Artículos de
Opinión | Ángel Rivera | 20-04-2013 |
Cuando hace
unos dos años veíamos el abismo de un crack económico de dimensiones enormes,
los gestores del capitalismo se pusieron nerviosos y una especie de
arrepentimiento extremo similar al de los moribundos pecadores al borde de su
muerte les sacudió. Hablaron de la reforma del capitalismo y de los
excesos de este Sistema. Aceptaban el negro papel de la economía especulativa
de casino en la que se mantiene el sistema económico mundial y del perverso rol
de los paraísos fiscales que son la caverna del dinero acumulado por los amos
del mundo, por los más ricos.
Dos años
después, cuando seguimos padeciendo la crisis, todo ha vuelto a ser igual. Se
han salvado, nos hemos salvado de caer en ese abismo y ya los periódicos no
recogen ese arrepentimiento hipócrita. Nadie habla de reformar el capitalismo,
de convertir en productiva la actividad financiera y especulativa ni de hacer
desaparecer los paraísos fiscales. Se vuelven a las mismas recetas para salir
de la crisis.
Zapatero fue
un baluarte de la resistencia. Quería aplicar políticas socialdemócratas y se
resistía a la presión mediática poderosísima de todo el empresariado. Ni
siquiera el Grupo PRISA era ajeno a esa presión. Zapatero resisitió. Pero no
pudo con la “presión de los mercados”. Nunca nos explicaban bien quienes son
esos tipos perversos que manejan el mercado. Ellos siguen en el anonimato. Son
los que deciden castigar a los Gobiernos que no son obedientes. En la City
londinene, en los cenáculos de Wall Street o la mayoría de los gobiernos ricos
del mundo el planteamiento es sencillo: O Zapatero cede o tiramos a España
al basurero de la economía para que acompañe a Grecia. Zapatero cedió.
Gracias al
discurso del Pensamiento Único la gente cree que son necesarios programas de
austeridad en el gasto público y reformas de los sistemas de empleo y de
seguridad social. Aunque no deja de ser consciente, más o menos borrosamente,
de las causas últimas de la crisis, se ha impuesto en su conciencia el discurso
neoliberal que esconde en la bruma las causas sistémicas y coloca en primer
plano la inevitabilidad de esos programas y esas reformas (Periódico
Público, 24/10/10). Esto es lo que nos dicen las encuestas.
Pero es
falso. Los mismos que abdicaron de sus políticas neoliberales en el 2008 cuando
vieron cerca el abismo, son los que obligan a todos los gobiernos del Mundo
gracias a que manejan los hilos de la economía financiera y puede expulsar a un
Estado a la Bancarrota. Estos tipos no tienen escrupulos. Manejan el sistema
con una complicidad tácita. Pero también se reunen: el grupo de Bilderberg,
las reuniones de Davos, y a un nivel más político las cumbres del FMI o la OMC.
Esos tipos nos hacen creer que no hay más política que las que a ellos les
interesa. Un analista resignado puede darles la razón planteándose una pregunta
¿Puede un gobierno salir “vivo” si no aplica las políticas a las que “los
mercados” lo obligan? En el actual estado de cosas, probablemente no. Por eso
la pregunta es ¿Y que fue de la democracia?
Los amos del
mundo son la clase de los empresarios multimillonarios. Pueden ser 500 tipos, puede que
más. Muchos norteaméricanos, algunos europeos, japoneses, ahora también hay
chinos. Son los guardianes del dinero y de las políticas que se aplican en el
Planeta. Ellos marcan la agenda y los gobiernos de los estados obedecen. La
democracia es un escenario agradable, pero menos relevante que estos foros en el
que se decide lo verdaderamente importante.
Claro que
hay margen para la política y claro que hay diferencias entre los gobiernos
conservadores y progresistas. Pero la cercanía de esos programas políticos,
el viraje hacía el lado derecho es una de las imposiciones de estos Amos del
Mundo. Ellos tienen sus guardianes para evitar que los gobiernos
progresistas se pasen. Se puede gobernar, pero el margen es estrecho y
según que circunstancias puede ensancharse, pero nunca llega al nivel de la
Soberanía que formalmente se establece que reside en la sociedad o en la
mayoría de ella.
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