Los
efectos catastróficos de la desforestación no se limitan al aumento de CO2 en
la atmósfera. Por primera vez, un estudio publicado en la revista Nature
Climate Change examina los impactos que tiene la eliminación de los bosques
tropicales, conocidos como ’los pulmones del mundo’, en los sistemas eólicos e
hídricos de todo el planeta.
Tecnología | AGENCIA SINC | 24-12-2014 |
Las
poblaciones sentirán el impacto de estos cambios, ya sea en Brasil, en el medio
oeste de los EE UU, en Europa o en Asia.
Dos investigadoras de la Universidad de Virginia (EE UU) han
publicado en la revista Nature Climate Change la mayor recopilación de datos
actualizados sobre cómo los bosques impactan en los sistemas eólicos e hídricos
(1) -de los que dependemos para alimentarnos y sobrevivir-. El informe revela
que estas masas forestales desempeñan un papel clave en la refrigeración
directa de la tierra y en la generación de humedad.
“Esto no solo ocurre en la región inmediata donde se produce
la deforestación, sino también en las áreas que son fundamentales para la
producción de alimentos, incluso aquellas que están a miles de kilómetros de
distancia de donde se produce la tala”, declara a Sinc Deborah Lawrence,
profesora de ciencias ambientales y autora principal del trabajo, que también
firma su compañera en la Universidad de Virginia, Karen Vandecar.
Los modelos climáticos indican que la deforestación total de
los bosques tropicales de la Amazonía, África y el sudeste asiático podría
conducir a un aumento de la temperatura global promedio de hasta un 0,7 °C.
Este calentamiento duplicaría al observado desde 1850.
En el caso de Europa, la Agencia Europea de Medio Ambiente
expone que las regiones europeas particularmente vulnerables (2) al cambio
climático incluyen “el sur de Europa y la cuenca mediterránea (debido al
aumento de las olas de calor y sequías)".
“Con un aumento o la total deforestación del Amazonas se
reduciría el nivel de precipitación anual en el medio oeste de los EE UU. En el
caso de la deforestación en África central, se produciría una disminución de
las precipitaciones y la temperatura en el sur de Francia. Eso sin contar que
los agricultores de todo el mundo, y la población que depende de esta para su
alimentación, sentirán el impacto de estos cambios, ya sea en Brasil, en el
medio oeste de los Estados Unidos, Europa o China”, apunta la investigadora.
Los efectos climáticos fuera de los trópicos se producen
porque la deforestación altera el curso superior de la atmósfera tropical. Este
ambiente está conectado a la atmósfera de las latitudes medias y altas, y una
sacudida en estos lugares se hará sentir en otras partes.
“Imagina que el fogón en tu cocina son los trópicos. El
vapor que se eleva de una olla con agua hirviendo, golpea el techo. A
continuación, el agua en estado gaseoso comienza a fluir hacia el exterior, a
lo largo del techo, por la puerta y en tu vestíbulo. El pasillo podría ser
Europa o América del Norte. De manera similar, el aire caliente se eleva en los
trópicos. Finalmente se encuentran con algo así como un techo y se desplaza
hacia el norte o hacia el sur”, ejemplifica Lawrence.
Los cambios en el ambiente tropical de este modo pueden
fluir hacia la atmósfera de Europa, América del Norte y el norte de Asia, así
como el sur de África y partes de América del Sur. “A medida que estos cambios
atmosféricos forman ondas -añade- alteran el clima”.
No son pulmones, son las ‘glándulas sudorípadas’ de la
Tierra
Las selvas tropicales regulan el clima. Una de las formas en
la que lo hacen es al extraer agua del suelo a través de las raíces de los
árboles, y moverla a través de los tallos y en última instancia, a través de
las hojas. Millones de hojas y millones de árboles tienen un resultado de
enfriamiento muy significativo.
“Al igual que el sudor de nuestra frente nos enfría cuando
tenemos calor, el agua que se evapora sobre las hojas, provoca el mismo efecto
y también en la atmósfera de su alrededor. ¿Has notado el cambio de temperatura
al pasar por la sombra de los árboles en día de mucho calor? Es drástico.
Simplemente es porque en parte bloquean el sol, pero algunos de ellos además lo
hacen porque circula el agua”, argumenta la científica.
El informe también alerta de las consecuencias de la tala
masiva de los bosques tropicales en los cultivos. Estas plantaciones tienen
menos hojas y raíces más cortas, y simplemente no pueden hacer circular tanta
agua como una selva tropical.
“Los agricultores y el suministro de alimentos están
expuestos a los riesgos del calentamiento global y una lluvia desigual puede
arruinar los cultivos de café y maíz de los ‘graneros del mundo”, asegura
Lawrence.
Los impactos son inmediatos
El informe proporciona pruebas irrefutables de que la
deforestación tropical ya está afectando a los climas locales y regionales. Por
ejemplo, los datos meteorológicos muestran que en Tailandia, el comienzo de la
estación seca tiene menos lluvias debido a la deforestación. Y en algunas
partes de la Amazonia, la mayor extensión de bosque tropical en el mundo, el
período anterior a la lluvia esperada cambió también por la tala masiva.
El estudio también encontró que la ubicación de las áreas deforestadas
puede influir el impacto en los climas regionales. “La deforestación en África
Occidental o en la República Democrática del Congo podría reducir las
precipitaciones en la región entre un 40% y un 50%, y aumentar las temperaturas
en esta zona hasta 3 °C. En la cuenca del Amazonas, la degradación del 40% de
los bosques podría reducir la cantidad de las precipitaciones en la temporada
de lluvia sobre un 12% y en la estación seca en un 21%”, expone el informe.
También reduciría un 4% las precipitaciones en la cuenca del
Río de la Plata, un centro de producción de la soja, maíz y trigo, a miles de
kilómetros de la Amazonia.
"La mayoría de la gente sabe que el cambio climático es
un problema global peligroso, y que está causado por la liberación de carbono a
la atmósfera. Pero la eliminación de los bosques cambia el flujo de humedad y
aire, dando lugar a cambios de las fluctuaciones en los regímenes de lluvias y
aumentos en las temperaturas que son igualmente dañinos y suceden de forma
inmediata”, asevera la investigadora.
Lawrence agregó que los negociadores del cambio climático y
otros responsables políticos deberían tomarse más en serio los efectos de la
deforestación. "Lo que ocurre en la superficie de la Tierra -en términos
de cambios en la vegetación- es un factor importante en el cambio climático. Si
lo ignoramos, será por nuestra propia cuenta y riesgo”.
Referencia bibliográfica:
- - Deborah Lawrence y Karen Vandecar. “Effects of tropical deforestation on climate and agriculture”, Nature Climate Change, 18 de diciembre de 2014. DOI: 10.1038/NCLIMATE2430
Notas:
Fuente: www.tercerainformacion.es
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