Así es amigo
Jordi, Pepin, Isabel, Francisco... los defensores del sistema se disfrazan de
demócratas y crean/permiten medios para conocer nuestras formas de pensar, de
dar a conocer nuestras aspiraciones, con el fin controlarnos, pero cuando les
molesta o creen que vamos demasiado lejos para sus propósitos de dominación,
nos cortan radicalmente el “agua” bajo la excusa de que no cumples los acuerdos
para publicar.
¿Es qué a la
libertad de pensamiento se le pueden poner puertas? Si es así, entonces, no hay
libertad.
La
“democracia española”, aparenta ser una democracia, porque hay elecciones cada
cuatro años y los bancos presurosos entregan millones de euros al PP, al PSOE,
a CiU..., para que nos coman la cabeza, nos engañen a porrillo, nos creamos que
participamos y decidimos..., hablamos y creemos que La Izquierda va alcanzar el
parlamento y que tendremos voz y voto, y que vamos a decidir porque así debería
ser en la democracia de verdad.
Nos
olvidamos del engaño de la “democracia liberal” o “neoliberal” y sobre todo de
la democracia controlada y originada por y para suceder a una dictadura. ¡Qué
ingenuos somos la mayoría al votar, al poner destino e ilusión a nuestro voto!.
La oligarquía ya tiene decidido de antemano quien va a ganar esa legislatura en
concreto, la victoria es para quien va a servir mejor los intereses de los
banqueros que esconden sus ganancias en el extranjero y luego declaran pérdidas
para que el papá Estado les cuadre los balances con millonadas que restan de
las supuestas ayudas que ese mismo Estado debería destinar a sus ciudadanos
menos favorecidos (aunque lo diga y lo tengan escrito en eso que llaman su
“constitución”: derecho al trabajo, derecho la vivienda, a la alimentación, a
la sanidad, a la ayuda al dependiente, a la igualdad entre los sexos, a la
educación pública y sin discriminación, a la sanidad...), y es que nada
cumplen, y se lo pueden permitir porque todo lo tienen “atado y bien atado”,
para que el poder siempre recaiga en él que mejor va servirles.
El perverso
invento del bipartidismo, de la ley electoral que garantiza ese resultado de
interés para los que ostentan el poder económico es la originalidad de nuestro
sistema frente a otros sistemas burgueses del entorno. Esta mini-democracia no
está ni pensada ni creada para servir al pueblo, sino al contrario para
servirse y controlar al pueblo; esto lo vamos descubriendo y hace que nos
sintamos impotentes o que otros decidan no participar.
Sí, amigos,
cuando todos los que nos creemos que somos de la Izquierda, (que ciertamente
deberíamos ser muchos porque a la mayoría les late el corazón a la izquierda)
hablamos y creemos que La Izquierda va alcanzar el parlamento y que tendremos
voz y voto, y que vamos a decidir porque la supuesta democracia lo garantiza
conceptualmente hablando, pues... nada, de nada.
Volvimos a
caer en la trampa, la “cagamos” de nuevo, adiós a todas nuestras ilusiones
políticas y culturales, esta vez los manirrotos banqueros españoles decidieron
que fuera el PP de Rajoy (20N-2011), los que llevaran por el mar revuelto de lo
que llaman crisis y en realidad no es más el lío de sus pelotazos y
corrupciones, la nave del estado. Quizás dentro de cuatro ó ocho años vuelvan
darle el pilotaje del barco al PSOE (hoy en caída libre), pues, para nosotros
no hay puestos ni siquiera de marineros o grumetes.
Y ahí están
las redes sociales, el nuevo invento para “refugiarnos”, lamernos las heridas,
distraernos, hacernos creer a los incrédulos/ateos/antisistema que hay libertad
o callarnos la boca por que hay “democracia”. Desde allí lanzamos nuestros
gritos para ser libres, argumentamos acerca de la necesidad de unidad de
acción, de la necesidad de crear una plataforma unitaria republicana, otros de
un frente popular republicano, de crear un estado federal o de respetar
aquellas nacionalidades que quieran andar por su parte. Y ahí estamos casi
todos los días intentando crear ese estado de opinión favorable, siendo muchas
veces hasta pesados, hasta que alguien de la araña negra que mueve las redes
sociales decide que “fulanito” y hay que castigarle con el silencio. O si
persiste, pues, para ello está “la secreta”. En esos momentos caemos, vemos,
descubrimos con dolor la gran falacia en la que nos movemos. Y nos damos cuenta
que hoy ha sido él pero mañana puede ser cualquier otro. Y aprendemos que la
“democracia liberal” no es más que un vil engaño para disfrazar, distraer o
atar (según convenga al sistema) a los ciudadanos. Pero si persistimos, si
llegan/llegamos a mucha gente no dudarán en retirar la zanahoria y darnos con
el palo. Es la carta oculta que guardan en la manga.
Salud,
memoria y República.
Publicado
por Salva Artacho
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