domingo, 14 de diciembre de 2014

LOS BENEFICIADOS DE LA DEPURACIÓN FRANQUISTA EN CATALUÑA



"En el sector privado, las autoridades franquistas intentaron colocar a los beneficiarios de la ley pero no fue una tarea tan fácil como en los organismos públicos, ya que debían contar con el apoyo de los empresarios, que eran, lógicamente, los empleadores."
Memoria Histórica | Eduardo Montagut Contreras | 14-12-2014 | 

Los despidos provocados por resoluciones de expedientes de depuración en la administración y en la empresa privada en Cataluña, como en el resto de España, provocaron muchas vacantes de puestos de trabajo, además de las que se habían generado por prisión, exilio o muerte de funcionarios, empleados y trabajadores. Los beneficiarios para ocupar estos puestos de trabajo fueron las personas adictas al nuevo régimen. Así lo disponía la ley de 25 de agosto de 1939 que reservaba el 80% de las plazas de organismos públicos a mutilados, excombatientes, excautivos, huérfanos y familiares de caídos del bando franquista. En algunos organismos públicos hasta se renunció al 20% restante de plazas libres y se concedió la totalidad de vacantes a los beneficiarios de la ley. El caso más significativo fue el del Ayuntamiento de Barcelona. En el sector privado, las autoridades franquistas intentaron colocar a los beneficiarios de la ley pero no fue una tarea tan fácil como en los organismos públicos, ya que debían contar con el apoyo de los empresarios, que eran, lógicamente, los empleadores. El Fomento del Trabajo Nacional fue presionado por el Gobierno Civil de Barcelona para que se comprometiera, en julio de 1939, a dar trabajo a 10.000 mutilados en toda la provincia. Pero las empresas no estaban tan dispuestas a contratar a los mutilados y otros beneficiarios de la ley de forma automática. La Falange de Barcelona se quejaba, en un informe de mayo de 1940, de la “poca consideración” que se tenía con los excombatientes y de que los empresarios se negaban a colocarlos en puestos de responsabilidad. Las razones de esta resistencia se encuentran señaladas en dicho informe. Al parecer, los empresarios consideraban que los excombatientes, mutilados y otros beneficiarios no tenían ningún derecho porque los méritos que alegaban eran patrióticos y no profesionales y, por lo tanto, correspondía recompensárselos al Estado.
Este artículo está basado en: Borja de Riquer, “La depuració al sector privat”, en “La repressió dels vençuts”, en Pierre Vilar (dir.), Història de Catalunya, vol. VII, Barcelona, 1989, pág. 98.







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