Arturo González
29 enero de
2013
La talentosa y cazatalentos Esperanza Aguirre ha escrito
que la II República fue un auténtico desastre para España y para los españoles.
Y le preocupa y entristece el entusiasmo con que se exhibe la bandera
republicana, que a su juicio simboliza uno de los periodos más nefastos de la
Historia.
Es
periodística y políticamente obligatorio recordarle a Aguirre, de modo neutral,
el índice de importantísimos avances instaurados durante esa etapa de nuestra
historia: 1. La promulgación y puesta en vigor de la primera Constitución
democrática en España. 2. La asunción del poder de un Gobierno provisional de
primer orden. 3. El sensible aumento del número de escuelas y de maestros y,
nótese, maestras. 4. Una reforma agraria lógica y no arbitraria ni demagógica.
5. Luchar por la elevación del nivel cultural de los españoles. 6. Separación
absoluta entre el Estado y la Iglesia. 7. Ley de divorcio por primera vez en España.
8. La creación del Cuerpo de la Guardia de Asalto (más tarde Policía Armada)
con intención no represiva, como era la Guardia Civil, sino defensiva. 9.
Reducción del personal del Ejército sin provocar traumas personales. 10. Plan
de Obras Públicas, que posteriormente se apropió el franquismo, como por
ejemplo el trasvase Tajo-Segura, Plan de pantanos en las Confederaciones
Hidrográficas del Duero y Ebro, la carretera de alta ingeniería de Granada a
Sierra Nevada. 11. Establecimiento por primera vez en España del Impuesto de
Declaración de la Renta. 12. Intentar la vertebración de España a través de la
aprobación de Estatutos de Autonomía (el catalán en su totalidad y puesto en
práctica, el vasco ya durante la guerra civil, y el gallego, que no dejó de ser
un proyecto a realizarse). Todo un alarde y muestrario de justicia y
modernización de España, alejándose de monarquías absolutas, golpes militares,
y retraso secular. Negar esto es caer en la ruindad.
Desgraciadamente
varias causas entorpecieron y bombardearon la buena marcha del nuevo sistema
político: 1. Las graves y egoístas disensiones entre los partidos políticos,
todos, la CEDA de Gil Robles, las desavenencias entre las varias tendencias del
PSOE, el Partido Comunista y su pretensión de establecer la dictadura del
proletariado, Anarquistas al completo, y los demás partidos claramente
minoritarios como Falange o los Tradicionalistas. 2. La rotunda y decisiva
oposición y contraactividad de la Iglesia Católica. 3. El Gran Capital y su
implacable presión económica. 4. La incultura absoluta de una mayoría
importante de los españoles. 5. El ambiente totalitario que existía en Europa.
Naturalmente todo esto llevó a la desestabilización y preparación del golpe
militar.
No existe,
en mi criterio, un ansia republicana mayoritaria en la sociedad española, y los
intentos bienintencionados en tal sentido son más románticos que prácticos y
explicativos de las ventajas políticas de un regreso republicano. Las
posibilidades de retorno de la República en la actualidad se reparten, en mi
opinión, al 50% con la pervivencia de la Monarquía, pero crecerán notablemente
con el transcurso del tiempo, no sé si mucho. La Familia Real no está a la
altura exigible de las circunstancias; su conducta debe ser nítida y ejemplar, cosa
que no está ocurriendo. Hasta en la sucesión de las mujeres al trono el Rey no
está poniendo el empeño necesario para impulsarla, y si no cuida su imagen,
inevitablemente llegará la República.
Nunca nada
es inocente. Ni siquiera Esperanza Aguirre. Siempre todo es espurio e
interesado en mayor o menor medida. Como Esperanza Aguirre también. La II
República pecó y la hicieron pecar. Y es que la triste historia de España
resulta extraordinariamente difícil de encarrilar. Sobre todo con personajes
como Aguirre. Pero es el único intento de que la vida sea una bella
probabilidad.
Fuente: www.publico.es
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