José Enrique Centén Martín
27 de diciembre de 2014
En el siglo XX la existencia del cacique era habitual
en países sin democracia, en el siglo XXI continúa siendo ejercida, no
generalizada afortunadamente. Pero algunos casos se dan en la Sierra Norte de
Madrid y a los hechos me remito.
Un grupo de vecinos convoca con profusión y pega de
carteles una convocatoria de reunión para debatir problemas y buscar soluciones
en un local particular, con el nombre de Círculo de..., el primer edil de dicha
localidad, mediante coacción al propietario que había arrendado el local,
presiona para que no se celebre dicho acto e incluso lo denuncia ante la
Guardia Civil, la cual se persona e identifica a los asistentes como si fuesen
malhechores.
Un caso similar le ocurrió a otro grupo de vecinos en
otra localidad diferente, colocaron carteles en diversos lugares, públicos y
privados para la creación del Círculo en una próxima reunión, y el primer edil
en persona se dedicó a arrancarlos, testigos hay, no solo de simpatizantes del
círculo, sino de vecinos ajenos a él no comprendiendo la actitud
antidemocrática del Alcalde.
Posteriormente se solicita local para dicha reunión,
el Ayuntamiento pide 30€ de fianza, no se entiende pero se abona, el local se
entrega sin sillas, no fue un problema, pero al entregar las llaves la fianza
se convirtió en alquiler, espero que sea una confusión o un lapsus y se
reintegre dicho importe al ser un local público solicitado por un grupo de
vecinos para hablar de las necesidades y carencias del lugar donde vivimos,
nunca para un acto lúdico o privado.
Si los locales públicos (Casa de Cultura, en este
caso) se alquilan, habrá un documento aprobado en pleno donde aparezcan las
tarifas y precios hora. Exigimos esa información y que nos enseñe los recibos
de reuniones celebradas en el mismo local durante los últimos tres años, por
ejemplo, el día anterior hubo una de los Jueces de Paz de la Sierra Norte,
anteriormente para la fiesta de la Guardia Civil. También la de otro local
cuyas llaves tiene una persona, que solo viene los fines de semana y lo utiliza
para uso particular, por ejemplo para la fiesta de Fin de Año o fiestas
particulares o coincidiendo con las del pueblo.
Hasta ahora se ha obviado el nombre del edil y del
pueblo esperando que se subsane el error, aunque esta actitud arbitraria no es
de extrañar, es típica de ciertos ediles miembros del partido gobernante de la
Nación que cuando pueden entorpecen la libertad de expresión y reunión de los
vecinos. Desde luego se solicitará nuevamente un local para que los vecinos
podamos hablar y buscar soluciones a nuestros problemas y carencias, muchas de
las cuales fueron promesas en la propaganda electoral del 2011, promesas humo.
Parece la crónica de un periódico del siglo pasado,
pero no, es de diciembre de 2014.
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