Los socialistas
andaluces estudian promover una moción parlamentaria de adhesión a la querella
argentina por los crímenes del franquismo, igual que acaba de hacer el
Parlamento vasco, y comienza a extenderse la idea de que habrá que
derogar la 'ley de punto final' española que impide enjuiciarlos
RAFAEL
GUERRERO Sevilla 21/06/2013 07:21 Actualizado: 21/06/2013 19:29
En un coloquio de Canal
Sur Radio coinciden, de izquierda a derecha, Carlos Perales (PSOE), Cecilio
Gordillo (CGT), Rafael Guerrero y Juan Francisco Arenas (PCA).
"Al
final habrá que derogar la Ley de Amnistía". Así se ha expresado
públicamente Carlos Perales, coordinador de los grupos de memoria
histórica del PSOE de Andalucía. Una afirmación inédita en un dirigente
socialista que confirma que algo sustancial está cambiando en la política
memorialista de este partido que, hasta la presente, no se había atrevido a
cuestionar la ley de punto final española de 1977 que impide enjuiciar
el genocidio franquista.
Distintas
evidencias confluyen para abonar la idea de que el PSOE ha decidido pisar el
acelerador de la memoria histórica tras haber constatado el fracaso de la
Ley de Memoria Histórica impulsada por Zapatero y aprobada a finales de 2007, con la oposición de
un PP que tras ganar las elecciones de 2011 la ha terminado de vaciar de
contenido. El hecho más llamativo y novedoso a nivel institucional proviene del
Parlamento vasco que, con una mayoría de votos nacionalista y socialista,
acaba de aprobar esta semana una moción de adhesión a la querella argentina para investigar
los crímenes del franquismo. El resto de los indicios del giro de la política
memorialista del PSOE surge de Andalucía, la comunidad más poblada de España
que con el Gobierno de coalición PSOE-IU ha visto acentuada su tradicional
gestión política de izquierdas.
"Con
el PSOE en el Gobierno se tomaban medidas memorialistas y el partido quedaba al
margen de la política global de la memoria"
Con
el debate parlamentario del proyecto de Ley de Memoria Democrática previsto
tras el verano, los socialistas andaluces cambian el chip para
replantearse sus objetivos y sus límites. Desde primero de año se han
reactivado los grupos de memoria histórica creados hace 5 años y que
permanecieron después aletargados sin reunirse. "Con el PSOE gobernando en
España y en Andalucía, se tomaban medidas memorialistas y el partido quedaba
al margen de la política global de la memoria", confiesa Rafael López,
médico, nieto de fusilado en Almonte y presidente desde hace 10 años de una
importante asociación andaluza de memoria histórica, la AMHYJA. López, que también es coordinador
provincial en Huelva del grupo memorialista, reconoce que ahora se celebran con
frecuencia reuniones en las agrupaciones socialistas locales y provinciales que
reflejan un creciente interés de la militancia por el tema.
"Incluso se han dado instrucciones para que los militantes memorialistas
entren en las ejecutivas. Está claro que hay un cambio y que un partido donde
hay corrientes internas recelosas que no quieren remover el pasado está dando
por fin un paso adelante para recuperar el discurso de la memoria como discurso
de izquierdas que es", asegura Rafael López.
Además
de estos movimientos en la estructura orgánica de base, la dirección regional
del PSOE-A también apuesta por el cambio. De hecho, a través de la Fundación Alfonso Perales se ha constituido en
junio un grupo de expertos -fundamentalmente catedráticos de Historia
Contemporánea de las universidades andaluzas- que persigue la elaboración de un
documento que sirva de base argumental para el posicionamiento oficial
socialista en el próximo debate parlamentario sobre la nueva ley memorialista.
Tanto la ex ministra Carmen Calvo como el vicesecretario general del PSOE
andaluz Mario Jiménez animaron a los expertos en su primera reunión en
Antequera a no poner límites a sus reflexiones. "En el marco de este
análisis no descartamos la necesidad de crear una Comisión de la Verdad
sobre el genocidio franquista como las que se constituyeron en países
latinoamericanos que sufrieron sangrientas dictaduras", precisa Fernando
Martínez, catedrático y ex alcalde socialista de Almería que coordina este
grupo de expertos y que, al igual que Carlos Perales, se muestra convencido de
que "antes o después la Ley de Amnistía caerá en España".
Desde
primero de año se han reactivado los grupos de memoria histórica creados hace 5
años y que permanecieron aletargados Los socialistas son ahora más
permeables a la creciente internacionalización de la cuestión, que surge como
consecuencia al portazo dado por el Tribunal Supremo a la investigación
judicial en España tras el fallido intento en 2008 del ya exmagistrado
de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón. Desde el PSOE ahora se critica la
pasividad en la última etapa de Zapatero en el desarrollo normativo de la Ley
de la Memoria Histórica, la lentitud de Ramón Jáuregui con el informe de la
comisión de expertos sobre el Valle de los Caídos y, por supuesto, los
obstáculos puestos por la Fiscalía a la labor investigadora de la jueza
argentina María Servini desde que asumió la causa en 2010 en aplicación del principio
de justicia universal.
Ante
el actual bloqueo gubernamental y judicial a la memoria histórica en España,
los socialistas se van sumando a las iniciativas impulsadas por los
movimientos sociales más activos. Destacados líderes como Soraya Rodríguez
mostraron su solidaridad con Garzón en Madrid, activistas del ámbito
memorialista como el onubense Rafael López se sumaron a finales de mayo en
Madrid a la constitución de la Plataforma por la Comisión de la Verdad para
poner fin a la impunidad del franquismo y, a buen seguro, que más dirigentes
del PSOE-A darán su apoyo a la querella argentina que el próximo 13 de julio
hará su presentación oficial en Sevilla. "Es más, voy a pedir a la
dirección regional de mi partido que el grupo parlamentario socialista promueva
una moción en la Cámara andaluza de adhesión a la querella argentina,
como han hecho los socialistas vascos", asegura Carlos Perales, consciente
de que "las futuras generaciones no merecen heredar esta discriminación
entre las víctimas de Franco, que son de segunda categoría si las comparamos a
las víctimas del terrorismo de ETA".
Fuente: www.publico.es
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