Por muchos casos de corrupción que vayan saliendo a diario, la inmensa mayoría de los ciudadanos estamos convencidos de que no son nada comparado con la enormidad del autentico saqueo de las arcas públicas que la casta político-funcionarial que nos gobierna, viene perpetrando desde hace décadas. El “todos son iguales y todos van a lo suyo”, es decir, a forrarse, que más del 90% de la ciudadanía están dispuestos a suscribir, no es un convencimiento de los últimos tiempos. Por el contrario, a los pocos años de instaurarse la democracia, cuando este régimen bicéfalo llamado bipartidismo, convirtió la política en una repugnante lucha por el poder, la ciudadanía comenzó a alejarse del sistema porque se dio cuenta de que todo esto no es más que un gigantesco fraude, una farsa infame concebida sola para manipular, engañar y saquear a la gente común, al pueblo, en nombre de una democracia a la que se le ha desprovisto de cualquier contenido verdadero.
Si
ahora la ley está actuando contra algunos corruptos, más ha sido porque ellos
mismos se han delatado, victimas de su codicia y de sus enfrentamientos
internos, que por la acción de un Estado que ha sido desnaturalizo en sus
funciones y contenidos, hasta convertirlo en un instrumento al servicio de los
que medran en el, es decir, la casta político-funcionarial, la banca, y ese
puñado de grandes empresas que se reparten de forma obscena, la gran tarta de
la contratación del sector público.
Blesa
ya está en la calle, y lo más seguro es que sea para siempre y con todo el
botín a cuestas. No podía ser de otra forma tratándose del hombre que durante
años ha sido el Barcenas de toda la casta política. La ignominiosa conspiración
contra Garzón, que terminó con su carrera de juez fue, más que nada, un aviso a
navegantes, De ahí que haya bastado con un toque de atención al Juez Elpidio
José Silva, para que este haya pasado de decretar su prisión incondicional ha
ponerlo en libertad y reconocer públicamente que el caso “esta prácticamente
sobreseído” . Es un juez joven y con futuro. No tiene vocación de mártir, pero
lo ha dicho muy claro: “durante la instrucción de este caso, he
experimentado un nivel de injerencias en mi vida personal y en mi vida
profesional que van más allá de lo tolerable” ¿De dónde han venido las
presiones ? ¿ De dónde no? Habría que preguntarse mejor.
Fuente: www.tercerainformacion.es
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