Un invento letal de los socialdemócratas alemanes
Jueves, 18
de abril de 2013
Por A.R.
Suárez - Canarias-semanal.org
Los famosos minijobs
teutónicos están siendo en Alemania una auténtica bomba de relojería.
Este artefacto letal tiene, además, la peculiaridad de
que nos permite conocer para cuándo están programadas para
estallar: ¡justo a la edad de la jubilación! Este ingenio mortífero fue
ideado por el gobierno del socialdemócrata Schroder y de sus compañeros "progresistas"
Los Verdes alemanes.
En realidad los minijobs no son más que microempleos, por cuyo desempeño se percibe un máximo de 450 euros mensuales, libres de impuestos y de cotizaciones. En la actualidad, en la próspera Alemania de la señora Merkel hay nada más y nada menos que casi 8 millones de personas que tratan de sobrevivir con este invento de herr Schroder.
Pero sus efectos no solo pueden verse a largo plazo. Tienen también repercusiones "colaterales". Con este afinado instrumento la gran burguesía alemana ha logrado introducir una auténtica competitividad salarial entre los trabajadores, creando un enloquecido dumping en los sueldos. Esta competitividad por contar con un puesto de trabajo, aunque tenga el carácter miserable de los minijobs, logran que los niveles salariales se reduzcan a limites inconcebibles: ¡un euro a la hora!. A estos microsalarios se los ha bautizados en Alemania con el nombre de Ein-Euro-Job. Las oficinas de empleo son las encargadas de promocionar este dramático dumping salarial. Cuando un ciudadano acude a ellas reclamando un puesto de trabajo se les ofrece un "Ein-Euro-Job". Y si no acepta la oferta se le retira automáticamente los subsidios estatales. Con lo que se queda sin minijob, ni subsidios. Y es que los subsidios estatales han crecido con una velocidad vertiginosa a partir de la introducción en el mercado laboral germano de los minijobs, convirtiénsose en un complemento imprescindible para poder completar la exigüedad salarial.
.
LA BOMBA DE RELOJERÍA QUE ESTALLA EN LA JUBILACIÓN
Lentamente, en la medida que avanzan los años, los efectos letales de los minijobs han empezado a aflorar. La razón es muy sencilla. A partir del año 2005 entró en vigor lo que se ha dado en llamar "factor de sostenibilidad de las pensiones" . De acuerdo con este "factor" los trabajadores alemanes tienen que cotizar un mínimo de 30 años con un ingreso medio de €330 de forma ininterrumpida. Aquellos que coticen menos de la media o se vean obligados a recibir complementos del Estado, estarán condenados a recibir una jubilación no contributiva.
Las consecuencias del mismo se van viendo lentamente a medida que avanzan los años, ya que en dicho "factor" esta contabilizada la población activa y la población jubilada, de forma, que se produce un ajuste entre ambas. La tendencia es que la población jubilada va creciendo, por lo que cada año son más los jubilados que han de sobrevivir con una renta no contributiva .
Las previsiones que se hacen para el futuro próximo son espeluznantes. El concepto de la "pobreza en la tercera edad" está cobrando en Alemania una dimensión escalofriante. De acuerdo con un estudio realizado por el profesor de la Universidad de Darmstadt, en el año 2020 en la ciudad de Hesse se duplicará el número de trabajadores que reciban una jubilación no contributiva en comparación con la que existía en el 2008. En áreas geográficas como Turingia, el porcentaje ser duplicaría a seis veces. En esta zona, durante la época de la República Democrática Alemana existía el pleno empleo. Tras la reunificación, los estados del Este alemán están siendo los más afectados por el paro.
En realidad los minijobs no son más que microempleos, por cuyo desempeño se percibe un máximo de 450 euros mensuales, libres de impuestos y de cotizaciones. En la actualidad, en la próspera Alemania de la señora Merkel hay nada más y nada menos que casi 8 millones de personas que tratan de sobrevivir con este invento de herr Schroder.
Pero sus efectos no solo pueden verse a largo plazo. Tienen también repercusiones "colaterales". Con este afinado instrumento la gran burguesía alemana ha logrado introducir una auténtica competitividad salarial entre los trabajadores, creando un enloquecido dumping en los sueldos. Esta competitividad por contar con un puesto de trabajo, aunque tenga el carácter miserable de los minijobs, logran que los niveles salariales se reduzcan a limites inconcebibles: ¡un euro a la hora!. A estos microsalarios se los ha bautizados en Alemania con el nombre de Ein-Euro-Job. Las oficinas de empleo son las encargadas de promocionar este dramático dumping salarial. Cuando un ciudadano acude a ellas reclamando un puesto de trabajo se les ofrece un "Ein-Euro-Job". Y si no acepta la oferta se le retira automáticamente los subsidios estatales. Con lo que se queda sin minijob, ni subsidios. Y es que los subsidios estatales han crecido con una velocidad vertiginosa a partir de la introducción en el mercado laboral germano de los minijobs, convirtiénsose en un complemento imprescindible para poder completar la exigüedad salarial.
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LA BOMBA DE RELOJERÍA QUE ESTALLA EN LA JUBILACIÓN
Lentamente, en la medida que avanzan los años, los efectos letales de los minijobs han empezado a aflorar. La razón es muy sencilla. A partir del año 2005 entró en vigor lo que se ha dado en llamar "factor de sostenibilidad de las pensiones" . De acuerdo con este "factor" los trabajadores alemanes tienen que cotizar un mínimo de 30 años con un ingreso medio de €330 de forma ininterrumpida. Aquellos que coticen menos de la media o se vean obligados a recibir complementos del Estado, estarán condenados a recibir una jubilación no contributiva.
Las consecuencias del mismo se van viendo lentamente a medida que avanzan los años, ya que en dicho "factor" esta contabilizada la población activa y la población jubilada, de forma, que se produce un ajuste entre ambas. La tendencia es que la población jubilada va creciendo, por lo que cada año son más los jubilados que han de sobrevivir con una renta no contributiva .
Las previsiones que se hacen para el futuro próximo son espeluznantes. El concepto de la "pobreza en la tercera edad" está cobrando en Alemania una dimensión escalofriante. De acuerdo con un estudio realizado por el profesor de la Universidad de Darmstadt, en el año 2020 en la ciudad de Hesse se duplicará el número de trabajadores que reciban una jubilación no contributiva en comparación con la que existía en el 2008. En áreas geográficas como Turingia, el porcentaje ser duplicaría a seis veces. En esta zona, durante la época de la República Democrática Alemana existía el pleno empleo. Tras la reunificación, los estados del Este alemán están siendo los más afectados por el paro.
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