Artículos de
Opinión | Roberto Quesada | 26-01-2013 |
“…en este imperio
español no sale el sol”—Julián Hernández, banda de rock, Siniestro Total.
Cambien de
dirección el pensamiento, ni siquiera se les ocurra medio imaginar que voy a
generalizar sobre todo un gran país como lo es España, aunque el título puede
inducir que es hacia allá a donde voy.
Nada más
lejos de la realidad, a mi me encanta España. Pero no solo España sino los
españoles y españolas, yo he tenido buena suerte de conocer tanta gente linda
de España. Allí en España y fuera de España. Tanto así que me afecta el
descalabro económico sufrido recientemente, pero no pierdo la perspectiva de
que es producto de un dominó mundial por el que no se puede ni debe satanizar
al PSOE sino a los acumuladores de capitales, los mismos creadores de pobrerías
y de países empobrecidos como no deberían de serlo, para el caso el mío,
Honduras, en donde más que los mercachifles internacionales, son culpables los
lacayos locales, los que por unas monedas son capaces de quedarse
huérfanos.(Tal como está ocurriendo ahora mismo en Honduras, que el llamado
presidente Porfirio Lobo y el militar que preside el Congreso Nacional, Juan
Orlando Hernández, han dado luz verde a lo que se conoce como Ciudades Modelo,
en donde Honduras queda en subasta internacional).
Hace unos
años fui invitado al Primer Congreso de Nuevos Escritores Hispanoamericanos,
realizado en Madrid, en Casa de América. En uno de los almuerzos, un docto
doctor , de esos académicos que se creen más importantes que quienes crean la
literatura, hizo referencia a algo aparecido en El País, que yo no había leído
y me dijo con una cara de horror: ¡No lees El País!”. Y respondió por mi ese
rebelde nato (nada que ver con la OTAN), que no me abandono desde el parto: “A
veces sí, a veces no, depende si lo tengo al alcance, tengo pensamiento propio,
no dependo de EL País ni de el New York Times ni de nadie…”
¿Y por qué
me viene esa anécdota a la mente? Para corroborar lo que escribió el periodista
Pascual Serrano, en su artículo: “El País como cantera de la derecha
política.”(01/01/2013). En donde, entre tantas cosas, dice: “Para muchas
personas, en especial fuera de España, este periódico sigue siendo un emblema
de la izquierda o, al menos, del entorno del PSOE”
Quizá esto
se deba en que su andar El País ha tenido altibajos, en cuanto a criterio
ideológico, ha tenido temporadas de una izquierda que fascina sobre todo en
America Latina, pero otras, como la actual, ya no queda duda que parece que
desde el más allá lo dirigiera el mismísimo Franco. Así es, el franquismo
Aznar-Rajoy ha quedado más evidenciado que nunca con la foto falsa pero de
auténtico texto del presidente venezolano Hugo Chávez.
Para la
ultraderecha española, y de otras latitudes, America Latina sigue siendo y
haciendo “el indio”. En ellos el tiempo se ha estancado y todavía nos ven como
si estuviesen en una loma, con Biblia y látigo, “educándonos” para servirles.
El engaño es de ellos, la realidad es de Latinoamérica, en donde las olas
libertarias se expanden desde la Patagonia hasta México.
Más allá de
indignarnos o enfadarnos, la publicación malévola, fabricada por un demonio
extemporáneo, devaluado, debe de alegrarnos, inspirarnos en el sentido de que
ya no se puede cubrir el sol con la portada de un diario (por muy internacional
e inigualable que este se haya creído), y que la desesperación enloquece a los
avestruces que hunden la cabeza no solo para no ver sino para no escuchar la
música del firme andar de los pueblos que ya encontraron el camino hacia su
horizonte, en donde Venezuela a heredado de Cuba la antorcha de la libertad.
Ya no nos
asusta un rey matando elefantes, ni Cataluña queriendo desmembrarse, ni la
demagogia de Rajoy ni los rostros furiosos de las mojigatas que le rodean, ni
de un Aznar con su amenazante cocear contra America Latina, ni nos sorprende la
represión de la brutalidad policial que padece hoy el pueblo español… Y mucho
menos debe de sorprendernos una portada que en vez de aniquilar –cual era su
pretensión – a uno de los grandes líderes de Latinoamérica, como lo es el
comandante presidente Hugo Chávez, los indujo a hacerse el haraquiri. Pues como
bien lo señala Pascual Serrano en el artículo ya antes citado: “…si observamos
el recorrido de algunos de los directivos de su redacción descubrimos que su
destino natural ha sido la derecha y muy especialmente el Partido Popular (…)
Si, en cambio, buscamos algún cargo o periodista significado de El País que
ahora esté comprometido con un movimiento, sindicato o partido político de
izquierda no lo encontraremos.”
Debemos de
darle gracias a El País, pues con semejante ‘asnarada’ (¿o burrada, como se
dice?), queda completamente evidenciada esa conspiración internacional
mediática contra las florecientes revoluciones socialistas latinoamericanas.
Nuestra
solidaridad debe de ser con el pueblo español, mientras que a El País, ¡qué
risa!, digo, de Prisa, hay que exigirle que rinda cuentas porque ya se acabó el
cuento.
Nueva York
25 enero 2013
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