"Cada día hay gente que evade
impuestos y me vienen a buscar a mí", se lamenta la afectada, a quien el
Ministerio advertía que, de no pagar, tendría un recargo del 20% y habría vía
de apremio
EFE Madrid 18/04/2013
17:35 Actualizado: 18/04/2013 17:52
Cuando fue
al banco a pagar el importe reclamado por el Ministerio de Trabajo y Seguridad
Social, el empleado no dio crédito a lo que vieron sus ojos. "¿Viene a
pagar un céntimo?". "Pues sí", respondió la joven.
Tan solo
unos días antes esta mujer de Tortosa (Tarragona) residente en Barcelona, que
ha preferido no revelar su identidad después del revuelo mediático que ha
generado su caso, había recibido una carta certificada que le notificaba que
había recibido una "percepción indebida" y se le recordaba que
si no hacía efectivo el reintegro antes de un mes, se la cargaría un 20 % del
céntimo en cuestión.
En la carta
se le explicaba también que si pasaba el plazo de 30 días reglamentario para
hacer el pago voluntario sin haber efectuado el reintegro, "se emitirá la
correspondiente certificación de descubierto por la que se iniciará la vía
del apremio, según lo que dispone el artículo 32/2 del real Decreto
625/1985".
"Me
quedé de piedra, pero, ¿qué podía hacer? Para no buscarme problemas, decidí
pagar", ha explicado la joven. Todo surgió justo cuando decidió compactar
el paro con su nuevo trabajo de un tercio de jornada, y al cabo de unos
días llegó esta notificación.
Y después de
la sorpresa, llegó la indignación. "¡Qué vergüenza! Vemos cada día
noticias de gente que evade impuestos, casos de corrupción, y yo que soy una
ciudadana normal y corriente me vienen a buscar a mi para que les devuelva
un céntimo", lamenta.
"Le
expliqué a mi pareja el caso -añade- porque me daba vergüenza ir al banco para
devolver un céntimo, pero él me dijo: quienes tienen que sentir vergüenza son
ellos".
Cuando llegó
al banco el empleado tuvo que poner una tira de celo en el papel, que
presentaba un pequeño rasguño. "Cuesta más esto, que lo que va a pagar
usted", bromeó. No sólo eso, para resolver el embrollo esta tortosina tuvo
que perder tres días.
"Perdí
toda la mañana para ir a pagar al banco. Fui otro día a entregar el recibo al
INEM, pero por si fuera poco tuve que volver otro día porque no había
concertado cita previa y todo esto en medio de Semana Santa", relata.
"Seguramente
no se hizo más que seguir el procedimiento habitual", explica, pero se
indigna al pensar que "un triste céntimo haya ocasionado muchos más
gastos, como costear la carta certificada y todo el engranaje
burocrático", concluye.
Fuente: www.publico.es
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