Una oleada desindustrializadora que se
saldó con la muerte de un obrero
Lunes, 29 de abril de
2013
La
segunda mitad de la década de los 80 fue muy dura para la clase trabajadora
industrial del Estado español. El gobierno socialdemócrata de Felipe
González no sólo estaba empeñado en que entráramos en la Organización
del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), sino también en la Comunidad
Económica Europea (CCE). Sus futuros socios, sin embargo, le exigían el
desmantelamiento de sectores enteros de la economía española para autorizar su
ingreso en la CCE. Los "fundadores de Europa" no querían
ningun tipo de competencia.
Fue entonces cuando con el pretexto de que España necesitaba una "reconversión
industrial" se procedió al cierre de un gran número de industrias.
Asimismo se acabó con la potente industria lechera sacrificando el ganado
vacuno de regiones enteras. En localidades del sureste de la península se cortaron
las cepas de los viñedos como un "sacrificio necesario" para que se
nos abrieran las puertas de un supuesto "paraíso terrenal" al
que llamaban la Unión Europea. Habia otros productores de vino que tenian ma
prioridades que nosostros.
Ni que decir tiene que España quedó transformada en un enorme
páramo desindustrializado. Y, consiguientemente, la mano de obra perdida
en la industria fue desplazada hacia los servicios y la construcción. El
entonces ministro de Economía, el socialdemócrata Solchaga, se
preguntaba por aquellos días con jactancia ¿qué malo hay en que nos
convirtamos en un país dedicado a los servicios?
Los lodos de ayer nos trajeron los fangos de hoy. No obstante, aquella mentirosa "reconversión industrial" de Felipe González Márquez, que en realidad no fue más que un cierre y liquidacion de empresas estatales, no fue realizado sin que la clase trabajadora opusiera una fortísima resistencia. Reynosa, una pequeña localidad de Cantabria, se resistió a los despidos hasta tal punto que hizo morder el polvo a todo el aparato represivo desplegado hasta ese municipio por el gobierno de la socialdemocracia felipista.
Los lodos de ayer nos trajeron los fangos de hoy. No obstante, aquella mentirosa "reconversión industrial" de Felipe González Márquez, que en realidad no fue más que un cierre y liquidacion de empresas estatales, no fue realizado sin que la clase trabajadora opusiera una fortísima resistencia. Reynosa, una pequeña localidad de Cantabria, se resistió a los despidos hasta tal punto que hizo morder el polvo a todo el aparato represivo desplegado hasta ese municipio por el gobierno de la socialdemocracia felipista.
Sobre esos sucesos, acaecidos hace 26 años, versa el documental que
ofrecemos a nuestros lectores. Su reproduccion es un
homenaje a la capacidad de resistencia y de lucha de la clase
trabajadora y, también, como un ejemplo para las generaciones actuales.
Justo por ello rogamos una amplia difusión entre los internautas.
VIDEO 1:
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