Es
el momento de enseñar propuestas para que podamos elegir entre el inmovilismo
popular y un proyecto de futuro que conozcamos
Antón Losada
07/12/2014 - 19:52h
07/12/2014 - 19:52h
Contemplando cómo van todas las
encuestas, casi dan ganas de ir al mercado y comprar medio kilo de demoscopia y
cuarto de estadística bien curada. Ya no se hace cocina. Esto se ha convertido
en Master chef. Lo único claro es que la gente espera que pase algo y votará a
quién mejor les parezca que puede hacer que suceda.
Los sondeos se oscurecen pero
las estrategias se van aclarando. Mariano Rajoy ha contestado al enésimo
intento de matarlo como suele: anunciando que se volverá a presentar. Pedro
Sánchez va a buscar proyectarse como el líder moderado capaz de efectuar los
cambios que el presidente no sabe o no puede hacer. Los portavoces de Podemos
aún se están recuperando del susto de descubrir cómo en la gran hermandad
progresista y mediática no todo es posible con una pequeña ayuda de los amigos.
Alberto Garzón se ha empeñado en reeditar el "programa, programa,
programa" de Anguita. Por su parte, Rosa Díez ya no sabe qué hacer, ni qué
decir, para llamar la atención y ser aclamada como la única y auténtica viuda
de España.
Se va perfilando el escenario de
confrontación electoral que seguramente andaba buscando, más le conviene y
nunca le ha fallado al Partido Popular para movilizar a sus votantes. Ese
escenario se dibuja sobre espacio político claramente partido en dos, donde a
un lado se sitúan todos aquellos que quieren cambio y al otro se sitúa el
Partido Popular, el único que promete que nada cambiará.
El debate sobre la reforma
constitucional ofrece un ejemplo y una clave. El partido que no votó la
Constitución de 1978 se ha quedado con la exclusiva de su franquicia
simplemente a base de decir a todo que no. En las elecciones de 2015 los
populares harán todo lo posible para convencernos de que debemos elegir entre
la Constricción que ya conocemos y las reformas de las que sabemos bien poco.
La estrategia popular será
continuar negándolo todo hasta que pasen las elecciones municipales y
generales. La estrategia de quienes pretenden construir una alternativa a Rajoy
no puede limitarse a contarnos todo aquello que el PP se niega a hacer.
Necesitamos saber qué pretenden hacer ellos. Si alguien guarda una propuesta
articulada y coherente de reforma constitucional, ahora es el momento de
enseñarla para que podamos elegir entre el inmovilismo popular y un proyecto de
futuro que conozcamos. Desvelarlo mañana, o después de las elecciones, no servirá para casi nada.
Fuente: www.eldiario.es
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