Acepta tramitar la queja presentada por el afectado Eduardo Raya,
tras su negativa inicial. Ha solicitado a la Comisión Europea información sobre
las distintas vertientes de esta tragedia colectiva
Memoria
Histórica | José Luis Gordillo (Sevilla) | 31-05-2013 |
Tras
muchas reticencias, el Parlamento europeo se ha decidido finalmente a abrir una
investigación oficial sobre el robo de bebés en España, solicitando para ello
información a la Comisión Europea sobre las distintas vertientes del problema,
especialmente la defensa de los derechos humanos y la obligación de los Estados
miembros de realizar la búsqueda de personas desaparecidas para reintegrarlos a
sus familias. Ello será posible gracias a que la Cámara de diputados comunitaria
ha aceptado tramitar la queja presentada por el denunciante pionero en nuestro
país, el granadino Eduardo Raya, cuya hija fue supuestamente raptada al nacer
en 1990 para darla en adopción ilegal.
Una
vez admitida a trámite la queja, el Parlamento queda obligado no sólo a
realizar la investigación, sino también a emitir un dictamen de obligado
cumplimiento para los Estados miembro. Según se especifica en su propia página
web, las quejas “dan al Parlamento la oportunidad de llamar la atención sobre
cualquier violación de los derechos de los ciudadanos europeos cometida por un
Estado miembro, una autoridad local u otra institución”, lo cual podría
beneficiar en este caso a las miles de familias que han denunciado la
sustracción de sus hijos mediante engaño en 190 centros sanitarios de toda
España entre 1950 y 1990, y que hoy día siguen buscándolos, puesto que hasta
ahora sólo ha sido posible el reencuentro en una decena de casos.
En
un primer momento, en febrero de este año la presidenta de la Comisión de Peticiones
del Parlamento europeo, Erminia Mazzoni, denegó la solicitud de Raya por
considerar que esta institución “no es una autoridad judicial” y por tanto “no
puede emitir juicios ni revocar decisiones adoptadas por las autoridades
judiciales y administrativas” de los Estados miembros, por lo que recomendaba
al afectado dirigirse al Tribunal Europeo de Derechos Humanos una vez agotase
la vía jurisdiccional en nuestro país. A esta negativa Eduardo Raya, en su
calidad también de letrado, respondió con una dura carta argumentando que es
“competencia del Parlamento europeo las quejas y reclamaciones de ciudadanos
por violación de derechos humanos”, en virtud del artículo 227 del Tratado de
la Unión.
“Retrocedemos
sesenta años en la historia de Europa –proseguía Raya-, pues ante delitos de
lesa humanidad”, los “más espeluznantes y atroces cometidos en Europa desde la
Segunda Guerra Mundial”, el Parlamento europeo “mira para otro lado, hace la
vista gorda”. En su misiva Raya realizaba acusaciones todavía más graves: “Aquí
en España nadie duda de la ‘mano negra’ de eurodiputados españoles actuales que
tienen familiares de hasta primer grado sobre los que planea la sombra de esta
terrible causa y que pueden estar detrás de la respuesta que se nos ofrece”,
considerada por el afectado como “un insulto a la dignidad de los ciudadanos
europeos”.
Ante
tales argumentaciones, el Parlamento europeo ha cambiado radicalmente de
postura. En una carta enviada el pasado 17 de mayo la propia presidenta de la
Comisión de Peticiones comunica a Raya la “reapertura de su petición” y la
correspondiente solicitud de información a la Comisión Europea. La noticia
coincide con la inminente decisión de la Audiencia de Granada sobre la
reapertura también de la causa judicial por la presunta sustracción y detención
ilegal de la hija de Eduardo Raya y Gloria Rodríguez, a quien el equipo del
Hospital Clínico de la capital granadina dio por muerta. Sin embargo, múltiples
análisis por parte de laboratorios públicos y privados del ADN del cadáver desenterrado
han concluido la imposibilidad de que los restos pertenezcan a una hija del
matrimonio, a la vez que señalan como “falsa” la prueba en base a la cual fue
archivado el caso: unos restos de hígado que aseguran no puede pertenecer a un
recién nacido. La propia Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia de
Andalucía ha recomendado la reapertura del caso.
Por
otra parte, representantes de la asociación SOS Bebés Robados se han reunido
con la Fiscalía de Sevilla, que les ha confirmado que están investigando de
forma prioritaria 66 denuncias de posible robo de niños por haber encontrado en
ellas “indicios de criminalidad”. En total se han presentado ya en la provincia
sevillana 110 denuncias, de entre los 212 posibles casos documentados. Ante
esta importante carga de trabajo, SOS Bebés Robados va a realizar una recogida
de firmas para pedir a la Fiscalía General del Estado una mayor dotación de
medios en los Juzgados y la Policía en Sevilla, dado que la “lentitud” actual
de las investigaciones puede dar lugar a que se destruyan más pruebas e incluso
a que los “médicos y las matronas se mueran y las madres también nos muramos
sin haber podido encontrar a nuestros hijos”, se queja Carmen Lorente, una de
las afectadas.
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