A cuenta de la
pantomima del Pacto por el litoral
Jueves, 18 de diciembre de 2014
Por RAMÓN AFONSO / CANARIAS-SEMANAL.ORG.- Decía mi
amigo Enrique, el de los Amigos de Anaga y su Litoral, que la
actitud del alcalde Bermúdez con respecto al "Mamotreto" de
Las Teresitas era un misterio que no lograba entender. Afirmaba que
la sentencia firme del TSJC, que condena a los responsables de su
construcción a penas cárcel y a la demolición de edificio, ofrece una gran
oportunidad que escasamente ocurre en la vida de un político porque simplemente
cumpliendo la sentencia y derribando el mamotreto cortaría de raíz con la
depravada herencia recibida del Zerolismo y recogería réditos políticos
entre la mayoría de santacruceros que desean la demolición. Sin embargo,
el edil no aprovecha la pintiparada ocasión y nadie nos dice por qué.
Pudiera ser que lo expresado por Enrique
no sea ese arcano insoluble que plantea. Quizás si nos detenemos a
categorizar y contextualizar a los sujetos que detentan el poder en esta tierra
logremos echar un haz de luz sobre esta maraña de intereses. Es de
Perogrullo afirmar que el poder político está subordinado al poder económico,
es este en definitiva quien determina la vida social y política, y me atrevería
a afirmar que también la sexual de más de uno y más de una. Cojamos de
ejemplo el Plan General de Ordenación de Santa Cruz, la más clara
expresión de que las políticas de planeamiento y, consecuentemente, el control
de la actividad económica era cosa de una élite empresarial que no ha dudado en
desposeer a la ciudadanía en su propio beneficio. Ochenta mil viviendas
fuera de ordenación como contrapartida a los pelotazos que esta flor y nata
corporativa había proyectado. El grupo de gobierno de Santa Cruz respondía,
y aún responde, a sus estímulos haciendo suyos los deseos de estos lobbies
endémicos. Era de suponer que con la llegada de la democracia estos
grupos de presión habrían desaparecido, pero no ha sido así. Cualquiera
puede comprobar que no son los políticos quienes gobiernan, son otros quienes
lo hacen sin haber sido elegidos, un reducido grupo de dinerientos son los
detentadores reales del poder. A esta perversa componenda Aristóteles,
en su Política, lo llamó Oligarquía.
En esa misma lógica debemos situar el largo
proceso de privatización del litoral santacrucero, que ha significado para la
ciudadanía, además de la imposibilidad de un acceso al mar natural, cómodo y
gratuito, una suerte de expropiación de espacios comunales. Solo a la
burguesía y a los militares se les ha concedido esa gracia permitiéndoles
asentar sus cenáculos uno junto al otro, el Club Náutico y Paso Alto.
A las clases populares, una vez clausurado y abandonado El Balneario, le
construyeron el Parque Marítimo que, aunque es de titularidad municipal,
su gestión privada lo ha convertido en un nido de corrupción a juzgar por las
numerosas denuncias a las que han tenido que enfrentarse sus gestores.
Así, el resto de nuestra costa
hasta Las Teresitas también ha sufrido los ataques furibundos de
ventajistas, tramposos, constructores oportunistas, comisionistas de toda
calaña que han pretendido ganar dinero con el mar de todos. En Valleseco,
la lucha de su gente para conservar el dominio público de la playa impidió que
Arlink Canarias sacara adelante su proyecto de marina privada. Sin
embargo, esta logró llevarse 1,5 millones de € de dinero público como
compensación por el infame lucro cesante. Es de destacar que esta empresa
era Rodolfo Núñez, el presidente de la Cajacanarias que concedió
el famoso crédito de 5.000 millones de pesetas a un testaferro de Inversiones
Las Teresitas para la compra de la playa y receptor, según la policía, de
400 millones de pesetas de Antonio Plasencia sin contrapartida alguna,
Curiosamente y no por casualidad, la concesión para esta marina en Valleseco la
otorgó Luis Suárez Trenor en 2001, cuando era responsable de la
Autoridad Portuaria. El mismo Suárez Trenor que está imputado por
un presunto delito de cohecho en la concesión de otro puerto deportivo, este en
San Andrés, a una filial de Fórum Filatélico. Otro intento,
de momento fallido, de privatizar esa parte de la costa.
El "Mamotreto" de la Playa de las Teresitas
La pervivencia del mamotreto, a
pesar de sentencias judiciales y reprobaciones populares, pretende ser la
expresión de poder de esta oligarquía rampante, de su inmunidad e impunidad, un
altar a la connivencia mafiosa entre política y negocios como antes lo fue el Puerto
de Granadilla. Sin embargo, su derribo total, como desea la gran
mayoría de la ciudadanía, sería un potente torpedo de dignidad y honradez en el
centro neurálgico de la corrupción isleña. Diez millones de euros que
deberán devolver a las arcas públicas los políticos corruptos condenados y sus
corruptores era motivo más que suficiente para que se urdiera un plan urgente
contra ese anhelo de justicia e higiene democrática y, todos a una
-Ayuntamiento, Cabildo, Gobierno de Canarias, Demarcación de Costas,
Autoridad Portuaria- se pusieron manos a la obra nada más conocerse la
sentencia, hay quienes piensan que incluso antes, y en un insólito embarazo
exprés de apenas unos días parieron un rimbombante y vacío Pacto por el Litoral
que permitiera, cómo no, la legalización del impopular adefesio. Si nadie
lo remedia, este próximo viernes 19 de diciembre se llevará al pleno municipal
la propuesta formulada en este sentido desde el Servicio de Gestión y
Control de Servicios Públicos para su aprobación, a pesar de las denuncias
hechas por los concejales Guigou y Fernández Arcila de que el
documento presentado no es el inicialmente aprobado, que este ha sido alterado.
Para que no falte de nada en este
sainete de perversión, el PP de la Gurtel, de los Bárcenas,
Fabras, Matas, el de los recortes en sanidad, educación, servicios
sociales, el PP de los sobres (sueldos) y de las bragas de Cristina Tavío, le
echa un cable a sus compañeros de viaje presentando una moción para legalizar
el ilegal mamotreto en base a una cuestión de interés general. Cuándo se
van a enterar de que ya nadie se traga eso de que los intereses privados, de
empresas, de constructores, de quienes hacen negocio con la sanidad, no son
nuestros intereses, los intereses de las clases populares, los intereses de la
mayoría.
Creo, amigo Enrique, que
vamos entendiendo que la herencia Zeroliana, lejos de ser una amenaza
para Bermúdez, es más bien su tabla de salvación, es el cordón umbilical
que le une a los suyos, a esa Coalición Canaria que, junto al Partido
Popular y Psoe, es garantía de que la corrupción tiene futuro en
esta isla.
Fuente: www.canarias-semanal.org
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