita del entonces ministro de Justicia, el canario Juan Fernando López Aguilar. Los cables que la embajada estadounidense en Madrid enviaba a su gobierno revelaron que "Juanfer" - como era conocido entonces por una legión afines el hoy parlamentario europeo - pusieron al descubierto el siniestro doble juego al que desde las instancias ministeriales se prestaba Lopez Aguilar
En efecto, como nuestros lectores sin duda recordarán, el 8 de abril de 2003 murió en Irak José Couso, un cámara de Tele 5. Su muerte se produjo como consecuencia de un disparo realizado por un tanque norteamericano cuando el reportero se encontraba en el piso 15º del Hotel Palestina. La familia del cameraman José Couso presentó una denuncia contra el Ejército norteamericano por un crimen que, según ellos, vulneraba las leyes de guerra, plasmadas en las convenciones de Ginebra. Tras las elecciones del 2004, el PSOE a través de su nuevo ministro de Justicia, López Aguilar, mostró públicamente a la familia Couso la "solidaridad de su Gobierno" y "el apoyo en su lucha por el esclarecimiento de la verdad y para la determinación de las responsabilidades en el fallecimiento" del reportero fotográfico.
Pero los cables confidenciales que Wikileaks puso en manos de los medios de comunicación revelaron, sin embargo, que la "solidaridad" del ministro era pura comedia. Mientras López Aguilar daba palabras de consuelo a la familia Couso, los diplomáticos norteamericanos informaban a su gobierno que "el ministro de Justicia español, Juan Fernando López Aguilar, está trabajando para que no prosperen las ordenes de detención" de los militares norteamericanos implicados en la muerte del reportero gráfico José Couso. La "gran esperanza" blanca del Archipiélago canario, como algunos totorotas de "izquierda" llegaron a llamar a este sinverguenza, no era en realidad otra cosa que un vulgar palanganero del Imperio estadounidense.
JULIO PÉREZ: EL SOPLÓN DE ESTADOS UNIDOS
UN "PALANGANERO" DEL IMPERIO: JUAN FERNANDO LÓPEZ AGUILAR
Pero aquellas toneladas de cables sirvieron también para revelar el auténtico perfil hipócrita del entonces ministro de Justicia, el canario Juan Fernando López Aguilar. Los cables que la embajada estadounidense en Madrid enviaba a su gobierno revelaron que "Juanfer" - como era conocido entonces por una legión afines el hoy parlamentario europeo - pusieron al descubierto el siniestro doble juego al que desde las instancias ministeriales se prestaba Lopez Aguilar
En efecto, como nuestros lectores sin duda recordarán, el 8 de abril de 2003 murió en Irak José Couso, un cámara de Tele 5. Su muerte se produjo como consecuencia de un disparo realizado por un tanque norteamericano cuando el reportero se encontraba en el piso 15º del Hotel Palestina. La familia del cameraman José Couso presentó una denuncia contra el Ejército norteamericano por un crimen que, según ellos, vulneraba las leyes de guerra, plasmadas en las convenciones de Ginebra. Tras las elecciones del 2004, el PSOE a través de su nuevo ministro de Justicia, López Aguilar, mostró públicamente a la familia Couso la "solidaridad de su Gobierno" y "el apoyo en su lucha por el esclarecimiento de la verdad y para la determinación de las responsabilidades en el fallecimiento" del reportero fotográfico.
Pero los cables confidenciales que Wikileaks puso en manos de los medios de comunicación revelaron, sin embargo, que la "solidaridad" del ministro era pura comedia. Mientras López Aguilar daba palabras de consuelo a la familia Couso, los diplomáticos norteamericanos informaban a su gobierno que "el ministro de Justicia español, Juan Fernando López Aguilar, está trabajando para que no prosperen las ordenes de detención" de los militares norteamericanos implicados en la muerte del reportero gráfico José Couso. La "gran esperanza" blanca del Archipiélago canario, como algunos totorotas de "izquierda" llegaron a llamar a este sinverguenza, no era en realidad otra cosa que un vulgar palanganero del Imperio estadounidense.
JULIO PÉREZ: EL SOPLÓN DE ESTADOS UNIDOS
Los
papeles de Wikileaks no sólo sirvieron para que los canarios tuviéramos
la oportunidad de conocer el auténtico rostro del ex ministro canario López
Aguilar. Los cables sacados a la luz por Assange pusieron también de
manifiesto que el ex teniente alcalde de Santa Cruz de Tenerife por
el PSOE, Julio Pérez Hernández, actuó como un miserable soplón de la
embajada de los Estados Unidos en Madrid a partir del año 2007. Pérez
había sido nombrado por su amigo el ministro Mariano Fernández Bermejo,
para encabezar la Secretaría de Estado del Ministerio de Justicia.
Desde esa privilegiada atalaya oficial, Julio Pérez informaba
puntualmente al embajador del Imperio acerca de sus gestiones para
entorpecer el encausamiento del principal promotor de la guerra de Irak,
el secretario de Estado norteamericano Donald Rumsfeld. Pérez
Hernández se convirtió por voluntad propia en una suerte de "asesor"
y soplón de la embajada yanqui en España.
Según los cables filtrados, Julio Pérez le presentaba regular y personalmente al embajador norteamericano observaciones manuscritas en torno al proyecto de ley destinado a impedir las descargas en Internet, tema sobre el que los estadounidenses tenían sumo interés y por el que habían estado ejerciendo fuertes presiones. Julio Pérez Hernández trabajó también con diligencia, según revelan los documentos filtrados por el soldado Manning, para evitar que tres militares norteamericanos fueran procesados por la muerte del periodista Jose Couso. "Altos cargos de la Administración española - escribía el embajador a su superiora la inefable Condolezza Rice, refiriéndose a la gestión de Julio Pérez - trabajan para que no prosperen las órdenes de detención".
Según los cables filtrados, Julio Pérez le presentaba regular y personalmente al embajador norteamericano observaciones manuscritas en torno al proyecto de ley destinado a impedir las descargas en Internet, tema sobre el que los estadounidenses tenían sumo interés y por el que habían estado ejerciendo fuertes presiones. Julio Pérez Hernández trabajó también con diligencia, según revelan los documentos filtrados por el soldado Manning, para evitar que tres militares norteamericanos fueran procesados por la muerte del periodista Jose Couso. "Altos cargos de la Administración española - escribía el embajador a su superiora la inefable Condolezza Rice, refiriéndose a la gestión de Julio Pérez - trabajan para que no prosperen las órdenes de detención".
Fuente: www.canarias-semanal.org
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